Historias inspiradoras, sobre vocaciones en profesiones tradicionalmente masculinas o sobre superar obstáculos en la industria minera. Historias de mujeres que no habían sido contadas. Women in Mining Perú (WIM Perú) lanzó este año su campaña “Mineras del Bicentenario” con el fin de visibilizar a las mujeres que trabajan en el sector y a los nuevos talentos para que compartan sus historias. En total, se recibieron 172 postulaciones, de las cuales 132 fueron admitidas por el jurado. No se trataba de un concurso, con finalistas y unas pocas ganadoras. Los 132 testimonios ya forman parte de “Mineras del Bicentenario” y son una prueba de cómo mujeres de todo el país encontraron en la minería un lugar para ser protagonistas de su propia historia.
Viviann Arauzo, directora de comunicaciones de WIM Perú, cuenta que el plan es que las 132 historias se difundan en las redes sociales y en la web de la asociación de manera progresiva y en distintas fases a través de diversos contenidos, como videos, gráficas y audios. Y que, además, estas mujeres puedan participar y presentarse en charlas, webinars y otros eventos organizados por WIM Perú. “Queremos dejar un legado y estamos trabajando para que este sea un proyecto más grande y a largo plazo”, señala Arauzo.
Se trató de una convocatoria amplia. Para participar el perfil de la candidata debía de encajar en las categorías de geología y exploración, área de soporte, ingeniería y proyectos, operaciones y mantenimiento, así como salud, seguridad y medio ambiente. O incluso ser una estudiante con el interés de sumarse a este sector y valorarlo como motor económico y de desarrollo social. Había, además, tres formas de inscribir una postulación: que una empresa postule a sus trabajadoras, que ellas mismas lo hagan o que sea propuesta por un tercero, como un familiar o un compañero de trabajo.
“Queríamos dar a entender que la minería somos todas, desde las que están en el área de soporte y logística, quienes hacen trabajo comunitario o quienes manejan camiones a miles de metros de altura”, dice Arauzo. “Cuando se habla de mujeres en minería tenemos algunos referentes, pero aquí hemos rescatado historias de personas que están en campo, en operaciones o apoyando todo el proceso minero, historias que son poco conocidas”. El resultado es una amplia selección de mujeres que han superado los sesgos de su entorno, que encontraron un gran soporte en sus familias, y que sobre todo creyeron en ellas mismas.
Talento para el cambio
Hace cinco años, cuando comenzó WIM Perú, no se conocía una data sobre la presencia de la mujer en la minería peruana. Hoy se sabe que solo el 6% de todas las personas que trabajan en el sector son mujeres, se tienen más indicadores y hay empresas comprometidas con la superación de esta brecha. Y lo más importante: ya se habla del tema y está puesto en la agenda pública. “Se ha conseguido sensibilizar, pero ahora queremos mover la aguja, cambiar las cifras”, dice Graciela Arrieta, presidenta de WIM Perú. “Tener una mayor presencia de mujeres en la minería le hace bien a toda la industria, no por el hecho de ser mujeres, sino porque al tener perfiles más diversos, cada reto que se presente en la industria se verá desde ópticas diferentes, se fomentará la creatividad y la innovación, además de tener personal más comprometido”. Este es un momento en el que las mujeres pueden tener más oportunidades, pero no solamente por una cuestión de género, sino por un reconocimiento a su talento. Campañas como “Mineras del Bicentenario” están reflejando este momento.
La virtualidad ha despertado un masivo interés por las actividades de WIM Perú, en especial de un público de profesionales, mujeres jóvenes y estudiantes de todo el país. En lo que va del año, WIM Perú ha realizado 90 eventos virtuales para 11 regiones y solo en el Primer Congreso Internacional, organizado recientemente por el quinto aniversario, se logró un alcance de 300 mil personas durante dos semanas, algo que no hubiera sido posible de organizar de forma presencial. “Los cambios reales los van a ver estas jóvenes”, dice Arrieta. “Hay que estar con ellas y acompañarlas. Siempre les digo a las estudiantes que WIM Perú es un gran espacio de aprendizaje, donde pueden comenzar a entrenarse para el mundo profesional”. Historias como las de “Mineras del Bicentenario” serán importantes para motivarlas y mostrarles la ruta para que encuentren su propio camino.