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Impulso a la salud: un punto de partida para las empresas minero energéticas

La pandemia del coronavirus ha permitido reivindicar la importancia de aunar esfuerzos entre el sector público y privado para cerrar las brechas de acceso a servicios de salud, mejorando la infraestructura sanitaria y la calidad de vida de las comunidades.

El impulso a la salud

De manera imprevista, la crisis sanitaria de la COVID-19 dio un vuelco al sector minero energético: convocó a las empresas del sector a desplegar rápidamente todos sus equipos para brindar soporte sanitario y logístico en sus zonas de influencia en temas de salud. Desde la atención de pacientes contagiados, hasta resguardar la seguridad del personal de primera línea e implementar espacios seguros. Donaron plantas de oxígeno, concentradores, balones de O2 médico; cientos de pruebas de descarte, camas hospitalarias, ambulancias, ventiladores mecánicos, equipos sanitarios, carpas y sillas, señalética, mascarillas, sillas de ruedas; así como apoyo humano para la vacunación a hospitales y centros de salud en distintas localidades del Perú.

Las brechas de acceso a una atención de calidad, así como la necesidad de una mayor presencia estatal, quedaron en evidencia con la pandemia, especialmente en las zonas más aisladas o de difícil acceso donde opera gran parte de las empresas del sector minero energético. Sin embargo, la iniciativa coordinada con las autoridades del sector de la salud permitió enfrentar de mejor manera una de las emergencias sanitarias con mayor impacto de los últimos tiempos.

Intervención clave

“Por primera vez se determinó la necesidad, la importancia y hasta la obligación de que todos tenemos la capacidad de intervenir en aspectos transversales como la salud. No es responsabilidad únicamente del Ministerio de Salud, sino de los múltiples actores que conformamos el sistema”, señala Luis Alburqueque, gerente de Responsabilidad Social de Kallpa Generación, una de las generadoras eléctricas más grandes del país.

Durante la emergencia sanitaria de la COVID-19, implementaron la campaña “Kallpa pone el hombro”, en Lima, Arequipa, Cajamarca, Huancavelica y Ucayali, que incentivó el acceso a la vacuna para la población aledaña a sus operaciones, abasteciendo a los puestos, centros de salud y población con insumos de limpieza, equipos de protección personal y materiales. Además, se sumaron a las campañas “Respira Perú” que consistió en la entrega de 680 respiradores mecánicos personales y a través de alianzas estratégicas con el sector público implementaron tres plantas de oxígeno y mejoraron la infraestructura de diversos puestos de salud para fomentar la atención de calidad en la salud para la población aledaña a sus operaciones.

Según cifras de la Sociedad Nacional de Minería Petróleo y Energía (SNMPE), las empresas agremiadas donaron 37 plantas de oxígeno, 176 concentradores y 3,732 balones de O2 médico a hospitales y centros de salud del país. Además, entregaron semanalmente 140 toneladas de oxígeno e importaron este insumo médico para llevar 75,000 balones adicionales a los hospitales. Las empresas del gremio minero energético también donaron más de 855,500 pruebas de descarte de coronavirus, 967 camas hospitalarias, 30 ambulancias y 241 ventiladores mecánicos para ayudar a los pacientes en las Unidades de Cuidados Intensivos.

“La salud es un derecho humano que debe ser garantizado por el Estado y promovido por todos. La salud guarda relación con muchos aspectos que necesita el ser humano para desarrollarse como, por ejemplo, la educación y el trabajo, y es un elemento transversal a cualquier actividad o labor social en las comunidades donde operamos”, afirma Alburqueque, convencido de que la salud debe ser un componente principal de la política de responsabilidad social de las empresas.

Infraestructura sanitaria

Si bien los esfuerzos para mejorar las condiciones de salud de las comunidades comprendidas en sus zonas de influencia datan de mucho tiempo antes, la emergencia sanitaria del 2020 permitió reivindicar la importancia de garantizar la calidad de la salud como un eje principal y permite hacer un recorrido para comprender la magnitud del esfuerzo de las empresas minero energéticas en este campo.

