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Alonso Segura: “El Perú debería poder generar un boom de inversiones para la exportación de cobre”

"El sector minero es el que concentra las grandes inversiones del país", dice en esta entrevista el ex ministro de Economía y Finanzas.

Alonso Segura

En medio de la actual coyuntura, el exministro de Economía y Finanzas, y catedrático de la Pontificia Universidad Católica del Perú, reflexiona sobre las oportunidades de mejora que podrían tener las compañías mineras en su relacionamiento con las comunidades.

¿Cuán importante es la minería para el país, y más aún en un contexto como el actual?

Es uno de los actores clave. Es el principal sector exportador. Depende de los precios de materias primas, pero a grosso modo, el 60% de las exportaciones del país están vinculadas a la minería. Es un sector muy importante en términos de generación de PBI, con un aproximado del 15%. También es importante, en la fase de inversión, porque genera mucho empleo, como en la de producción, debido a esa vinculación con las exportaciones. También es importante en términos de generación de impuestos. En cuanto a los proyectos, es probablemente el sector que concentra las grandes inversiones del país. Ahora, eso genera un problema: se cuenta con un enorme potencial, pero es evidente que no existen las condiciones suficientes como para poder atraer grandes inversiones. El cobre tiene un presente y un futuro muy bueno. El Perú debería poder generar un boom de inversiones para proyectos de cobre, con una demanda a mediano plazo, digamos, ya canalizada.

Sobre todo, porque hay proyectos identificados, o sea, el MINEM ya tiene un portafolio robusto de proyectos y hay que activarlos…

Y que no caminan básicamente por temas de orden interno. No es un tema de precios. Es un tema de seguridad interna, de conflictividad social, algo también de permisología, etc. Lo otro es que los recursos mineros se ubican en los lugares más pobres del Perú, donde hay muchísimas brechas sociales. En el pasado no se trabajó bien la utilización de los recursos, en parte por la baja capacidad de las autoridades, sobre todo de las subnacionales. También hay que hacer mea culpa por el lado de las empresas, debido a que no todas han tenido una estrategia adecuada. Hay algunas empresas que manejan estrategias más modernas, responsables y sostenibles. Yo creo que todos tenemos que repensar cómo se aplica el contrato social con el entorno, y enfocarlo en un contrato social productivo.

¿Qué otros factores pueden ayudar a impulsar las inversiones en minería?

Mirando hacia adelante, debemos fijarnos en qué cosa se tiene que hacer diferente, qué cosa se tiene que hacer con un mayor criterio de urgencia. Y ahí tienes distintas dimensiones. Está la parte de trámites, que tienen que ser más ágiles. También está la parte de relacionamiento social y ambiental. Ahora esa área es tan importante como la gerencia de operaciones, o de finanzas. Y ahí entra la otra dimensión que creo que no se ha hecho bien en el pasado, que es la productiva.

Aparte de lo que pagan las empresas, regalías, impuestos, etc., está la parte de los presupuestos de responsabilidad social. Ahí es donde digo que en el pasado no se le ha dado quizá la atención debida y, sobre todo, ha sido con un criterio más asistencialista y de apagar incendios; pero no con una visión productiva de mediano plazo. Es decir, yo [la empresa minera] no quiero que la población dependa permanentemente de mí, y que yo sea la única fuente de generación de ingresos. Entonces, hay que hacer este enfoque productivo. Soy de la opinión de que el Estado también tiene que hacer lo propio con toda la bolsa de recursos que tiene, para que se generen actividades productivas en la zona, que le den sostenibilidad financiera y económica a estas unidades productivas, a estas comunidades, para que no tengan que depender tanto de la mina. Algunos proyectos sociales que se han desarrollado no les ha dado a las comunidades la sostenibilidad necesaria como para que puedan después operar solos en el tiempo.

¿Cuáles considera son un buen ejemplo de práctica mineras?

Un buen ejemplo es Antamina y la otra es Anglo American, con proyectos productivos piloto, con articuladores privados, agroexportadoras que articulan productores en la zona. Yo soy la empresa minera, yo tengo los recursos, pero yo no sé de producción de palta. Entonces, yo puedo aliarme con alguien que sí conoce la dinámica, pero sabe porque exporta. Entonces, me articula con la cadena de producción. Yo pongo los recursos, ellos ponen el know-how, tecnifican, les dan a todos los conocimientos, les abren los mercados, les dicen cómo hacer para conseguir las certificaciones, etc. Entonces le das sostenibilidad, que es un enfoque de mercado. A veces el articulador no va a ser privado. El articulador puede ser un Centro de Innovación Productiva y Transferencia Tecnológica (CITE), por ejemplo.

