El presidente de la SNMPE, Víctor Gobitz, hace una balance del 2024 y los desafíos que definieron el año que se fue, mientras que reflexiona sobre los retos que vienen en los próximos años para el sector minero energético.
A lo largo de su gestión al frente de la SNMPE, ¿cómo evalúa el desempeño del sector minero energético en el 2024 y qué desafíos clave considera que definieron el año?
Durante el año 2024, el desempeño del sector minero en su conjunto, ha sido destacado. Hemos superado la producción anual de 2.75 millones de toneladas finas de cobre y más de 3.5 millones de onzas de oro. Tuvimos dos desafíos de distinta naturaleza: la minería ilegal que siguió creciendo por el incremento del precio del oro, así como la falta de una solución sostenible y consensuada; y la crisis de la empresa nacional Petroperú, cuya cuestionable inversión en la nueva refinería de Talara sigue agravando su falencia financiera.
¿Cuáles considera los logros más significativos del sector minero energético en el 2024, y cómo contribuyó la SNMPE a estos avances?
Entre los logros más destacados, debo mencionar la aprobación de la extensión de vida hasta el año 2036 de la mina de cobre y zinc Antamina, el inicio de la construcción del proyecto cuprífero Tía María, la continuación de la construcción de la nueva mina de oro San Gabriel y la continuación de los estudios de ingeniería para la construcción del proyecto cuprífero Zafranal.
En el sector de hidrocarburos debemos destacar la celebración de los 20 años de operación interrumpida de la extracción del gas natural en Camisea; y asimismo la operación de los ductos que transportan gas natural y líquidos hasta la costa. Ambas inversiones cambiaron de manera muy positiva y relevante la matriz energética de nuestro país.
Desde el sector proveedores se han reforzado la debida diligencia en sus cadenas de suministro para evitar que insumos y equipos sean destinados a la minería ilegal, promoviendo un entorno más seguro y transparente en el sector minero energético.
La SNMPE, como un gremio empresarial que agrupa a los sectores minería, hidrocarburos, energía y proveedores, contribuyó siendo una voz en el debate público de políticas de Estado, aportando siempre propuestas constructivas.
En el contexto de desaceleración económica, ¿cuál es su evaluación sobre el rol del sector minero energético para impulsar las inversiones en el Perú?
El sector minero cuenta con un portafolio de proyectos de cobre, muy relevante y que supera los US$ 40,000 millones de inversión. Estas inversiones no solo permitirían duplicar nuestra capacidad productiva de cobre, aportando otros 250,000 empleos de calidad, sino permitiría integrar nuestras regiones altoandinas, generando corredores económicos que contribuyan a la inclusión y la eliminación de la pobreza.
¿Qué retos considera la SNMPE que se deberán enfrentar en los próximos años, tanto en términos de competitividad como en sostenibilidad?
Por el lado minero, tenemos el desafío de seguir promoviendo las inversiones mineras de gran escala y escala media, las cuales siempre generan empleos de calidad, infraestructura pública y aportes relevantes a la caja fiscal; y asimismo participar de la discusión para consensuar una ley de minería artesanal y pequeña escala (MAPE) que sustituya la promoción de la informalidad e ilegalidad, a través del Registro Integral de Formalización Minera.
De otra parte, en cuanto a los hidrocarburos, tenemos el desafío de continuar promoviendo las inversiones en exploraciones por gas natural y petróleo, relevando el papel de Perúpetro en este objetivo; y asimismo estar atentos, al devenir operativo y financiero de Petroperú, empresa de todos los peruanos, cuya potencial insolvencia sería asumida por nuestra población más vulnerable.
Respecto del sector eléctrico, tenemos el propósito de participar activamente en distintos espacios de diálogo, en busca de contar con un marco regulatorio y normativo predecible y orientado a promover las inversiones en el sector.
En cuanto al sector proveedores, enfrenta el desafío de adaptarse a las crecientes demandas de sostenibilidad y estándares ESG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo), mediante tecnologías innovadoras, trazabilidad, digitalización y un enfoque en la transición energética. Además, combatir la minería ilegal será prioritario, exigiendo un esfuerzo conjunto con empresas y el gobierno para asegurar un ecosistema más responsable. Estas acciones posicionan al sector como clave para impulsar la competitividad, sostenibilidad y liderazgo en la industria minero energética.
Al dejar su cargo a fines de enero, ¿qué legado deja en el gremio, y qué iniciativas considera que deben continuarse?
Considero que, más que dejar un legado, he continuado el legado de todos los presidentes que me precedieron. La SNMPE continúa siendo un gremio empresarial con la principal relevancia económica en nuestro país, dentro de sus cuadros cuenta con la suficiente experiencia y solvencia profesional para elaborar iniciativas pensando en el desarrollo sostenible e inclusivo de todos los peruanos y, finalmente, ha mantenido una vocería muy visible, tanto a nivel nacional como internacional. Todo ello debe continuar.