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Cálidda: “Estamos haciendo los estudios para llevar gas natural a otras regiones”

"Lo que íbamos a ejecutar en cinco años lo estamos haciendo en dos", afirma Martín Mejía del Carpio, director general de Cálidda.

Cálidda

En entrevista con Desde Adentro, Martín Mejía del Carpio, director general de Cálidda, hace un repaso del trabajo realizado por la distribuidora peruana de gas natural al cierre del año. Además, reafirman el desafío de aportar en la conversión de vehículos a gas natural. 

Cálidda cumple con el objetivo de masificar el gas natural. ¿Cómo se fortalece este compromiso al llegar con nueva energía a millón y medio de usuarios en Lima y Callao?

Efectivamente, hace un par de meses, alcanzamos el millón y medio de usuarios en Lima y Callao. Para poder alcanzar este hito, hemos tenido que construir 16 mil kilómetros de redes de gas natural. Eso es más que construir una línea recta desde el Ártico hasta la Antártida, para darte una magnitud de las redes que ya tenemos instaladas. Eso nos permitiría terminar el año con 1 millón 540 mil conexiones domiciliarias. Pero con las redes que ya tenemos, podríamos conectar a 1 millón 900 mil viviendas. Año a año, las personas que al inicio no tomaron una decisión de conectarse, se pueden ir conectando en lo que llamamos el ‘repaso’ de las redes por donde pasamos. Sin embargo, ya podemos decir que tenemos una cobertura de más del 60% de los usuarios potenciales y nos falta muy poco para terminar la masificación en Lima y Callao. Para darte una idea, si hoy día ya tenemos 16 mil kilómetros de redes, con 5 mil kilómetros más ya estaríamos terminando toda la tarea de masificación en Lima y Callao.

¿Cómo avanzan estas conexiones domiciliarias respecto del plan quinquenal al 2022? 

En este plan quinquenal nosotros habíamos previsto 1,800 kilómetros de redes, que es lo que aprobó el Estado el año pasado. Hemos construido más de 1,000 kilómetros y el próximo año vamos a completar los 800 kilómetros que nos faltan. Pero ya estamos trabajando internamente para ver si presentamos un nuevo proyecto al Gobierno para complementar el que nosotros presentamos en diciembre del 2021. Lo que íbamos a ejecutar en cinco años lo estamos ejecutando en dos.

¿A qué otras zonas tienen contemplado llegar una vez completen la masificación en Lima y Callao? ¿Qué posibilidades hay de salir de Lima Metropolitana?

Si bien hemos completado prácticamente todo Lima y Callao, aún nos faltan zonas de los niveles socioeconómicos A y B, principalmente: San Isidro, Miraflores, Barranco, La Molina, Surco, Jesús María, Lince y San Borja; distritos donde aún tenemos oportunidades de intervención. Pero, si vas a San Juan de Lurigancho, San Juan de Miraflores, San Martín de Porres, Comas, Carabayllo, Lurín, Ate, Ventanilla y Ancón, que el próximo año vamos a intervenir en su totalidad, ya son zonas en las que hemos avanzado muchísimo. Hacia el sur de Lima, hemos llegado hasta Cañete; dejamos gas natural en domicilios, al igual que en Chilca. Pero hacia el norte chico es donde todavía no hemos podido llegar. Estamos haciendo los estudios pertinentes para poder tender redes de gas natural en Huacho, Huaral.

¿Hay una fecha estimada?

Estamos haciendo los estudios. Creemos que para el 2025 vamos a presentar el plan para que sea aprobado por el Estado y esperemos que en el 2026 ya podamos construir estas redes. Para hacerlo, primero estamos cumpliendo con la normativa y haciendo los estudios de impacto ambiental de la zona, estudios técnicos y de riesgos. Todo eso tiene su tiempo para que se concrete en el 2026. Mientras tanto, seguimos trabajando en lo que nos falta del Centro de Lima. Si yo separo el norte chico, debe tener 1,000 kilómetros; de los 5,000 kilómetros que dejamos, hay 4,000 que todavía nos quedan en zonas residenciales, algo en Cañete y en las playas del sur; así como en las zonas de San Bartolo, Santa María y Pucusana, donde hay una población que podríamos intervenir y que está en las casas que están fuera del perímetro playero.

Expertos han señalado incluso la posibilidad de llegar a los 2 millones de conexiones antes del 2026…

Son números que podemos alcanzar. Yo creo que vamos a cerrar, por lo menos, en 1 millón 700 mil viviendas. Para llegar a los 2 millones de conexiones, necesitamos alcanzar unas 300 mil viviendas más y creemos poder hacerlo en los próximos dos años. Me parece que es un número totalmente aplicable. Hoy día, en el norte del Perú, hay 210 mil conexiones domiciliarias; en Ica, 60 mil, y un plan para ampliarlo en 30 mil más, con lo cual tendríamos 90 mil. En Lima, ya tenemos 1 millón y medio, con lo cual el próximo año en el Perú ya debería haber 2 millones de conexiones domiciliarias. Ya se puede decir, entonces, que el 80% de la población de Lima y Callao tiene una red frente a su casa y que el 60% ya tiene una conexión domiciliaria en su casa. Vamos a seguir trabajando para que lleguemos a los 2 millones ojalá antes del 2026 en Lima y Callao.

¿Cómo avanzan con las conexiones industriales?

