Uno de los propósitos de la minería moderna es generar desarrollo sostenible en sus zonas de influencia, pero muchas veces no toda la población está informada o desconfían de esta actividad, lo que causa diversas reacciones. Conversamos con los jóvenes integrantes de Amautas Mineros, una organización que se encarga en todo el país de difundir los beneficios de la minería mediante charlas en colegios. Pero, además, ellos están en contacto con otras personas de su edad y conocen de cerca qué expectativas se generan alrededor de la minería y qué inquietudes están todavía por resolverse.
No solo para ingenieros
“Con el derecho estaba pensando en enfocarme en derecho civil, pero ahora quiero especializarme en asuntos legales que tengan que ver con la minería”, dice Evelin Sánchez, estudiante de 18 años de la Universidad Nacional de Cajamarca. En sus charlas con adolescentes y jóvenes era común encontrar dudas sobre qué estudian quienes logran, finalmente, trabajar en una empresa minera. Hoy tienen más claro que no es un campo solo de la ingeniería de minas, metalúrgica o de carreras técnicas como operadores de maquinaria pesada. La minería es multidisciplinaria y diversos profesionales pueden encontrar una oportunidad laboral en las distintas áreas del sector minero.
Las empresas mineras han contribuido también a esta percepción con la organización de programas de desarrollo de capacidades o abriendo sus puertas para que los jóvenes vean cómo se trabaja por dentro, aunque algunas actividades se vieron recortadas durante la pandemia. Con visitas técnicas regulares o programas de prácticas preprofesionales, los jóvenes tienen un conocimiento más cercano de cómo funciona la actividad minera, lo que también despierta vocaciones.
“Tengo un hermano mayor que me contaba cómo fue el desarrollo del sector minero desde la base, y luego averigüé en qué campo podía desempeñarme”, dice Yimi Roldán, estudiante de 22 años, en el sexto ciclo de ingeniería de minas en Junín. “La minería es la base de la economía del Perú y yo quería aportar”.
En el camino de la minería moderna
Los jóvenes están aprendiendo a diferenciar la minería moderna de otras prácticas en el sector. Arlith Yucra, estudiante de ingeniería metalúrgica en la Universidad San Antonio Abad del Cusco, cuenta que en sus charlas con estudiantespodía encontrar a varios que tenían familiaresque trabajaban en la minería informal y para ellos la minería era una sola, todo era lo mismo. “Es muy gratificante poder explicarles cuál es la diferencia y los beneficios de la minería formal, frente a la minería que no lo es”, refiere.
En Cusco, Arlith dice que se vive en una cierta tensión frente a la minería con grupos a favor y en desacuerdo, y la mayor preocupación es lo que puede pasar con la agricultura y el medio ambiente. Se cree que la minería contamina, pero lo que hace falta es una mayor difusión de cómo trabaja la minería moderna para proteger el entorno y minimizar cualquier impacto.
En cambio, en Moquegua, Ayrton Pinto dice que hay muchas expectativas por el próximo inicio de operaciones de Quellaveco. “Buscamos una minería que sea socialmente responsable, que sea abierta para todos y que brinde oportunidades. Moquegua se está preparando, hay otros proyectos en proceso, que están transcurriendo de una manera limpia y ordenada, de acuerdo con la Ley, y eso ayuda a que la gente tenga confianza”.
Diálogo y prioridades
Los jóvenes están más interesados por saber cómo se administran los recursos para el crecimiento y desarrollo de su región. “Muchos chicos no conocían el significado de canon minero o de regalías, y preguntaban a dónde se iba ese dinero, quiénes eran los beneficiados”, dice Arlith. Hoy ella nota una mayor curiosidad por averiguar y hacer preguntas, tanto en los colegios que visita como parte de Amautas Mineros como en los ambientes universitarios. Por ejemplo, Yensi Aragón, tiene claro cuáles son los aportes de la minería cuando ve el crecimiento y la infraestructura de la Universidad San Agustín de Arequipa, donde ella estudia ingeniería de minas. “Aquí hay una conexión fuerte con las empresas mineras y los jóvenes tienen la mente abierta para conocer más”, sostiene.
Cuando Evelin se topa con estas dudas de los estudiantes de Cajamarca sobre la gestión de recursos pide mirar a los responsables de distribuir e invertir el canon, y las prioridades que tienen las autoridades para ejecutar proyectos con este dinero.
Marycielo Sarmiento, estudiante de Apurímac, cree que la falta de un mejor diálogo entre la empresa minera, el Estado y la comunidad hace que los conflictos no tengan punto final. “Si hay diálogo va a haber crecimiento para todos”, agrega Ayrton Pinto. “Una buena comunicación parte de respetar los puntos de vista, entender los intereses de todas las partes y construir acuerdos”.
Para ella es legítimo que la gente se pregunte: “¿Por qué si tenemos aquí una gran minera sigue habiendo pobreza?”, ya que alrededor se ve que las necesidades son grandes. “La sociedad piensa que los beneficios de la minería se quedan con las empresas”, dice. Pero ella también está de acuerdo en que es necesario comunicar mejor la responsabilidad de las autoridades en gestionar esos recursos que son producto de la actividad minera y que no se usan para el bienestar real de la población.
Pero Marycielo confía en la minería como una fuente para traer desarrollo a su región: “Hay demasiadas brechas que cerrar, demasiadas necesidades que atender y creo que la minería es una solución para ello”.