Desde Adentro conversó con el presidente del Comité Sectorial Minero de la SNMPE, Domingo Drago, quien nos comenta sobre los retos que afrontó el sector minero durante el 2024 y los grandes desafíos que se vienen para el presente año.
¿Qué balance hace del sector minero en el 2024? ¿Cuáles fueron los principales retos que tenía el sector en el 2024 y cuáles se superaron?
Ha sido un año complejo, pero hemos sabido conservar nuestros altos niveles de producción y la posición de liderazgo que tenemos como país minero ante el mundo.
Para ello ha sido clave mantener la eficiencia en nuestro sector; impulsada por la inversión en equipos, maquinaria y logística, con mayor soporte tecnológico en las operaciones mineras que trabajan en el país; y desde luego, por el talento de los profesionales.
De esta manera, logramos atender la creciente demanda global de minerales, en el proceso de transición energética que atraviesa el mundo, pese a los diversos desafíos que enfrentamos internamente. Entre estos retos está sin duda la minería ilegal: una amenaza continua para el sector minero formal en Perú y el país en general, además de la complejidad del proceso de permisos que posterga la puesta en marcha de nuevos proyectos mineros al no poder contar con predictibilidad en tiempos de aprobación.
Culminamos el año con un crecimiento del PBI ligeramente superior al 3%, cifra mejor a la del 2023, que fue negativa (-0.55%); hemos alcanzado un crecimiento de 3.8% como sector, de acuerdo con cifras del Banco Central de Reserva. Ello ha sido posible por la amplia oferta mineral que tenemos como país polimetálico.
En términos de producción minera, en el caso del cobre que representa más del 50% del PBI minero, el 2024 terminará con una producción de alrededor de 2.75 millones de TM de cobre fino. El cobre es un caso particular, dado el potencial que tenemos, considerando la amplia cartera de inversión en proyectos cupríferos por promover. En el caso del oro formal, que aporta alrededor del 30%, el 2024 terminará con una producción aproximada de 3.5 millones de onzas. El oro se ha mantenido en niveles cercanos al 2023, pese a los continuos problemas que vienen afrontando sus productores formales ante el acecho de la minería ilegal.
Hemos crecido también en la producción de molibdeno y de plata, y un significativo crecimiento en plomo y estaño.
Es importante que este desempeño a nivel sectorial beneficie a todos los peruanos y, en general, aporte al progreso del país. Con el rendimiento positivo de este año, apuntamos a alcanzar un récord a nivel de exportaciones mineras, con ingresos superiores a los US$ 45,000 millones. A ello se suma la creciente recaudación fiscal y las transferencias a las regiones mineras por canon minero, regalías mineras y derechos de vigencia. El reto está en utilizar adecuadamente estos recursos para el progreso de nuestro país.
¿Qué desafíos enfrentará el sector en el 2025?
Por un lado, está el fortalecimiento institucional frente al crimen organizado y a las economías ilegales. Necesitamos una presencia sólida del Estado en las diversas regiones del país para atender la violencia que vienen generando las mafias dedicadas a la minería ilegal. Para ello, es imperativo consolidar una ley para la pequeña minería y la minería artesanal que sea eficiente y efectiva, considerando a todos los actores involucrados en un determinado territorio minero. De esta manera, resulta clave establecer normas específicas de formalización, periodos de cumplimiento y herramientas de supervisión y fiscalización. Por otro lado, está demostrado que el Registro Integral de Formalización Minera, conocido como Reinfo, ha sido mal utilizado, siendo hoy una plataforma para depredar los territorios, contaminar el medio ambiente y atentar contra los Derechos Humanos de los propios trabajadores dedicados a la minería ilegal, así como de las poblaciones vecinas. Ello no puede continuar. Es necesario que el Gobierno central, a través de sus instituciones, tome el control del proceso de formalización.
Otro aspecto por considerar es que el 2025 será un año marcado por la etapa preelectoral. Luego de todas las situaciones de crisis que hemos afrontado como país en los últimos años, tenemos como ciudadanos la responsabilidad de saber elegir a nuestras autoridades. Desde nuestro sector, tenemos también la responsabilidad de ser didácticos y más comunicativos respecto de la forma como trabaja nuestra industria. Si hay un consenso que tenemos como país es que la minería, trabajada de manera formal y responsable, es clave para el desarrollo nacional y el cierre de brechas en infraestructura y servicios básicos. Por lo tanto, debemos estimular su desarrollo, siendo conscientes de que se trata de una industria global, que necesita ser competitiva para continuar atrayendo inversiones. Es fundamental que haya coherencia en el debate de cara a las Elecciones Generales del 2026.
¿Qué políticas se deberían debatir en al ámbito público y privado para retomar el impulso a la inversión privada en el sector minero peruano?
