En el marco del Día Mundial del Agua, celebrado todos los años el día 22 de marzo, el Comité del Agua de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) llevó a cabo el webinar “Gestión sostenible del agua subterránea: haciendo visible lo invisible”. Este encuentro tuvo por objetivo concientizar acerca de la relevancia de las aguas subterráneas dentro del ciclo hidrológico y para los ecosistemas, así como por ser una fuente importante de suministro de agua para las poblaciones y actividades productivas.
“Este año, el foco del debate se centra en las aguas subterráneas, aguas ‘invisibles’, cuyos efectos se aprecian en todas partes. La mayoría de las zonas áridas del planeta dependen de este recurso que es suministrado para fines de consumo, saneamiento, producción de alimentos y procesos industriales”, explicó Fabiola Sifuentes, presidente del Comité del Agua.
Buenas prácticas en minería
Jorge Tovar, hidrólogo y gerente general de la consultora Hydro-Geo, dio un panorama de la gestión eficiente del agua subterránea en las distintas unidades mineras del país, tales como las pertenecientes a Glencore, Volcan, Pan American Silver, Minsur, Nexa, Gold Fields, Hudbay, Antamina, Antapaccay, Chinalco, Las Bambas, Mar Cobre, Anglo American, Cerro Verde y Yanacocha.
“He tenido la oportunidad de ver la evolución y mejora de estos procesos [de gestión del agua subterránea]. Ante la ausencia de legislación ambiental [años atrás], se hacían cosas que hoy ya no. Las mineras ahora no dependen de las empresas públicas para que les lleven el agua a sus instalaciones. La gestionan, la consiguen y la captan directamente de forma muy eficiente y, es más, la descarga muchas veces es de mejor calidad. Esto es un ejemplo de minería responsable”, explicó Tovar.
Estudios en camino
El conversatorio también contó con la participación de Oscar Ávalos Sanguinetti, director de Calidad y Evaluación de Recursos Hídricos de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), quien mostró avances en los estudios y monitoreo de las aguas subterráneas en el país. El experto explicó que en el 2020 se publicó la Guía para realizar inventarios de fuentes de agua subterránea, y que actualmente hay 48 acuíferos estudiados y 56,764 fuentes de aguas subterráneas inventariadas a nivel nacional. Ávalos también indicó que hay zonas del país donde las aguas subterráneas están sobreexplotadas y subexplotadas, y que en ambos casos puede haber repercusiones negativas.
“Es necesario fortalecer el conocimiento de las aguas subterráneas con estudios hidrogeológicos que permitan contar con información sistematizada que contribuya a la toma de decisiones a favor de la seguridad hídrica en el país. Es importante integrar los estudios de la ANA con los de las compañías minero-energéticas”, señaló Ávalos.
La experiencia de Chile
Por su parte, Gabriela Bennison, consultora de investigación para el equipo de Agua y Territorio de CSIRO-Chile, expuso sobre el programa de Recarga de Acuíferos Gestionada (RAG) que se lleva a cabo en Chile, y que es una de las iniciativas que ha tomado el país tras sufrir una reciente “megasequía” y el desequilibrio del recurso hídrico que existe entre el norte y sur del país.
Bennison declaró que la RAG agrupa un conjunto de métodos utilizados para recargar agua a los acuíferos de manera intencional para su recuperación y uso posterior o para la obtención de un beneficio ambiental. Entre sus beneficios están el fortalecer la gestión integrada de las aguas superficiales y subterráneas, ayuda a sostener ecosistemas dependientes de aguas subterráneas y es una barrera contra la intrusión salina.
La consultora aseguró que, si bien la iniciativa “se desarrolla de manera lenta en Chile”, han encontrado 15 iniciativas de RAG, entre públicas y privadas, y que CSIRO está trabajando con una empresa minera para hacer dos proyectos de recarga de acuíferos.
Frente al cambio climático
Finalmente, María Cárdenas, catedrática de la Universidad Científica del Sur, trató sobre el valor del agua subterránea frente al cambio climático. La experta aseveró que aproximadamente el 50% del agua potable mundial se obtiene de la extracción de aguas subterráneas. “El agua subterránea tiende a estar subvalorada, sobre todo donde no se controla su explotación. Esta subvaloración a menudo lleva a un uso del recurso económicamente ineficiente”, expuso.
Cárdenas reveló que el valor económico del agua se otorga por el uso que se le puede dar, su disponibilidad y su calidad. Afirmó que para modificar de “manera voluntaria” el comportamiento de los actores que usan este recurso hídrico se podrían promover incentivos para fomentar medidas reales de ahorro de agua o para el uso de tecnología que permita su gestión más eficiente, entre otros.
En otro momento de la exposición, Cárdenas dio a conocer los impactos esperados del cambio climático en las aguas subterráneas, entre ellas, una mayor salinidad de las tierras productivas y urbanas, mayor mortalidad de vegetación, movilización de gases nocivos de sitios contaminados a zonas pobladas, así como de otros contaminantes que impactarán actividades como la pesca y agricultura, anegamiento de tierras costeras, restricciones de uso de recursos hídricos en ciudades y zonas agrícolas.
La experta concluyó que se debe pensar en un trinomio Estado-Privados-Sociedad Civil más la academia para mejorar el monitoreo de aguas subterráneas. Además, hay que desarrollar mejor legislación e instrumentos económicos que sean medioambiental y socialmente sostenibles. “La prevención es más eficiente y menos costosa que la adaptación y esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de extraer agua”, concluyó.