Los contratistas representan el 70% en las operaciones mineras, y el 4% del PBI nacional del Perú. Su participación e involucramiento es estratégico para las empresas mineras, especialmente, si apuntamos a una minería competitiva y sostenible aun cuando tenemos, según el Ministerio de Energía y Minas, una cartera de inversiones pendiente por más de US$ 54,000 millones, con 42 proyectos en 14 regiones del país.
Los proveedores mineros son claves para el cumplimiento de los desafíos que plantea el sector. Así, para garantizar una ejecución eficiente de los servicios de los contratistas, los titulares mineros deben promover condiciones de trabajo similares a las que brindan a sus propios equipos humanos. Ello es fundamental para garantizar un entorno libre de lesiones. Además, es importante destacar que, en caso de incidentes, la empresa minera es solidariamente responsable de los eventos ocurridos dentro de su concesión, lo que refuerza aún más la necesidad de mantener altos estándares de seguridad y bienestar en todas las áreas de trabajo.
Ahora bien, el desarrollo de los proveedores da lugar a un círculo virtuoso que impulsa los siguientes aspectos:
Brindar especialización y eficiencia operativa. La especialización de los contratistas se refiere a su habilidad para abordar tareas y procesos que requieren conocimientos técnicos avanzados y experiencia en áreas específicas de la minería. Ello permite que el proceso operativo se pueda ejecutar con mayor precisión y seguridad. Algunas áreas en las que los contratistas se han destacado por su especialización en servicios son procesos de voladura, perforación, logística in bound y soldadura, entre otras.
• Flexibilidad en el servicio. Permite un crecimiento flexible para atender picos de demanda con personal y equipos mientras que, en periodos de menor actividad, se pueden reducir sin incurrir en costos fijos elevados. Esto aplica especialmente en la etapa de la construcción del proyecto o en las expansiones.
• Foco en el valor agregado. Permite generar una diferenciación en los proveedores mineros y ayuda a mejorar la rentabilidad y sostenibilidad en el sector, pues brindan soluciones personalizadas y tienen prácticas que minimizan el impacto ambiental, entre otros aspectos.
• Desarrollo local y creación de empleo. Al optar por proveedores cercanos, se promueve el desarrollo económico de las comunidades circundantes, mediante la creación de empleo directo y también impulsando el crecimiento de sectores industriales y servicios en la región. Esto genera un efecto multiplicador que dinamiza la economía local. En este punto es crucial que las empresas mineras evalúen cuidadosamente los plazos de los contratos, ya que periodos más cortos pueden restringir iniciativas de desarrollo de los proveedores que requieran plazos de implementación más largos.
• Equipos diversos y complementarios. Si bien existen actividades que históricamente han sido ejecutadas por hombres, son importantes propuestas disruptivas que generen un desarrollo del talento femenino, como ya lo han logrado algunas empresas. Por ejemplo, en la perforación, se han desarrollado promociones de mujeres perforistas u otras que, ahora, son conductoras de buses, entre muchas iniciativas que pueden y deben potenciarse.
En suma, todos debemos reemplazar el pensamiento “crezco yo” por el de ”crezcamos juntos”, reforzando así la idea de que la minería es un ecosistema robusto que puede alcanzar objetivos comunes y maximizar los beneficios para todos sus actores.