Commodites (21/04/25)

Petróleo 66.10 US $/Barril WTI
Oro 3424.50 US $/ Oz. Tr.
Cobre 9103.00 US $/TM
Plata 32.60 US $/Oz. Tr.
Estaño 30450 US $/TM
Plomo 1890.50 US $/TM
Zinc 2520.00 US $/TM
TIPO DE CAMBIO AL DÍA DE: 16-04-2025
MONEDA DÓLAR EURO L. ESTERLINA
COMPRA 3.728 4.026 4.737
VENTA 3.737 4.422 5.099

Últimas noticias

Perupetro inicia búsqueda de inversionistas para el Lote Z-69

Petroperu

Refinería La Pampilla recibe máxima distinción del MINAM por reducción de emisiones

El Directorio de Perupetro tiene plazo hasta el 7 de mayo para pronunciarse sobre los Lotes I y VI

Lotes
Ver todos >

Oro y cobre: ¿qué impulsa sus precios?

El oro y el cobre son dos de los principales metales que produce el país, y ambos son relevantes para la economía mundial, pero sus precios responden a factores distintos. Mientras el oro es un refugio seguro ante la incertidumbre, el cobre refleja la dinámica del crecimiento de las principales economías. En este informe de Desde Adentro, veremos cómo se explican sus fluctuaciones en los últimos años y su impacto en los mercados.

Oro y cobre

Los precios internacionales del oro y del cobre son un termómetro clave de la economía mundial. Factores como la inflación, la demanda industrial, las tensiones geopolíticas y los movimientos de los bancos centrales influyen en su cotización. ¿Cómo se explica la reciente volatibilidad de sus precios? Para este informe, Desde Adentro consultó a un par de economistas peruanos para esbozar una respuesta.

El refugio del oro

En los últimos años se ha observado un incremento sostenido en la cotización del oro, en línea con las persistentes tensiones geopolíticas y la volatilidad en los mercados financieros. En los primeros meses del 2025, la incertidumbre asociada al rumbo de la política económica bajo la nueva administración de Donald Trump en Estados Unidos ha llevado a los inversionistas a refugiarse en este activo, incrementando su demanda y llevando su precio a niveles históricos.

“Si bien en los últimos días se han registrado algunas correcciones, tras el anuncio de nuevos aranceles el pasado 2 de abril, el precio del oro se mantiene en torno a los US$ 3,000 por onza, lo que confirma su rol como principal activo refugio, respecto de otros instrumentos como los bonos del Tesoro estadounidense”, sostiene Pamela Bernabé, economista del Sistema de Información de Macroconsult.

Hay que considera también, que la fortaleza del dólar incide inversamente sobre el precio del metal dorado, así una divisa estadounidense fuerte suele deprimir el valor del oro.

Por otro lado, la demanda física del dorado metal, especialmente de gigantes como China e India, juega un rol crucial. En estas economías, el oro es sinónimo de ahorro y herencia, por lo que festividades o temporadas de bodas pueden impulsar grandes compras.

Para Diego Macera, director del Banco Central de Reserva del Perú, la inestabilidad política influye directamente en las cotizaciones de los metales. “Sin duda, lo que ha marcado el precio de los últimos meses es la volatilidad e incertidumbre política. En el caso del oro, a la tendencia de los últimos años de incremento de demanda por reservas internacionales se suma su rol de activo refugio ante la política comercial impredecible de Estados Unidos”, apuntó.

El ciclo del cobre

El cobre es un commodity cíclico, ligado a la dinámica de la economía, sobre todo de las potencias mundiales. Su precio depende de la actividad económica de sectores como la construcción (40% de su demanda global) y la manufactura (especialmente de productos electrónicos). China, consumidor del 50% del cobre mundial, marca la pauta: un enfriamiento de su economía o problemas en el sector inmobiliario deprimen los precios.

Para Bernabé, el precio del cobre ha mostrado cierta resiliencia, respaldado por su clasificación como mineral crítico para la transición energética. Sin embargo, en los últimos meses, esta tendencia se vio acentuada por la especulación respecto de la posible imposición de un nuevo arancel estadounidense sobre las importaciones de cobre.

Este movimiento también se reflejó, aunque en menor magnitud, en los precios de referencia del mercado de Londres. “No obstante, posteriormente, la amenaza de imponer aranceles globales por parte de la administración Trump provocó una corrección a la baja, reflejando la creciente preocupación sobre el impacto que estas medidas podrían tener sobre el comercio y el crecimiento económico global. En abril, el precio del cobre registró una caída cercana al 6% en el mercado spot, y una reducción del 19% en los contratos futuros”, explicó Bernabé.

Por otro lado, cabe observar también los movimientos en el lado de la oferta. Interrupciones en operaciones mineras clave como Chile, Perú o República Democrática del Congo, sea por conflictos laborales, ambientales o problemas climáticos, reducen los inventarios y elevan los precios. Además, la creciente escasez de yacimientos de alta ley y las demoras en permisos ambientales limitan la expansión de la producción, generando un piso estructural para su cotización.

En ese contexto, dado que China consume el 50% del cobre global, si su sector manufacturero se expande, el precio del metal rojo tiende a subir. Por el contrario, desaceleraciones como la del 2022 generaron caídas del orden de un 20%. “El cobre más bien suele estar atado a la expectativa de la actividad económica global, y sobre todo de China. Un tema para considerar en este punto, son las reservas que China puede haber acumulado”, sostiene Macera.

¿Qué se viene en el futuro de los precios del oro y el cobre?

En los próximos meses, la volatilidad en los mercados de metales se mantendría elevada, en tanto las amenazas comerciales del régimen Trump se vayan materializando o disipando.

“En este contexto, el oro se consolidaría como activo refugio, sostenido no solo por la intensificación de los riesgos geopolíticos, sino también por expectativas de tasas de interés reales bajas en Estados Unidos. En este entorno el consenso de mercado proyecta que el oro se mantendría alrededor de US$ 2,900 por onza en lo que queda del año; sin embargo, la incertidumbre en estos momentos es elevada”, afirma Bernabé.

Por su parte, el precio del cobre seguiría mostrando una tendencia hacia la desaceleración. Ello, en la medida en que los mercados asimilan el alcance de los impactos derivados de la actual guerra comercial arancelaria. Sin embargo, cabe anotar que la innovación tecnológica y la transición energética han revalorizado el metal, en tanto se requiere cobre para paneles solares, turbinas eólicas y vehículos eléctricos. Un auto eléctrico usa cuatro veces más cobre que uno convencional.

“Es muy difícil proyectar precios en cuestión de meses, pero varios analistas internacionales proyectan incrementos de largo plazo en el precio del cobre hasta cifras más cercanas a los US$ 5 por libra, en línea con la transición energética, el crecimiento residencial, la automatización, el mayor uso de inteligencia artificial y la expansión de las redes de distribución de energía”, agrega Macera.

Finalmente, lo que sabemos es que la cotización del oro y el cobre operan como un espejo de las fuerzas económicas y políticas. Mientras el oro seguirá siendo un barómetro de la confianza global, el cobre se consolida como un indicador de la dinámica de la transformación industrial y “verde”. Para inversores y Gobiernos, entender estos factores es esencial: no solo señalan tendencias en los mercados de commodities, sino que revelan desafíos mayores, desde una eventual inflación global hasta temas de seguridad energética. En un mundo incierto, ambos metales seguirán escribiendo la historia del desarrollo económico.