David Bayona, site manager del Proyecto Nueva Centinela, indicó que Antofagasta Minerals ha utilizado agua de mar en el proyecto Centinela y, en su próxima expansión (Nueva Centinela), se planea seguir usando este recurso debido a que es una excelente opción para satisfacer las demandas hídricas, que alcanzan casi las 200 mil toneladas por día. Así lo explicó en el reciente Jueves Minero, organizado por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP).
De acuerdo con el expositor, en Chile, proyectos como Centinela han probado con éxito la tecnología de uso de agua de mar, lo que ha contribuido a disminuir los conflictos sociales con las comunidades locales y ha mejorado la sostenibilidad de las operaciones. Esta gestión adecuada del agua de mar, respaldada por una regulación normativa, ha demostrado ser una alternativa efectiva incluso en regiones con diferencias de altitud significativas.
“Al agua del mar sin tratar se le retira la salmuera, es decir el contenido sólido, luego el agua llega hacia una piscina que está muy cerca la planta concentradora y luego ingresa al proceso», explicó Bayona.
Asimismo, el agua de mar se utiliza no solo para las operaciones mineras, sino que una parte es tratada en una planta de ósmosis inversa para el consumo en el campamento, para el sistema de enfriamiento de los molinos, entre algunas otras funciones. Esta diversificación demuestra su versatilidad y capacidad para abordar múltiples necesidades dentro de un proyecto minero.
Proyectos peruanos
Cabe mencionar que, en el Perú, existen tres operaciones mineras que utilizan agua de mar en sus procesos productivos, tal como Fosfatos de Bayóvar (Piura), Cerro Lindo (Ica) y Mina Justa (Ica). No obstante, hay dos proyectos en cartera que utilizarían agua de mar en sus operaciones, se trata de Tía María y Pampa de Pongo, ambos en Arequipa.
La replicación de más modelos como este en el Perú no solo podría mitigar los conflictos por la utilización de agua continental registrados en el sector, sino que también podría ofrecer una solución sostenible y tecnológicamente avanzada para satisfacer las necesidades hídricas de proyectos similares en el país.
Aunque la viabilidad y los costos deben ser evaluados, el uso de agua de mar en proyectos como Centinela, en Chile, sugiere que esta práctica sería una valiosa contribución al panorama minero peruano. «Creo que en Perú podría replicarse de la misma manera, es cuestión de evaluar la viabilidad y el costo, hablamos de US$ 1 o 2 por metro cúbico», concluyó David Bayona.