Como parte de los emprendimientos incubados en el año 2023, y en el marco del programa de responsabilidad social “Emprerural Agricultores” de Compañía Minera Miski Mayo, se apostó por innovar con un cultivo bajo el enfoque de demanda; es así, que actualmente se ve realizado el esfuerzo de los emprendedores del Caserío El Barco del Desierto de Sechura, con la producción, cosecha y comercialización de 23 toneladas de sandía a la fecha y una proyección de 35 toneladas al final de la misma.
Este proyecto beneficia a 12 familias, 8 en calidad de propietarias del cultivo y 4 como colaboradoras; y es el resultado del trabajo que han venido realizando desde el año 2021, año en el que inició el proyecto con la formación de equipos de emprendimiento para fortalecer la confianza a través de un proyecto “piloto” de producción de ají habanero (en 625 m2), logrando demostrar que el grupo estaba preparado para el siguiente nivel.
En 2022, junto con emprendedores de la localidad de Belisario, decidieron emprender en un proyecto a escala “piloto comercial”, con la instalación de 5,000 m2 del cultivo de papaya de la variedad Sinta F1, cuya producción se comercializa hasta la fecha en los mercados de La Unión y Sechura. La confianza creada, la experiencia en comercialización y los ingresos generados fueron los incentivos para embarcarse durante el 2023 en una experiencia mayor a escala “comercial”, logrando instalar 01 hectárea de sandía mejorada de la variedad River Side F1, cuyos resultados ya están a la vista.
Para hacer realidad la producción de este nuevo cultivo, los emprendedores recibieron diversos apoyos, desde asesorías hasta inversión para la puesta en marcha. Este asesoramiento incluyó orientación técnica, productiva, comercial y asociativa, la cual es muy valorada por los beneficiarios. “Ya saben que la asistencia técnica tiene un valor grande, que se necesita un manejo gerencial, para que administre el negocio, genere los contactos para las ventas, haga las comprar de forma eficiente y continúe desarrollando todo el tema empresarial, con eso ellos seguirán creciendo”, señaló Dorian Aguirre, asesor técnico del proyecto.
La comercialización y venta de la sandía se está realizando en una excelente ventana comercial, fruto de la planificación del negocio, actualmente se aprovecha una alta demanda que se genera en la temporada de verano y la limitada oferta debido a que pocos productores invirtieron en el cultivo ante la amenaza de lluvias, esto ha permitido una negociación de precios que van desde 1.0 a 1.5 soles por kilogramo de sandía de primera calidad. Cabe resaltar que la variedad de sandía cosechada pesa entre 10 a 15 kg. Y la más grande llegó a pesar 20 kg.
Yanina Huacha, una de las beneficiarias del programa, destaca la confianza que le brindó el equipo técnico a cargo del proyecto y el personal de Miski Mayo para apostar por un nuevo cultivo: “El apoyo fue bueno y completo, desde la búsqueda de semilla hasta la asesoría técnica. A pesar de las dificultades por la escasez de agua, hemos hecho un trabajo en equipo donde hombres y mujeres han participado. Primero nos dieron la oportunidad de sembrar frijol loctao, con eso ganamos buena experiencia y ahora también tenemos buenos resultados con la sandía”.
Esta experiencia está permitiendo incrementar los ingresos económicos de las familias beneficiadas, al igual que contribuyen al fortalecimiento de la economía local de la zona del Desierto.