Desde hace varias semanas el precio de los hidrocarburos en el mundo registra subidas diarias, algo que se ha agudizado con las acciones bélicas de Rusia en Ucrania. ¿Por qué este conflicto golpea tanto a este sector?
Hay dos razones principalmente. La primera es el embargo que han establecido Estados Unidos y el Reino Unido a Rusia para la compra de su gas natural y petróleo. Ello está generando una escasez física de estos hidrocarburos, lo que implica también el corte de las cadenas de suministros y logística de hidrocarburos en el mundo. Entonces, ante este racionamiento, se está generando una presión sobre los inventarios que hay en el planeta. Esto ocasiona unas condiciones muy similares a lo ocurrido en 1973 cuando hubo un embargo a los países árabes en la Guerra del Yom Kippur. En este contexto, el petróleo podría bordear los US$ 150 por barril en algunos meses si es que la situación en Ucrania se prolonga, hasta que el mercado se reacomode y los precios bajen. La segunda razón es la especulación exacerbada a corto plazo que hay en el mercado, también a consecuencia de las sanciones económicas a Rusia, que están provocando una disrupción en el sistema económico mundial.
Los combustibles en el mercado local se han disparado en los últimos días. ¿Por qué nos afecta tanto una guerra que ocurre tan lejos de nosotros?
La primera razón es la falta de independencia energética que tenemos con respecto al petróleo. A lo largo de los últimos años no hemos promovido el desarrollo de la exploración de hidrocarburos. No es una prioridad del Gobierno alcanzar la suficiencia en el abastecimiento de petróleo propio, por lo que se tiene que importar mucho petróleo del extranjero. No tenemos, por otra parte, suficiente capacidad de refino y tenemos que importar combustibles refinados, dado que la Nueva Refinería Talara no está terminada. A esto hay que agregarle los problemas de la propia cadena logística de petróleo que tenemos aquí. El impacto por lo que sucede en la guerra genera una exacerbación en el Perú debido a nuestros propios problemas internos.
Teniendo en cuenta que no hay una solución pacífica a la vista, ¿se puede hacer algo para mitigar el efecto en alza de los combustibles?
En este momento, la única manera de que en el corto plazo se puedan estabilizar los precios es utilizar recursos fiscales para subsidiar los combustibles, tal como se hace a través del Fondo de Estabilización de Precios. Es la única forma que veo porque la subida se va a dar por la muy fuerte presión ante las restricciones en el abastecimiento y los embargos a los hidrocarburos rusos. A largo plazo, hay otras soluciones, como potenciar la industria del gas natural. Muchos no se ponen a pensar que tenemos gas natural doméstico. Y esta debería ser nuestra forma de salir de la dependencia energética.
¿Esta coyuntura debería impulsar la masificación del gas natural?
Por supuesto que sí. Debemos impulsarla. El gas natural produce líquidos, produce combustible barato y con precios regulados que incluso podrían utilizarse de forma masiva y no tendríamos que estar tan expuestos a la subida del precio de petróleo, que no hay en abundancia.
Pensar en la masificación, no es cerrarse a la exportación del gas natural. ¿Qué ventajas puede tener ampliar los envíos de gas natural a otros mercados?
Sí, efectivamente. La exportación va a dinamizar una mayor exploración en los campos cercanos a Camisea. Esto siempre va a permitir traer mayor inversión y va a generar regalías para el Estado. Yo vería como algo favorable promover la exportación del gas natural para estimular la exploración en hidrocarburos. Pero el tema pasa por una decisión del Gobierno. Se necesita primero tener un Perupetro fortalecido, pero hasta ahora no tiene presidente, ni siquiera quórum en el directorio. Es decir, en este momento no puede aprobar permisos de exploración. Un tema importante es establecer reglas claras para la inversión privada, pues se ha cuestionado, desde el Gobierno, la propia existencia de la Constitución. Cada vez que se habla de Asambleas Constituyentes, que van a cambiar la economía de libre mercado a una socialista, los capitales que van a arriesgar en inversión en exploración no vienen. La historia económica mundial nos muestra que los enfoques socialistas convierten la industria del petróleo en una dependencia estatal. Y esto es un poco lo que pasa en Rusia. Hay una autocracia subvencionada por la venta de hidrocarburos de varias empresas estatales que no permiten desarrollar más negocios porque hay una represión estatal y militar.
En ese lado del mundo, da la impresión de que se depende mucho de un solo país para abastecer de gas natural a casi todo un continente.
Hay que tener en cuenta de que en Europa se consume mucho gas por el frío de las temporadas invernales. Entonces, la cantidad de gas natural que se necesita es muy grande. Además, recordemos que es un continente muy industrializado. El gas que producen ciertos países no alcanza y tienen un problema de dependencia energética con Rusia. Pero creo que cuando termine este conflicto, la Unión Europea va a tomar una decisión drástica para cortar esta dependencia. Y allí podría abrirse una ventana para el Perú, ya que somos el único país de la región que exporta gas natural. Podrían generarse ingentes regalías para la caja fiscal. Pero tiene que haber exploración porque si no, puede pasar lo de Bolivia, que se está acabando el gas, nadie explora y terminaremos con los ductos vacíos.
¿El actuar del Gobierno ha afectado o paralizado la industria de hidrocarburos?
Cuando tuvimos el primer gabinete de Guido Bellido, él amenazó con nacionalizar los campos de Camisea. Entonces, evidentemente, la inversión está parada hasta que quede claro qué va a pasar, ¿Se va a estatizar?, ¿se va a expropiar? Esta comisión de la masificación del gas no ha presentado un reporte final [sino un informe final preliminar]. En ese sentido, no soy muy optimista. Y en el discurso de búsqueda del voto de investidura de Aníbal Torres no se habló nada sobre la promoción de la inversión en el sector hidrocarburos. Solo se habló de subsidios a la masificación del gas, pero si no se produce más gas, no sé de dónde van a salir los subsidios, porque estos se pagan con las ventas de los hidrocarburos transportados. Si no hay transporte, no hay subsidio para poner conexiones domiciliarias. Ahora, también se ha hablado de que se quiere aumentar la cuota de energía renovable al 20%, y esto sería quitarle mercado al gas natural. Entonces, se va a reducir la producción a nivel doméstico y no habrá de dónde pagar el subsidio para la masificación que viene del Fondo de Inclusión Social Energético. Hablamos de cosas que no se han puesto en contexto, que no se han ordenado.