Actualmente, el cobre representa el 34% de las exportaciones totales y el 55% de la producción minera del país. Juan Luis Kruger, CEO de Minsur y presidente de la mesa del Cobre en el 14 Simposium Internacional del Oro, Plata y Cobre, señala la importancia del metal rojo para la industria y recalca la necesidad de resolver la conflictividad social que el sector minero ha estado atravesando en los últimos años.
Usted preside la mesa del Cobre del Simposium. ¿Qué podemos esperar de este encuentro?
Es la primera vez que se incorpora al cobre en este importante evento y creo que es el reflejo de la relevancia que tiene para la industria minera del Perú y del mundo. Solo en los últimos veinte años hemos logrado incrementar cuatro veces más la producción de la industria cuprífera en el país y nos hemos posicionado como el segundo productor de cobre del mundo. Sin embargo, desde el 2019, el año de mayor producción de cobre, la producción total del metal se ha reducido en 8%, en gran medida, debido a la conflictividad social. El cobre representa el 34% de las exportaciones totales y más de la mitad de la producción minera del país. Es un momento sumamente importante y lo que tenemos en nuestras manos es una gran oportunidad. Creo que el foco de nuestra mesa tendrá una mirada al futuro y nos acompañarán personas muy destacadas en la industria cuprífera, no solamente en el Perú, sino a nivel mundial.
¿Cómo describe el panorama del sector cuprífero?
Las inversiones en el sector cuprífero son grandes. Para poder producir una tonelada de cobre hay que invertir entre US$ 18,000 y US$ 22,000 por tonelada, es muy intensivo en capital. Eso requiere reglas de juego estables, un Estado de derecho en el que la ley sea la misma y se cumpla para todos por igual. Las reglas de juego deben ser predecibles para que permitan realmente tener confianza para poder comprometer estas grandes cantidades de recursos e inversiones. Es muy importante resolver la conflictividad social y que se instaure nuevamente un Estado de derecho en nuestro país, en donde pueda haber predictibilidad para los inversionistas.
¿Cuáles son las inversiones más destacadas que vienen en los yacimientos de este metal?
Lamentablemente, en este momento no tenemos grandes inversiones o proyectos de crecimiento grandes que estén a puertas de empezar su construcción. Después de Mina Justa y Quellaveco, no viene nada grande que esté listo para iniciar. Hay algunas inversiones en capital de sostenimiento para la producción que se están dando, pero nuevos proyectos de expansión que van a permitirnos eventualmente llegar a ser los primeros productores de cobre en el mundo, ojalá algún día. Actualmente, solo el 8% de todos los proyectos mineros que tenemos cuenta con ingeniería de detalle y el ciclo de desarrollo de un proyecto minero es muy largo porque necesitas pasar por una serie de etapas de ingeniería, estudios y permisos previos a la etapa de construcción. Por eso, es muy importante actuar rápido y atraer inversiones al sector para no perder la oportunidad de los precios que estamos teniendo hoy.
¿Qué estrategias deberíamos considerar para asegurar el futuro del sector cuprífero?
Lo primero que tenemos que hacer es resolver la situación de conflictividad social, generar las condiciones adecuadas de predictibilidad y certidumbre, tanto política como económica para que las inversiones puedan volver a nuestro país y, así, generar un entorno de confianza. Segundo, no es solamente el desarrollo de proyectos que ya están identificados. Tenemos que mirar con mucha preocupación la exploración. La inversión y exploración viene cayendo todos los años y si no exploramos el futuro de la minería [esta] se pone en peligro. Entonces, se tienen que generar condiciones no solo para desarrollar los nuevos proyectos, sino también para incrementar la inversión en exploración.
¿Qué pueden hacer las empresas desde su lado para asegurar el crecimiento del sector cuprífero?
Creo que el sector privado está comprometido en seguir haciendo cada día una mejor minería, una minería más sostenible que contribuya a generar bienestar y a catalizar el desarrollo de nuestro país. Lo que necesitamos ahora es un Estado que nos dé las señales correctas.
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