No hay minería sin energía. Las cifras del último Balance Nacional de Energía, con información al 2021, son una muestra de ello: un 74.4% del abastecimiento de energía del sector minero proviene de la energía eléctrica. Esta interdependencia es un componente esencial para asegurar un futuro más limpio y eficiente en ambos sectores.
“Las tecnologías renovables han experimentado una importante reducción en los costos de inversión, permitiendo reducir los gastos operativos de las mineras frente a posibles aumentos de precios y una oferta limitada de generación a partir de 2025”, señala el informe Energías renovables en la minería del Perú, elaborado por la consultora Sami Energy para la agencia alemana GIZ.
Además, según el reporte de clientes libres de Osinergmin de junio del 2023, la actividad económica que mostró el mayor consumo de energía del mercado libre fue el sector minero, con un aporte del 55.3% de participación.
Juan Manuel López, gerente comercial de la generadora Statkraft Perú, señala que para el sector minero el suministro de energía eléctrica “es un servicio estratégico”. Las operaciones mineras, explica, además del alto volumen de consumo, requieren tener una alta disponibilidad, un precio muy competitivo, y que la electricidad sea producida con un bajo impacto en el medio ambiente.
“La producción de energías renovables pocas veces se encuentra disponible en las zonas de influencia de las operaciones mineras, por eso, los sistemas de transmisión deben ser confiables y robustos para que se logre garantizar un suministro continuo y de calidad”, explica López.
Se estima que, considerando los próximos proyectos mineros, al año 2025 se acabará la sobreoferta y se requerirá el ingreso de un nuevo parque generador de energía eléctrica en el SEIN. Por ello, cada vez más empresas mineras realizan estudios para incrementar su parque de autoconsumo a través de energías renovables.
Oportunidades renovables
Como firmante del acuerdo de París, el Perú se ha comprometido a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel nacional en el sector energía, industria, transporte, forestal y agrícola. Esto se ha convertido en una oportunidad para impulsar el aporte del sector minero al cumplimiento del país en las metas relacionadas al sector energía.
“Dado que la minería es una industria dependiente de la energía, el sector eléctrico puede potenciar al minero, proporcionando un suministro confiable, seguro y resiliente de energía para sus operaciones, preferentemente de fuentes renovables, como la energía hidroeléctrica, solar y eólica”, indica Jorge Güímac, gerente de Desarrollo de Negocios de ISA REP.
“Ambos sectores pueden trabajar de manera conjunta acciones tendientes a la optimización del consumo de electricidad de las operaciones mineras y a la implementación de soluciones energéticas acordes a cada necesidad, tales como eficiencia energética, centros de carga para electromovilidad, autogeneración, peak shaving, entre otras”, señala López.
Güimac coincide en que, para lograr un suministro confiable y eficiente de energía para las zonas mineras, se debe invertir en la construcción y mejora de la infraestructura energética: plantas de generación, redes de transmisión y subestaciones; así como desarrollar soluciones energéticas personalizadas, como la implementación de micro redes eléctricas, sistemas de almacenamiento de energía y tecnologías de eficiencia energética.
“También apoyando la investigación y el desarrollo de tecnologías energéticas innovadoras, como sistemas de generación distribuida, soluciones de almacenamiento a gran escala y sistemas de gestión inteligente de la energía. Estas innovaciones pueden beneficiar tanto al sector eléctrico como al minero, mejorando la eficiencia y reduciendo costos”, afirma.
Alianza minero energética
Iniciativas como la de la generadora Statkfraft —con la venta y certificación de energía renovable a clientes libres— forman parte de una tendencia de los mercados de compradores de minerales y metales para exigir a las empresas mineras productoras, certificaciones e información sobre la trazabilidad del mineral para que sea producido con energías limpias y con menores emisiones de carbono.
En el 2020, la empresa minera Southern Peak Mining LP, que opera la mina Condestable, se convirtió en la primera minera en el Perú en obtener certificados de energía renovable: suscribió un Acuerdo de Compra de Electricidad (PPA, por sus siglas en inglés) con Statkraft Perú, que le permitirá recibir 18 MW anuales hasta el 2033 por suministro eléctrico.
En el 2021, Quellaveco dio un paso más adelante. Se asoció con Engie Energía Perú, implementando sistemas de energía renovable que cubren gran parte de las necesidades eléctricas de la mina, convirtiéndose en la primera empresa minera del Perú en usar energía 100% renovable abastecida por la central eólica Punta Lomitas, en Ica. Esto ha sentado un precedente para otras empresas mineras en el país, que ya buscan seguir sus pasos.
Por su parte, Enel, empresa proveedora de energía, también se ha posicionado como una opción valiosa para la industria minera. Además de suministrar energía, ofrece una serie de soluciones de movilidad eléctrica para el sector industrial, tales como la instalación de cargadores eléctricos desde 7 kW hasta 300 kW, que abarca desde pequeñas unidades hasta unidades de carga pesada.
También proporciona soluciones diseñadas para ayudar a la minería a reducir sus consumos de electricidad. Desde baterías de litio de gran capacidad para almacenar energía y utilizarla de acuerdo con la necesidad operativa; la gestión de la demanda para evitar consumos en los horarios de mayor costo de la electricidad, hasta la implementación de sistemas fotovoltaicos o pequeñas plantas solares dentro de los campamentos mineros, y la iluminación LED inteligente que reduce consumos y mejora los niveles de iluminación.
Además, este 2023, la empresa cuenta con dos proyectos de generación, uno solar (Clemesí, en Moquegua) y uno eólico (Wayra Extensión, en Marcona, Ica) , que entrarán en operación comercial hacia finales de año, y tiene un pipeline de más de 12 GW de proyectos eólicos, solares e híbridos.
Trazabilidad minero energética
López, de Statkraft, considera que, para el impulso del cambio en la matriz energética, no es suficiente con la iniciativa privada. También se requiere de un mayor acompañamiento del Estado para agilizar los procesos de adquisición de tierras, permisos, servidumbres, entre otros, en los proyectos de generación y transmisión eléctrica. En ese sentido, dijo que el Estado debe otorgar prioridad a las licitaciones de los proyectos vinculantes del Plan de Transmisión para poder garantizar la robustez del sistema de transmisión.
Güimac, de ISA REP, señala dos factores claves: mejorar la gestión de los impactos sociales y ambientales para que todos los stakeholders involucrados sean conscientes del gran beneficio que traen los nuevos proyectos de generación y transmisión, y adecuar la legislación para que se genere competencia entre las fuentes de energía renovables y las convencionales.
“Muchos de los minerales requeridos para la transición energética global son producidos en el Perú. Esta es una gran oportunidad para el crecimiento de ambos sectores y, a la vez, una gran responsabilidad para garantizar la sostenibilidad de la cadena de valor en su totalidad, es decir, que la energía empleada en la extracción, refinación y luego en la producción de los bienes finales y su despacho se ejecuten con energías renovables”, concluye López.