A 20 años del inicio de operaciones de Camisea, el Perú dispone de una fuente de energía segura, económica y amigable con el medio ambiente. Además, coloca a nuestro país en un lugar expectante en la transición energética global, pues sus industrias y población cuentan con una matriz de fuentes de energía diversificada.
La gesta de este proyecto energético emblemático tuvo que pasar por una serie de tropiezos y contratiempos. El gas natural de los campos cusqueños durmió en el subsuelo por casi dos décadas, luego del descubrimiento y confirmación del potencial comercial de estos valiosos recursos por parte del equipo de exploración de Royal Dutch Shell.
Finalmente, una mezcla de voluntades y talento de muchos funcionarios de los sectores público y privado permitió que Camisea sea una realidad para beneficio de los peruanos. En este contexto, es un honor recordar y destacar el gran impulso y aporte que dio a este gran proyecto nacional, don Carlos del Solar, quien fue presidente de nuestro gremio (2005 – 2007).
Ya han transcurrido 20 años de la entrada en operación de Camisea, que representó una inversión privada de más de 16 mil millones de soles, que ha generado ingresos, ahorros y progreso para todos los peruanos; pero aún hay mucho camino por andar ante los desafíos de la transición energética.
Frente a un escenario en el que las reservas de gas natural y sus condensados tienen para 17 años más, se hace necesario impulsar las exploraciones para poner en valor nuestros recursos energéticos, más aún descubrir mayores yacimientos de gas que trasciendan en nuevos proyectos emblemáticos. Precisamente, el reciente anuncio de Perúpetro, de configurar el Área XCII en la cuenca de Madre de Dios para la futura suscripción de un Convenio de Evaluación Técnica es un primer paso.
Debemos avanzar con mayor decisión en dicha dirección.