Para este objetivo, se han utilizado diversos mecanismos, como el de Obras por Impuestos (OxI), una modalidad que desde el 2008 permite la ejecución de proyectos de inversión pública por parte de las empresas privadas, beneficiando a la población de sus áreas de influencia.

A través de OxI, las empresas minero energéticas, desde la creación de este mecanismo, tienen 10 proyectos de infraestructura sanitaria por un monto de S/ 631 millones. Compañía Minera Antamina lidera en el desarrollo de este mecanismo especialmente en el sector de la salud. Desde 2014, Antamina emprendió el mejoramiento y la ampliación de los servicios de salud en la microred Palmira, en la provincia de Huaraz, y de los puestos de salud en Ticllos, en la provincia Bolognesi, ambas localidades pertenecientes al departamento de Áncash.

Sin ir más lejos, en el 2021, con una inversión de más de S/ 188 millones, Antamina inició el proyecto de construcción del Hospital de Huarmey, que busca beneficiar a más de 33 mil personas de la región. A esto se suma la construcción del nuevo Hospital de Huari, en Áncash, con una inversión de S/ 192 millones, y que permitirá beneficiar a más de 102 mil personas; así como el proyecto de mejoramiento y ampliación de los servicios del establecimiento de salud Llata, en Huánuco, que beneficiará a 47 mil personas.

Estas inversiones han sido aprobadas por el Programa Nacional de Inversiones en Salud (Pronis), principal Unidad Ejecutora del Ministerio de Salud (MINSA), que este año asignó más de S/ 3,800 millones en proyectos para los tres niveles de Gobierno, una cifra histórica que permitirá impulsar proyectos de infraestructura hospitalaria a nivel nacional. El grueso del gasto fue para el sector minero, incluyendo las obras de Antamina mencionadas anteriormente y el proyecto para la instalación de servicios de atención prehospitalaria y telesalud, en la provincia de Chumbivilcas, en Cusco, a cargo de Hudbay Perú.

Asimismo, el MINSA a través del Pronis, impulsa la construcción de nueve establecimientos de salud en las comunidades de la zona de influencia del Corredor Petrolero de Loreto. Las nuevas infraestructuras —ubicadas en Nuevo Andoas, Alianza Cristiana, Mayuriaga, 12 de octubre, Nueva Alianza, La Petrolera, Pampa Hermosa de Trompeteros, Antioquia y Nueva Jerusalén— beneficiarán a más de 22 mil personas que viven en zonas de difícil acceso.

Fondos Sociales y alianzas

Otra vía de aporte son los Fondos Sociales, que funcionan mediante asociaciones civiles sin fines de lucro conformadas por representantes de la empresa adjudicataria y de la población de la zona de influencia. Los aportes del fondo, que provienen de recursos de los procesos de promoción de la inversión privada encargados por el sector, son transferidos por ProInversión a cada asociación civil.

De acuerdo con las últimas cifras oficiales disponibles publicadas en el Anuario Minero 2020, las empresas mineras invirtieron —entre el 2008 y el 2019— en proyectos de desarrollo sostenible dirigidos al rubro salud más de S/ 254 millones y, además, S/ 174 millones mediante Fondos Sociales —un total de 158 proyectos, que representan el 11.7% del presupuesto comprometido. Estos últimos, destinados principalmente a fortalecer los servicios de salud de caseríos, centros poblados y localidades situadas en las zonas de influencia de las empresas mineras.

