En las últimas semanas hemos visto una nueva crisis política del gobierno del presidente Pedro Castillo, que ya va por su cuarto gabinete ministerial en apenas seis meses de gestión. Lamentablemente, nuevos funcionarios de confianza que tienen muchas sombras en su actuar o simplemente no reúnen los requisitos profesionales y técnicos se vienen incorporando a un Estado que tiene importantes temas por plantear, revisar y aprobar.
Entre los pendientes se encuentran el poder contar, en el sector eléctrico, con un marco normativo predecible y promotor de inversiones, la promoción de las inversiones en hidrocarburos, la simplificación de la tramitología para facilitar las inversiones en minería o el trabajo que debe hacerse para apaciguar la conflictividad social, por citar algunas reformas que deberían tener continuidad pese al vaivén político.
Sin lugar a dudas la crisis institucional que hoy golpea al Perú, también se ve reflejada en el Ministerio de Energía y Minas, que en lo que va del actual Gobierno, ya ha tenido hasta cuatro ministros alejándose de su real esencia de un Ministerio técnico, toda vez que se viene designando en puestos claves que definirán el presente y futuro del sector minero energético, a personas que no cuentan con la preparación suficiente para asumir las responsabilidades que le han sido otorgadas.
Por ello, la institucionalidad resulta fundamental. Es decir, reglas de juego claras, respeto a las leyes y normas, meritocracia y estabilidad que son ejes esenciales en todo país que apuesta por el desarrollo sostenido y que busca el bienestar de toda su población.
Douglass North, el premio Nobel de Economía de 1993, reconocido por sus teorías sobre el cambio institucional y el crecimiento de los países, decía que las reglas del juego instauradas cambian lentamente, más aún aquellas que están en el ámbito cultural o de los patrones de conducta de las personas, como el desprecio por la meritocracia, la transparencia o la rendición de cuentas.
En cambio, es el triunfo de estos principios lo que origina el crecimiento y el desarrollo de una Nación. No lo perdamos de vista.