El Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), con apoyo de la Escuela profesional de Ingeniería de Minas de la Universidad Católica de Santa María, organizó el Premio Nacional de Minería Escolar. Fruto de este evento, en octubre pasado se presentó la segunda edición de La Tierra y sus minerales, un libro escrito por niñas y niños de todo el país que narra historias sobre la minería y el desarrollo.
Los autores de los cuentos son escolares de primer, segundo y tercer grado de primaria, quienes pertenecen a las regiones de Áncash, Apurímac, Arequipa, Cajamarca, Cusco, Huánuco, Junín, La Libertad, Lambayeque, Lima, Moquegua, Puno, San Martín y Tacna.
Si bien el libro contiene 96 cuentos, el IIMP premió a tres de sus autores: Edwin Félix, con el cuento “Pachamama” de colegio Belén de Osma y Pardo (Apurímac); Fabiana Alvarado, que escribió “Antay” y que estudia en el centro educativo Jorge Basadre Grohmann (Arequipa); así como a Brandon Rosas, del colegio Tiracoma (Puno), que presentó el cuento “El origen del oro”.
Narraciones extraordinarias
“Pachamama”, de Edwin Félix Villa, de Apurímac, narra la historia de una abuelita que cada mañana recorría los pueblos más cercanos para enseñar a los niños que la Tierra es la madre de todos los hombres. Un día, la abuelita se encontró con un minero que arriesgaba su vida buscando minerales valiosos como diamantes, oro, hierro y otros, porque un día soñó que encontraría todos estos minerales y se volvería rico.
La anciana ofreció ayudarlo si a cambio se casaba con su hija y la trataba bien. Es así que el minero se casó con una de las hijas de la anciana y cada día iba a las entrañas de la Tierra para extraer recursos y, con las ganancias, él y su familia promovían la agricultura, sembraban alimentos y criaban animales.
“Antay, el hijo del Misti”, de Fabiana Alvarado, de Arequipa, cuenta que un día el Misti erupcionó de repente, quemando todos los cultivos con lava. Las pocas cosas que se salvaron se cayeron por los temblores causados por la erupción. Es así que la ciudad quedó destruida y sus pobladores quedaron sumamente asustados.
Sin embargo, al darse cuenta de lo sucedido, el Misti se sintió mal y quiso remediar el daño que había hecho, por lo que envió a su hijo Antay para que ayudara a los chacareros a reconstruir la ciudad y a remediar el daño causado.
No obstante, al principio, los pobladores fueron reticentes y hasta lo abuchearon, exclamando que su padre había sido el causante de tanto destrozo. Antay, regresó apesadumbrado ante su padre, pero éste le pidió volver y enseñarles a los pobladores a usar la lava para hacer sillar, un material más fuerte y resistente para sus casas.
Los chacareros aprendieron a tallar este material y hasta lograron hacer esculturas y adornos para la ciudad. Luego el Misti instruyó a Antay para que también les enseñase a unir el sillar con el cemento para que sus casas no se caigan ante nada. De esta manera, los pobladores pudieron reconstruir su ciudad con casas más grandes, fuertes y bonitas.
Finalmente, “El origen del oro”, de Brandon Rosas, de Puno, relata que un día las familias de un hermoso pueblo llamado Perú, entraron en conflicto por unos terrenos. Sus gritos llegaron hasta el cielo, al punto que las nubes se asustaron y se escondieron, lo que provocó un año de sequía. Los cultivos se secaron y los animales comenzaron a morir.
Fue, entonces, cuando los lamentos de los pobladores hicieron que los apus se conmovieran y transformaran las lágrimas del sol en oro. Un día, una señora llamada Minerva, caminaba por los cerros y encontró una piedra dorada y uno de los apus le dijo que la llevara al río y la piedra se convertiría en lo que más necesitaba como alimentos o vestimenta.
Minerva propaló a sus vecinos que los apus siempre les darían esa riqueza siempre y cuando vivieran en paz y armonía. Los pobladores comprendieron y sus corazones se llenaron de bondad. Al ver esto, las nubes salieron de su escondite enviando gotas de lluvia al pueblo, por lo que todo floreció y las plantas y árboles se llenaron de frutos.
De esta manera, los cuentos incluidos en la segunda edición de La Tierra y sus minerales son una muestra del compromiso y la pasión que las niñas y niños tienen por comprender y valorar la minería en el Perú.