Destaca, por ejemplo, el Fondo Social del Proyecto Integral Bayóvar (FOSPIBAY) en Piura —cuyo principal aportante es la Compañía Minera Miski Mayo, con el 95% del fondo total—, que destinó S/ 5’568.375.13 para brindar atención en la emergencia de la pandemia por la COVID19, permitiendo salvar muchas vidas articulando esfuerzos con los actores locales. Desde su creación, el FOSPIBAY ha destinado el 42% de su presupuesto al sector salud para mejorar la calidad de vida de la población. Entre sus proyectos destacan exitosamente los programas de seguridad alimentaria y de lucha contra el dengue, agua en el desierto;
asimismo, la construcción de modernos Establecimientos de Salud en Cristo Nos Valga, Bellavista y Tajamar, y recientemente con el expediente técnico del Hospital de Sechura, que beneficiará a 70 mil habitantes y tendrá una inversión mayor a los S/ 120 millones en ejecución articulada con la Municipalidad, Gobierno Regional, MINSA y la Autoridad para la Reconstrucción con cambios.

Desde el sector eléctrico, el Programa “Sinergias que suman”, de Electroperú, ha permitido en conjunto con el MINSA, el Gobierno Regional de Huancavelica y las Redes de Salud de la región, mejorar la calidad de atención de los establecimientos de salud primaria en 13 centros poblados de la región. De esta manera, desde febrero del 2021, las Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud (IPRESS) ahora cuentan con tecnología avanzada y mejora en la infraestructura para la atención de pacientes en diversas especialidades. El impacto ha sido determinante: más de 35 mil personas y 8,970 familias beneficiadas.

El otro frente: la lucha contra la anemia

La salud requiere de una mirada integral. Por eso, no se trata solo de infraestructura. No es casualidad que las empresas minero energéticas hayan impulsado, además, campañas contra la anemia, uno de los principales problemas que afecta a las comunidades de sus zonas de influencia. Ello, debido a que generan ciclos de desventaja y desigualdad en la sociedad que pueden ser irreversibles. Se calcula que cuatro de cada diez niños padecen esta afección, de acuerdo con los datos del Centro Nacional de Alimentación y Nutrición del Instituto Nacional de Salud.

El trabajo conjunto entre el sector público, privado y la sociedad civil es fundamental para avanzar en la reducción de los índices de esta afección, declarada por el Gobierno del Perú como una política pública. Por ello, en el 2018, PERU LNG, en alianza con Cáritas del Perú, llevó a cabo el programa “Juntos por la reducción de la anemia”, con el objetivo de mejorar las condiciones de salud en más de 850 niños del nivel inicial y primaria de colegios de 16 comunidades y centros educativos en las provincias de Huamanga y Cangallo en Ayacucho. La iniciativa implicó el desarrollo de acciones para el control de los niveles de hemoglobina, fortalecimiento de los huertos o fitotoldos escolares, capacitaciones de padres de familia y estudiantes, campañas de lavado de manos, desparasitación de niños y sus familiares directos, y la provisión de sulfato ferroso a los alumnos en las aulas por profesores previamente capacitados.

Durante la ejecución del programa en el año escolar 2019 la disminución de la prevalencia de anemia en los niños de 3 a 11 años ha disminuido. En el nivel primaria, disminuyó de 22% a 14% (8 puntos porcentuales) y, en el nivel inicial la disminución fue de 32% a 26% (6 puntos porcentuales). Debido a la pandemia, a partir del 2020 la estrategia del programa se orientó a promover la salud en 290 familias, con niños entre 3 y 11 años, de 11 localidades de 6 distritos en Ayacucho y Huancavelica. El objetivo principal fue aumentar el peso de los niños y disminuir la ocurrencia de diarreas para prevenir la anemia por falta de hierro.

Un objetivo similar es el que ha asumido Fenix y también con buenos resultados. Después de medio año de intervención del programa Anemia Cero, lograron que el 90% de los niños menores de 3 años participantes del proyecto superen la anemia, de acuerdo con el informe final del proyecto elaborado por la Microrred de Salud Chilca. La cifra está por encima del promedio de recuperación que logra el Estado, lo que refuerza el mérito de la campaña.

Así, los esfuerzos del sector minero energético se pueden potenciar aún más. Para ello, se requiere seguir sumando ideas y esfuerzos conjuntos para concretar acciones desde distintos frentes que permitan a las comunidades acceder a servicios integrales de salud y garantizar una mejor calidad de vida.

Sin salud no puede haber desarrollo.

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