Pero un enfoque más estratégico es decir “acá tenemos que ver cómo hacer para que in situ mejore la productividad, que consigas mercados, y que de acá en dos o tres años ya puedas sostenerte solo, estar integrado en alguna cadena productiva”. Yo creo que falta más de eso. Y eso debería ayudar a que también las relaciones con las comunidades mejoren, y que no dependan tanto de los recursos de la mina. Los recursos del canon pueden seguir llegando, habrá cada vez mejores servicios, mejor infraestructura, pero independientemente de eso, ya tienes actividades productivas en la zona. La minería no es la única [actividad] a la cual se tiene que recurrir. Siempre van a haber los aprovechadores, los extorsionadores, pero en la medida que las comunidades perciban que hay una actitud mucho más proactiva, tanto del Estado como de las empresas mineras, y con iniciativas que les dan mucha más sostenibilidad, van a ser menos proclives a dejarse embaucar por ellos. Eso va a ayudar mucho a distender la situación [de conflictividad social que vemos hoy].

Otro sector que también se está desarrollando es el de los proveedores, que se están sofisticando…

Hay ejemplos en Australia, Nueva Zelanda. Es más complicado, pero también hay algo de eso en el Perú. Hay operadores que han desarrollado maquinaria específica. Pero hay limitantes. Usualmente, una operación grande tiene proveedores internacionales. Podrá haber algunas cosas que puedan abastecerse con proveedores locales. También hay otros sectores de la economía que pueden desarrollarse. Turismo, por ejemplo. En ciertas zonas puedes hacer desarrollos turísticos, con formación de capital
humano.

Es necesario tener una mirada más integral de los problemas en las zonas mineras. No es suficiente indicar que se pagan los impuestos y listo, que el Estado se encargue. Yo creo que tiene que haber mucha más labor de llegada amigable, empática a nivel de población y con los distintos actores. Entonces, acá se requiere un cambio de enfoque en todos los responsables.

Hay críticas de uno y otro lado cuando finalmente el problema es de los dos…

Sí, siempre va a ser un tema que va a requerir de cooperación pública y privada. Desde las empresas y desde PCM, el MINEM, el MEF y los gobiernos regionales, provinciales y municipalidades. Hay gran responsabilidad del Estado en todos sus niveles, también. Son entornos complejos, pero creo que hay mucho espacio de mejora, para poder generar mejores condiciones de comunicación y de articulación en los territorios, que la población sienta que están llegándole los beneficios [de la minería] y sea menos proclives a cuando entran los intereses rentistas. Creo que lo que estamos viendo ahora sugiere que tiene que haber mayor sensación de urgencia sobre cómo se cierran esas brechas sociales.

Se anima a dar una predicción de crecimiento del sector minero para este año…

Es muy difícil dar números en este momento tan incierto. Lo que te puedo decir es que se viene un año de recesión minera, inducida de manera interna, porque los precios no son malos. Es inducida por paralizaciones. Va a ser un año muy complicado. No creo que las mineras estén pensando en algún proyecto nuevo. Están pensando en cómo proteger a sus trabajadores. Es un año que no pinta nada bien.

El también economista Elmer Cuba ha señalado que la recesión en el sur —específicamente en Puno y Cusco— hará cesar las protestas. ¿Coincide con ese comentario?

No lo sé, es una posibilidad. Lo que pasa es que, en algún momento, con todo el lado negativo que tiene, la informalidad te blinda de que tengas protestas masivas, porque la población tiene que cubrir su día a día. Creo que es un poco a lo que está yendo [Cuba]. Es una minoría la que protesta, la que genera la violencia. Pero tienes al resto, los que tienen negocios. En Puno están todos cerrados, en Arequipa igual. Hay piquetes de revoltosos que salen a amenazar a la gente. Respondiendo a tu pregunta, ojalá que sea así, creo que hay gente que está harta de esto y que quiere retomar su vida.