Para Raúl Jacob, hay dos desafíos fundamentales que afectan actualmente al sector minero en el Perú. El primero: la inestabilidad política, que impacta negativamente en la toma de decisiones tanto del Poder Ejecutivo como del Poder Legislativo. Esta situación dificulta la ejecución de proyectos y crea un entorno de incertidumbre para las inversiones.
El segundo gran desafío es la presencia de actividades criminales, especialmente la minería ilegal, que ha alcanzado niveles preocupantes. Jacob describió algunas acciones asociadas con esta actividad como terroristas, lo que subraya la gravedad del problema y su impacto en la seguridad y estabilidad del país.
“La falta de soporte político a las decisiones hace también que estas economías criminales avancen. Es un gran problema que aparentemente no se está combatiendo de forma adecuada. Y, por lo tanto, hay una gran preocupación tanto de las empresas mineras como de otros actores de la sociedad civil”, afirmó.
PROYECTOS
En cuanto a los proyectos específicos de Southern Perú Copper Corporation, Jacob habló sobre la expectativa y los preparativos para la aprobación y construcción del proyecto Tía María. Destacó que la empresa cuenta con todos los permisos necesarios y ha trabajado persistentemente con las comunidades locales y autoridades para abordar inquietudes y avanzar en el desarrollo del proyecto.
“A diferencia de otros proyectos mineros que tuvieron conflictos y que quedaron paralizados o incluso se cancelaron por las compañías que los estaban llevando a cabo, en el caso de nosotros hemos persistido en seguir trabajando con la población de la zona, en seguir hablando con las autoridades a todo nivel”, afirmó.
Respecto de otros proyectos pendientes como Los Chancas y Michiquillay, Jacob resaltó su importancia estratégica para el crecimiento de la compañía y del país en general. “Michiquillay es una mina como de esas que ya no hay. ¿A qué me refiero con esto? A la calidad del mineral y la forma del depósito, que ya no se encuentra internacionalmente. Y eso fue lo que para nosotros hizo muy interesante participar en este proyecto”, dijo Jacob.
“Entre todos estos proyectos, podríamos tener casi 500 mil toneladas de cobre (…) el ministro [de Energía y Minas] Rómulo Mucho, está hablando de producir este año, ojalá, tres millones de toneladas de cobre. Si en el futuro tenemos un grupo de proyectos que agregan mayor volumen, eso nos va a acercar a la meta de ser el primer productor mundial de cobre”, afirmó.
Además, Jacob mencionó proyectos futuros como la posible expansión de Cuajone y la construcción de una nueva fundición y refinería en Ilo. Estas iniciativas no solo buscan aumentar la capacidad de producción, sino también generar mayores beneficios económicos y sociales para las comunidades y el país en su conjunto.
“La primera expansión de Cuajone terminó en 1999. Esta segunda expansión podría llevar a incrementar la capacidad de cobre en un tercio: de moler diariamente 90,000 toneladas a pasar a moler 120,000, es decir, 30,000 toneladas más por día, que en términos de producción son un poco menos de 50,000 toneladas de cobre anuales adicionales”, explicó Jacob.
PROYECCIÓN
Ante la creciente demanda mundial de cobre y otros metales, Jacob enfatizó la importancia de desarrollar proyectos rentables y eficientes que puedan satisfacer esta demanda a largo plazo. Destacó la convicción de la compañía en la rentabilidad de sus proyectos en desarrollo, incluso con precios conservadores. Asimismo, compartió su visión optimista para el futuro de la industria minera en Perú, destacando la necesidad de trabajar en conjunto para aprovechar esta oportunidad y mejorar el bienestar de la población a través del desarrollo sostenible y la distribución equitativa de los beneficios.
“Nosotros tenemos una gran convicción de que los proyectos que están bajo desarrollo van a ser proyectos muy rentables. En el caso de Tía María, por ejemplo, el costo por libra está estimado en alrededor de un dólar. Y es un valor bastante competitivo. Si uno piensa que hoy día el cobre se está cotizando a más de US$ 4.50, en el caso de Los Chancas, tenemos producción de cobre por más o menos 130 mil toneladas al año”, enfatizó.
“Hemos ido aumentando nuestras ventas de cobre refinado en el mercado peruano en un ritmo bastante fuerte. Hace algunos años era más de 15% de crecimiento al año”, explicó Jacob. El cobre refinado se usa para hacer alambrón de cobre, lo que se llama shapes, que son formas especiales para ciertos tipos de procesos con cobre. Por último, destacó la determinación de Southern Perú de enfrentar los desafíos actuales y aprovechar las oportunidades emergentes para el futuro de la industria minera peruana, priorizando su compromiso con el desarrollo económico y social del país.
“Más de la mitad de la población estaba en el nivel de pobreza a comienzos de este siglo, y en los primeros 20 años se pudo bajar eso (…) Este es un país que se ha visto en situaciones muy complicadas en el pasado y ha salido adelante para crecer y aumentar sus volúmenes de producción, y garantizar el bienestar para un grueso de la población”, concluyó.