Continuando con sus proyectos mineros, Compañía de Minas Buenaventura sigue a paso firme con el proyecto aurífero San Gabriel, en la región Moquegua. Para ello, reforzará sus mecanismos de comunicación local, incluyendo espacios de diálogo de manera conjunta con el Ministerio de Energía y Minas y la Defensoría del Pueblo, para resolver las dudas que podrían quedar en algunas de las poblaciones sobre el proyecto, y acompañar el reinicio paulatino de sus actividades.
A mediados de junio, el proyecto minero suspendió sus trabajos, debido a incidentes provocados por dos grupos de personas que irrumpieron, sin autorización, en el campamento y que pusieron en riesgo a su personal e instalaciones.
Renzo Macher, gerente de Proyectos e Innovación de Buenaventura, afirma que “hemos recibido con agrado el soporte de las comunidades de Corire y Oyo Oyo, que son parte de nuestra área de influencia directa, con quienes mantenemos una excelente relación de casi dos décadas y quienes han rechazado el uso de la violencia de un grupo de manifestantes”.
Desde el 2003, cuando comenzaron con sus labores de exploración, San Gabriel viene relacionándose con las comunidades de su área de influencia. “Desde ese momento hasta la fecha hemos logrado una serie de hitos, tales como la compra de 2,158 hectáreas a las comunidades de Oyo Oyo y Corire con firma de acuerdos de prestaciones recíprocas con ambas comunidades y con el Comité Técnico de Desarrollo del Distrito de Ichuña”.
Asimismo, han logrado la aprobación del Estudio de Impacto Ambiental Detallado del proyecto, en marzo del 2017, incluyendo una audiencia pública llevada íntegramente en quechua; así como la aprobación del plan de minado y la concesión de beneficio en marzo del 2022, una vez concluidos los procesos de consulta previa con las referidas comunidades, incluyendo actualizaciones a los convenios de prestaciones recíprocas.
Mina en marcha
“Las comunidades están con las mayores expectativas ante el inicio de la construcción de San Gabriel, que empezó en marzo del 2022”, sostiene el ejecutivo. Los trabajos, actualmente, están enfocados en las actividades de ampliación del campamento existente en la zona, así como la rehabilitación de la rampa de acceso.
La construcción de San Gabriel culminaría a fines del 2024 y continuará con las actividades de comisionamiento (ensayos e inspecciones con materiales) hasta alcanzar la prueba de performance en el segundo trimestre del 2025, cuando iniciaría la producción comercial de la nueva unidad minera.
La inversión estimada en este proyecto minero es de US$ 469 millones e incluye las actividades necesarias para culminar la ingeniería y construcción de la infraestructura para entrar en operación. La ejecución del proyecto se realizará bajo un contrato de Engineering, Procurement and Construction Management liderado por Ausenco.
“Contamos con reservas del orden de 14.9 millones de toneladas de mineral con una ley promedio de 4.04 gramos por tonelada de oro, que nos permitirá operar durante 14 años. Adicionalmente, contamos con recursos inferidos por siete años adicionales”, finaliza el ejecutivo.