En el corazón del Bajo Urubamba, Repsol Exploración Perú ha dado un paso más allá del simple cumplimiento normativo con su proyecto “Nuestro compromiso y respeto a los Derechos Humanos”. El reto no era menor: convivir de manera sostenible con comunidades nativas del Lote 57, como los matsigenkas, yines, kakintes y asháninkas, garantizando el respeto a sus derechos, fortaleciendo su autonomía y potenciando oportunidades para un desarrollo conjunto.
Todo comenzó en 2021, con la realización de un Estudio de Impacto en Derechos Humanos y una Línea de Base Social, un diagnóstico construido mano a mano con las comunidades. Este análisis permitió identificar las principales necesidades e impactos en áreas clave como derechos territoriales, igualdad de género, desarrollo económico y conservación cultural. ¿El objetivo? Crear soluciones que no solo mitiguen efectos negativos, sino que también impulsen cambios positivos en estas comunidades.
El proyecto, alineado con los Principios Rectores de Naciones Unidas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ha destacado por su enfoque participativo. Jóvenes de las comunidades se formaron para liderar un sistema de monitoreo en Derechos Humanos, asegurando que sus voces sean escuchadas. Además, se desarrollaron proyectos como la escuela de liderazgo, iniciativas de emprendimiento económico y el Primer Encuentro de Sabios de Medicina Tradicional, cuya sabiduría quedó plasmada en el libro “Raíces de Sanación”.
Hoy, las comunidades del Lote 57 no solo han visto fortalecidas sus capacidades, sino que han encontrado en este modelo una herramienta para potenciar su autodeterminación. Más de 560 familias son testimonio de cómo un proyecto puede transformar relaciones históricamente complejas en una convivencia basada en el respeto, el aprendizaje mutuo y el trabajo conjunto. De esta manera, Repsol Exploración Perú demuestra que el desarrollo sostenible no es solo un objetivo, sino una forma de hacer las cosas.