Fabiola Sifuentes, vicepresidente de Seguridad, Salud y Medio Ambiente de Compañía Minera Antamina: “Estamos entusiasmados por seguir avanzando en el camino de desarrollo comunitario y fortalecimiento de capacidades”.
Conversamos con la ejecutiva sobre tres temas puntuales: la estrategia de diversidad de género de la empresa, la reciente aprobación de la Modificación de su Estudio de Impacto Ambiental (MEIA) y su impacto en la ampliación de la vida operativa de la mina, así como sobre sus planes de sostenibilidad durante la expansión de operaciones.
GÉNERO Y DESAFÍO
Antamina se precia hoy de ser la única minera peruana con mayor cantidad de mujeres en su Alta Dirección. ¿Qué proceso siguieron para alcanzar este hito? Según Fabiola Sifuentes, desde el 2020 implementaron prácticas alineadas con su estrategia de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI). Para alcanzar dicho hito, se establecieron indicadores clave que les permiten medir y monitorear la participación de mujeres en sus procesos de selección.
En el 2023, el 30% de sus nuevas contrataciones fueron mujeres, y actualmente, el 47% de los puestos auxiliares en operaciones mineras están ocupados por mujeres. Además, en la Alta Dirección, han logrado una representación femenina del 50% en vicepresidencias y del 26% en roles de liderazgo.
“Estos logros reflejan nuestro compromiso continuo con la igualdad de género y nuestra firme convicción de promover un ambiente laboral inclusivo y equitativo para todos nuestros colaboradores”, indica Sifuentes.
Actualmente, cuatro de las ocho vicepresidencias de Antamina son ocupadas por mujeres. “Esto refuerza nuestra posición en distintos frentes, pero lo más importante es incluir una cultura de diversidad y equidad en la toma de decisiones”, asegura.
IMPLICANCIAS DE AMPLIACIÓN ANTAMINA
A mediados de febrero pasado, el Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles (Senace) aprobó la MEIA de Antamina y, con ella, la ampliación de vida de la operación minera. ¿Qué sigue ahora? De acuerdo con la ejecutiva, luego de esto sigue la obtención de los permisos de construcción y de operación del proyecto, que están en el ámbito técnico del Ministerio de Energía y Minas. “Calculamos que los trabajos empezarán el siguiente año”, dice Sifuentes.
“La particularidad de la aprobación del MEIA radica en su aplicación dentro de la misma huella operativa actual de Antamina, es decir, no habrá compra de tierras ni cambios en la huella ambiental. Esto garantiza que no se requerirá agua fresca adicional a la actualmente autorizada en las licencias de uso de agua, ni se excederán los volúmenes autorizados hasta la fecha”, comenta la Sifuentes, que estima que la extensión de la operatividad de la mina del 2028 al 2036 generará un impacto económico positivo considerable a través de los impuestos generados por el proyecto, beneficiando a trabajadores, comunidades locales, la región y el país.
La ejecutiva explica que, además, “estamos comprometidos a mantener y fortalecer nuestras relaciones con las comunidades locales, continuando con los programas existentes en nuestras áreas de influencia y explorando nuevas iniciativas para asegurar que nuestro crecimiento vaya de la mano con el desarrollo sostenible de las comunidades circundantes”.
INNOVACIÓN Y ENFOQUE TERRITORIAL
También consultamos a Sifuentes sobre cómo Antamina promueve una cultura de innovación para la sostenibilidad en la minería. Al respecto, refirió que Antamina busca fomentar la innovación de manera integral, especialmente a través de la implementación de tecnologías avanzadas que permiten impulsar la sostenibilidad en la minería.
“La pandemia nos ha llevado a acelerar nuestro enfoque hacia una cultura basada en datos para maximizar el valor generado por nuestros procesos. Para lograr este objetivo, hemos establecido un riguroso Programa de Gobierno de Datos respaldado por una sólida política que redefine nuestra forma de consolidar, gestionar y utilizar datos para la toma de decisiones estratégicas y operativas. Empleamos tecnología que proporciona lecturas en línea sobre el rendimiento de los equipos, lo que mejora nuestros procesos productivos y la planificación de mantenimiento. Además, utilizamos Big Data y machine learning para optimizar nuestras operaciones y aprovechar la información sobre cambios mineralógicos, caudales y otras variables a nivel mundial. Esta información nos permite generar conocimiento aplicable para la mejora continua de nuestros procesos”, explica Sifuentes.
Antamina también es pionera en el enfoque de desarrollo territorial en la minería peruana. ¿Pero, cómo aplica este enfoque en las comunidades cercanas a su operación? Sifuentes asevera que ellos adoptan un enfoque de potenciación de capacidades, “porque creemos en la importancia de brindar a los productores y empresarios locales las herramientas necesarias para desarrollar sus actividades económicas de manera efectiva”.
A través de sus unidades de gestión territorial (UGT) distribuidas a lo largo de su operación minera, la empresa ha implementado campañas y programas de capacitación para fortalecer las capacidades de la población ancashina. “Un ejemplo inspirador es el Fundo La Villa en el valle del río Fortaleza, donde los comuneros locales lograron constituir una empresa formal, con accionistas, mesa directiva y colaboradores. Estamos entusiasmados por seguir avanzando en este camino de desarrollo comunitario y fortalecimiento de capacidades”, dice Sifuentes.
Sin embargo, la empresa también se ha hecho cargo de proyectos emblemáticos para mejorar la infraestructura y la calidad de vida de las comunidades donde operan. “Los más importantes para cerrar brechas se llevan a cabo mediante el mecanismo de Obras por Impuestos”, afirma la ejecutiva.
Entre ellos, destacan el nuevo Hospital de Huarmey, que se encuentra en más del 90% de ejecución; el Centro de Alto Rendimiento para estudiantes en Cátac, que está próximo a ser inaugurado; y la planta de tratamiento de aguas residuales en Huarmey, la cual entrará en operación este año.