El 22 de mayo se cumplen 127 años de la fundación de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE). En la víspera, conversamos con tres past presidentes de la institución sobre el rol del gremio minero energético y lo que se espera de él, los desafíos en los que trabajaron y que aún persisten, y del legado que dejaron. Tres voces, tres historias para rememorar, escuchar y actuar.
Augusto Baertl Montori – Presidente 1986-87, 1991-92, 1999-2000
«Es imprescindible que el gremio asuma el liderazgo en favor de la inversión privada”
¿Qué cree que el país espera hoy de la SNMPE?
En la actualidad, la minería es la principal actividad económica con la que cuenta el país y tiene una cartera de proyectos que viabilizaría un importante crecimiento de la producción minera, lo que a su vez le permitiría al Estado satisfacer las necesidades básicas de toda la población.
Es imprescindible que el gremio asuma el liderazgo en favor de la inversión privada, así como de la necesidad de restablecer el imperio de la ley, difundiendo y haciendo valer los positivos logros que la minería ha sabido alcanzar en las últimas décadas, así como los importantes beneficios que ella genera para el país y, particularmente, a su entorno socioeconómico.
¿Qué desafío que enfrentó durante su gestión considera que aún está vigente hoy?
La gravísima crisis que vivió el Perú hacia fines de los años 80, producto del terrorismo y de las nefastas políticas populistas. La SNMPE las enfrentó con decidida entereza, implementando —entre otras gestiones— planes de comunicación que hicieron posible recuperar una valoración positiva de la ciudadanía hacía la actividad minera, logrando el apoyo decidido para su futuro desarrollo.
Hoy, gracias al esfuerzo desarrollado por las empresas, el país cuenta con una cartera de proyectos lista para su puesta en producción. Urge que rescatemos esa positiva valoración de la ciudadanía para así viabilizar su pronta puesta en marcha.
¿Cuál considera que fue su principal legado cuando fue presidente de la SNMPE?
La Junta Directiva que tuve el honor de presidir durante los años 1991 y 1992 logró afianzar la unión y el espíritu de cuerpo de todos los miembros del gremio en favor del desarrollo del país y de su minería. Ello, por encima de los intereses y/o necesidades de cada empresa.
La gravísima crisis económica, social y política que afectaba al país la enfrentamos muy unidos y comprometidos con el Perú, logrando que el desarrollo de la minería se convierta en una política de Estado.
Los valores, la resiliencia mostrada por los empresarios líderes que nos acompañaron durante mi gestión, hicieron posible que la minería saliera adelante y que se implementen políticas en favor de la inversión privada. Ello, sumado a la derrota del terrorismo, hizo posible que volvamos a atraer al Perú a las principales empresas mineras a nivel mundial.
Pedro Martínez Carlevarino – Presidente 2011-12
“Hoy la SNMPE debe liderar una nueva ola de inversión”
¿Qué cree que el país espera hoy de la SNMPE?
Luego del desastre del que aún no nos reponemos, el país y sus ciudadanos esperan una reactivación, un resurgimiento de la economía, en general, y de sus ingresos, en particular.
Hoy la SNMPE debe liderar una nueva ola de inversión y, para ello, desde el Estado debe revisarse la normativa, los procesos, los procedimientos para dar viabilidad y confianza nuevamente al sector minero energético, dar tratamiento ejecutivo a la exploración y al desarrollo de proyectos.
[Debe ser] un líder que comande y destrabe. Decirle a la población cuánto se aporta y dónde se traba la inversión pública y señalar a los responsables de los atrasos y penurias. No es el sector, son las autoridades mal elegidas que entorpecen u “obstaculizan” la infraestructura que necesita el ciudadano para una mejor calidad de vida. Debe identificárseles para deslindar responsabilidades y que no nos carguen ese penoso pasivo.
¿Qué desafío que enfrentó durante su gestión considera que aún está vigente hoy?