El Perú tiene una política fiscal atractiva en el sector minero con escalas progresivas y ha demostrado un manejo responsable de la economía. Ello ha permitido mantener la confianza empresarial, pese al ruido político que ha sido una constante en los últimos años. Lo importante es mantener ese orden para dar estabilidad y respetar las reglas de juego proporcionadas a los inversionistas.
Un aspecto clave, por ejemplo, es mantener el régimen de concesiones mineras. Los plazos requeridos para explorar y dimensionar un yacimiento, diseñar la infraestructura requerida y obtener los permisos necesarios son muchas veces mayores a las dos décadas. Debemos tener en cuenta que, sobre los territorios concesionados, las empresas han diseñado planes de trabajo progresivos, tienen esquemas de inversión a largo plazo y proyecciones a nivel productivo, entre otros aspectos. No podemos cambiar las normas, afectando la predictibilidad y sus proyecciones, porque ello nos restaría credibilidad como país.
Por otro lado, es necesario que se consolide desde el Ejecutivo la Ventanilla Única Digital Minera, para agilizar los procesos de aprobación de permisos para nuevos proyectos mineros y de las operaciones en curso. Esta plataforma fue anunciada hace más de año y aún se vienen estandarizando procesos a nivel de las instituciones involucradas en ello. Se necesita también establecer el silencio administrativo positivo en varios procesos, considerando el esquema de fiscalización constante que hay en el sector y los estándares ambientales que se vienen demostrando desde las empresas.
Existen muchas expectativas sobre el Perú. Tenemos una expectante cartera de 51 proyectos mineros, con un valor que supera los US$ 55,000 millones. Nuestro desafío como país es ponerlos en valor.
La minería ilegal es ahora la principal economía ilegal del país, y amenaza a las inversiones y a la sociedad, ¿qué se tendría que reforzar en la lucha contra ella?
Es fundamental que los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial trabajen de manera conjunta y concertada, priorizando el bienestar de la población, para erradicar este flagelo para el país. Se necesita una estrategia que permita la trazabilidad con una mirada sobre toda la cadena involucrada en esta actividad ilegal: la adquisición, transporte y compra de insumos, como explosivos y otros que se requieren para esta explotación ilícita, así como la posterior exportación del mineral, siendo “blanqueado” en alguna etapa de la cadena de comercialización.
De igual manera, es crucial destinar los presupuestos y recursos necesarios para las acciones de control e interdicciones, a nivel de equipos y soporte logístico. Los ilegales han demostrado tener capacidad para movilizarse de un lugar a otro con celeridad. La fiscalización en las plantas procesadoras también resulta critica en el proceso de supervisión.
¿Qué balance hace de su gestión al frente del Comité Sectorial Minero y qué logros resaltaría?
Un tema para resaltar este año en el sector fue la exitosa realización del SIMPOSIO: XV Encuentro Internacional de Minería, que bajo el liderazgo de Gonzalo Quijandría en su organización, logró convocar a nuestras principales autoridades, funcionarios del Estado, profesionales mineros, empresarios, académicos, entre otros y permitió abarcar temas de importancia a nivel sectorial y nacional. Abordamos las perspectivas macroeconómicas y geopolíticas en el Perú y América Latina, metales del futuro y el rol de los países de la región en la transición energética, sustentabilidad, mercado del cobre y competitividad, entre otros. Sin duda, fue el evento del año en nuestro gremio y sector minero, y nos permitió resaltar las oportunidades que tiene el Perú para potenciar su crecimiento económico, los desafíos que tenemos por delante y la necesidad de impulsar un desarrollo integral y sostenible en beneficio de nuestra población.
Por otro lado, desde el Comité Sectorial, abordamos el tema de la minería ilegal con una activa agenda de incidencia, destacando sus impactos negativos en la economía, la inseguridad que genera y la afectación a los proyectos mineros. Participamos en la campaña del Colectivo PAS contra la criminalidad y promovimos acciones de comunicación para generar conciencia sobre el impacto negativo de la minería ilegal y desmitificar creencias sobre la minería formal. Contribuimos en la mejora regulatoria mediante propuestas para el Procedimiento Único del Proceso de Certificación Ambiental del SENACE, la modificación del Reglamento de Seguridad y Salud Ocupacional Minera, mejoras en la gestión del agua a cargo de la Autoridad Nacional del Agua y la simplificación de trámites en SUCAMEC. También participamos activamente en la Comisión Multisectorial de la PCM, para identificar barreras burocráticas. Además, impulsamos iniciativas gremiales y fortalecimos el diálogo con nuestros grupos de interés en el Comité Sectorial Minero para mejorar el clima de inversiones.
Debemos tener presente que la prioridad para todos los peruanos es promover la inversión en el sector minero. La minería peruana debe continuar siendo la palanca que reactive la economía. Tenemos una oferta diversificada de minerales, y, además, ocupamos posiciones de liderazgo a nivel productivo y de reservas. En general, el año 2024 ha sido un año productivo, de muchos aportes, y esperamos ver consolidados estos y otros esfuerzos en el 2025.