Tenemos aproximadamente 900 conexiones industriales. La gran industria ya está conectada; las grandes fábricas e industrias, cerámicas, cementeras, vidrios, alimentos, ladrillos, todo eso, ya está conectado. Hoy día nos faltan pequeñas industrias de poco consumo de gas natural. Pero, conforme vayamos avanzando, las vamos a ir conectando. Estamos conectando 50 industrias cada año con la extensión de las redes y vamos a seguir en esa senda. Pero tampoco es que ello vaya a traer un gran volumen a la concesión, puesto que lo que queda es pequeño. 

El 90% de conexiones se ejecuta con fondos del Fondo de Inclusión Social Energético (FISE). ¿Cómo evalúan el trabajo en conjunto con el Estado y qué les han significado estos recursos?

El FISE fue de gran valor para romper una de las barreras de entrada para la conexión de gas natural, que era justamente subsidiar la conexión sobre todo en los niveles socioeconómicos bajos. Ahora, del millón y medio de conexiones que tenemos, 900 mil han sido financiadas con el FISE, para darte un número aproximado de lo que hoy día ha aportado el FISE. Los otros 600 mil no han sido cubiertos por el FISE porque fueron conexiones que se hicieron durante los primeros años. Pero, digamos, el FISE ha sido de gran ayuda, no solamente para romper la barrera de entrada para la conexión domiciliaria, sino también hoy en día para la conversión vehicular. 

Hay reservas probadas peruanas para al menos 20 años, sin depender de las fluctuaciones de los precios del petróleo en el mercado internacional. ¿Qué oportunidades ofrece el gas natural para los próximos años?

Nosotros somos muy afortunados, el Perú tiene reservas importantes de gas natural, que, por lo menos, nos pueden ayudar a esa transición hacia las energías renovables hasta el año 2040, y digo “por lo menos” porque es con las reservas que hoy día tenemos probadas y el consumo actual. En el Perú, somos importadores de combustibles como las gasolinas y hasta el mismo GLP, y si bien el 70% viene de la planta de Pluspetrol de Pisco, el otro 30% se sigue importando para cubrir la demanda local. Además, el 50% del gas natural que sale de Camisea se exporta y el otro 50% se consume en el mercado local; de ese 50%, el 35% se utiliza para la generación eléctrica. El otro 15% se utiliza para la industria, para la movilidad, y para las residencias. Entonces, uno diría que, si en algún momento se exporta menos, tenemos gas por lo menos 20 años más. Y si en algún momento la generación eléctrica pasa a utilizar más energía renovable, tenemos reservas de gas natural por muchos más años. El problema no son las reservas, el problema es si queremos seguir masificando y utilizar gas natural en otras regiones diferentes a Lima. 

En ese sentido, ¿cuál considera que es el principal desafío del Perú con la transición energética?

Nosotros creemos que en el sector transporte todavía se tiene que trabajar muchísimo, sobre todo en la calidad del aire que respiramos en Lima y Callao. Ahí el FISE, de hecho, también está aportando en la conversión de vehículos ligeros. Actualmente, hay más de 300 estaciones de gas natural en Lima y Callao, pero se podría alimentar a muchos más autos. Lo que podemos hacer es transformar todo el parque vehicular en gas natural, mientras siguen bajando los costos de los combustibles de motores eléctricos para los vehículos pesados, como los camiones. Esto podría ahorrarle un montón de recursos a los transportistas, porque utilizarían gas natural en lugar de otro combustible más caro, y el Estado, a su vez, ahorraría recursos porque no tendría que importar tanto combustible.

¿Cuál es la discusión pendiente de cara a la masificación del gas natural en otras regiones?

Lima ya está masificada, la costa también. Hay opciones, pero se tiene que conseguir infraestructura. Ahí el análisis que se tiene que hacer desde el Estado es si llevar gas a partir de la infraestructura de distribución de gas natural es rentable para la población o si hay otra alternativa que mejor calza. El Perú es un país que si uno mira cómo está distribuido, tiene el 35% del territorio nacional y el 70% de la población en la costa. En todas esas regiones, ya hay una distribuidora de gas natural, algunas han avanzado más que otras. Cálidda es la más antigua. Contugas tiene algunos años, pero su demanda es muy pequeña y tiene un ducto muy grande que se podría aprovechar para llevar el gas directamente hacia el sur, a Arequipa. Teniendo el ducto de Contugas en Marcona se puede construir más o menos 500 kilómetros que faltan para llevarlo hasta Ilo y tener gas natural en Arequipa por ducto, así no tener que llevarlo en camiones desde Pampa Melchorita o desde el Darién. Considero que si queremos masificar realmente el gas en Arequipa, Moquegua y Tacna hay soluciones mucho más prácticas y rápidas, a esperar que se decida sobre el Gasoducto Sur peruano. 

Estamos cerca de finalizar el año y viene la hora de los balances. ¿Qué significó para Cálidda el 2022?

Este ha sido un año importante para Cálidda. Hemos avanzado con nuestro plan de masificación de acuerdo con lo previsto. Pero también es un año en el que no solamente hemos llevado gas, sino también hemos consolidado nuestro programa de beneficios de financiamiento hacia la población. Es un año en el que hemos trabajado con los corredores, con las líneas concesionadas por la ATU, que alimenta más de 80 vehículos diariamente que recorren Lima para el transporte con energía limpia. Es un año en el que vamos a recibir la autorización —este mes— de Osinergmin para instalar la primera estación de GNL, que ya está construida en Puente Piedra, para crear un corredor verde desde el norte hasta Lima y, posteriormente, llevarlo más al sur, ojalá hasta Arequipa. Así, los vehículos de transporte de carga podrán consumir GNL, que les permita transitar más de 1,200 kilómetros utilizando GNL con total autonomía, en lugar de gas comprimido o diésel.