A pesar del esfuerzo que se hizo, no logramos destruir la mentira y los mitos de una izquierda y de ONG que no quieren el desarrollo y la prosperidad del país y su población, sino el empobrecimiento y el envilecimiento de la vida de esos ciudadanos. Se autocalifican de progresistas, pero el único progreso que les interesa es el suyo propio. Es la forma cómo sobreviven, manteniendo gente empobrecida y sin oportunidades de progreso.
¿Cuál considera que fue su principal legado cuando fue presidente de la SNMPE?
El frente de tributos fue bien expuesto, analizado y trabajado profesionalmente, logrando un equilibrio entre la contribución y el atractivo para invertir, aplicando progresividad y corrigiendo defectos anteriores. Hoy es un modelo consolidado que, aunque siempre sale a la palestra [y es] manoseado políticamente, resiste justamente por dicho equilibrio.
[Además,] hubo una respuesta coordinada contra el grupo que quiso sembrar caos en el norte y en el sur y fuimos constantes en ello. Los dos Gobiernos centrales que nos tocaron no acompañaron con la firmeza que el país lo requería y esa lasitud es la que se paga hasta ahora.
[También] la difusión del trabajo y aportes que hacen los tres sectores, el acercamiento a las universidades para exponer nuestras actividades, el inicio de varios programas con nuevas autoridades que ingresaron al [Poder] Ejecutivo con total desconocimiento de nuestra contribución con el país, en términos financieros, económicos y humanos. Esa tarea debe ser permanente, constante y programada, dos a tres por mes, para generar debate y destruir mitos y mentiras.
Eva Arias de Sologuren – Presidenta 2013-2014
“Nuestro país espera que seamos el socio principal del Estado para combatir la pobreza y para llevar al Perú al desarrollo”
¿Qué cree que el país espera hoy de la SNMPE?
Nuestro gremio representa a los sectores de minería, hidrocarburos y energía, que tienen un rol muy importante en la economía del país; esto, principalmente por su contribución en el pago de impuestos, en la generación de divisas y de empleo de calidad, así como también en el avance hacia el desarrollo de las zonas en las que desarrollan sus operaciones. Creo que nuestro país, adicionalmente a esta contribución económica y social, hoy en día espera que seamos no solo el principal socio del Estado para combatir la pobreza, sino que tengamos un rol aún más activo, más articulador e integrador para que, con el trabajo conjunto con las autoridades y la población, se logre llevar a nuestro Perú al estado de desarrollo en el que debe estar para beneficio de sus ciudadanos.
¿Qué desafío que enfrentó durante su gestión considera que aún está vigente hoy?
Creo que son dos los desafíos principales que siguen aún vigentes para nuestro gremio.
Por un lado, es muy importante lograr un uso eficiente y adecuado de los recursos tributarios que se redistribuyen mediante mecanismos como el del canon. Estos recursos deberían servir para cerrar brechas y así mejorar la calidad de vida de nuestros conciudadanos y el desarrollo del país. Los recursos están disponibles, pero no se logra aún establecer los mecanismos ni desarrollar las capacidades que aseguren su uso óptimo para avanzar hacia el desarrollo.
De otro lado, aún no se cuenta con procesos rápidos y eficientes en los trámites para obtener los permisos requeridos para explorar y para operar; esto retrasa el inicio de la puesta en marcha de los proyectos, y, por ende, el de los beneficios que estos generan al país.
¿Cuál considera que fue su principal legado cuando fue presidente de la SNMPE?
Siento que fue el trabajo conjunto desarrollado en el análisis tributario del sector minero que devino en mejoras del régimen existente y que, con el transcurso de los años, ha demostrado que es un mecanismo eficiente que ha permitido al Estado mejorar la recaudación sin afectar la salud financiera de las empresas. Este trabajo lo realizamos durante mi gestión como presidenta del comité sectorial minero.
Adicionalmente, no puedo dejar de mencionar que, aunque al principio no valoré el hecho de ser la primera presidenta de la SNMPE en 120 años, ya que nunca consideré que una mujer no pudiese realizar un trabajo minero (o cualquier otro que se proponga); sin embargo, hoy sí siento que mi presidencia inspiró a otras mujeres a apostar por el sector y convertirse en, como decía mi padre, mineras de corazón.