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Reinfo: el elefante en la habitación

El Presidente de la SNMPE, Víctor Gobitz, escribió una columna de opinión en el diario El Comercio. La minería informal no puede implementar una exploración sistemática ni brindar condiciones de trabajo dignas, afirma.

Victor Gobitz

Por VÍCTOR GOBITZ, Presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía

En los próximos días, el Congreso recién empezará a discutir la Ley MAPE, tema que debió ser central y prioritario, antes que extender el Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo). Es penoso constatar que en nuestro país la extorsión y la violencia parecen ser más efectivas que la discusión política de ideas. La minería a través del Reinfo es precaria para la salud y la integridad de cientos de miles de trabajadores. Los mineros ilegales, en muchas ocasiones, para incursionar en concesiones otorgadas por el propio Estado a terceros se valen de actos criminales con exención penal. Además, esta actividad se realiza sin ninguna fiscalización ambiental, laboral o tributaria. Se requiere de un análisis más profundo para indagar acerca del elefante en la habitación: quién financió las asonadas, quién minimiza sus riesgos y responsabilidades, y obtiene el mayor lucro de esta situación ilegal e irregular.

Seamos claros: no podría haber mineros en procesos de formalización si no hubieran proliferado las plantas de procesamiento de mineral, todas ubicadas en zonas costeras y autodeclaradas de pequeña dimensión. Todas han obtenido permisos de construcción y operación a través de los gobiernos regionales y, por tanto, están fuera del ámbito de fiscalización del Osinergmin y el OEFA.

Son las mismas que, en el ámbito judicial, litigan entre sí por la captación de sus clientes, los mineros con Reinfo, y son las mismas que promovieron el acceso a concesiones de terceros con violencia criminal y muerte, como sucedió en Pataz y Secocha. Esos son los elefantes en la habitación y su negocio consiste en comprar, sin preguntar, los minerales auríferos, y recientemente también cupríferos, que les proporcionan los mineros con Reinfo.

La actividad minera formal es una actividad integrada: la exploración, el minado, el procesamiento y la comercialización requieren de estudios técnicos que aseguren una extracción de mineral económica, preserven la seguridad de los trabajadores (expuestos a caída de rocas y/o gases tóxicos), minimicen el impacto en los cuerpos de agua (ello supone un plan de gestión integral de aguas de contacto y no contacto), armonicen su desarrollo con el entorno social y, finalmente, optimicen su rentabilidad, adoptando tecnologías que minimicen costos y maximicen la recuperación del yacimiento.

La industria minera formal cuenta con planes de largo plazo que garantizan su sostenibilidad, mediante el respeto irrestricto a la normatividad vigente y con un impacto social y económico muy significativo para todo el país. La prospección geológica primigenia, y la obtención de permisos ambientales para explorar y luego construir tardan más de una década; finalmente, la minería opera durante muchas décadas más.

Es una falacia pensar que la minería informal aurífera y cuprífera pueda implementar una exploración sistemática, desarrollar la mina con sistemas de ventilación y accesos seguros, y dotar a los trabajadores de condiciones de trabajo dignas. Ojalá estos conceptos sean considerados en la próxima discusión de la Ley MAPE, porque nuestras futuras generaciones merecen tener acceso a empleos de calidad y no precarios.

Fuente: El Comercio.