La transformación del sector minero energético es inminente. Con la transición energética en pleno auge y crecientes demandas de sostenibilidad, las empresas enfrentan retos que definirán su provenir. La encuesta anual de EY sobre riesgos y oportunidades del sector de minería y metales destaca que 2025 será un año clave para acelerar la transformación empresarial y enfrentar diez principales desafíos que determinarán el rumbo de la industria y que también podrían extrapolarse para los sectores energético y de hidrocarburos.
El manejo del capital lidera la lista de riesgos, obligando a las empresas a equilibrar su crecimiento con la disciplina financiera. “Como es probable que las circunstancias macroeconómicas difíciles continúen, no sorprende que las compañías mineras quieran considerar asociaciones, empresas conjuntas o integraciones para mitigar el riesgo en proyectos de gran escala”, destaca Paul Mitchell, líder global de minería y metales en EY. Pero, advierte que “permitir la inversión necesaria para satisfacer la demanda podría exigir cambios más fundamentales en el enfoque del sector hacia la financiación: pensar más allá del rendimiento e invertir capital para crear valor a largo plazo”.
La gestión ambiental también escala posiciones en la agenda del sector. Residuos, agua y un enfoque en la “naturaleza positiva” —el objetivo de detener y revertir la pérdida de la naturaleza para 2030— encabezan los compromisos empresariales. “El conocimiento y la experiencia de gestión sostenible de la tierra de las comunidades indígenas las convierten en socios esenciales para alcanzar estos objetivos. Se estima que una cuarta parte de la Tierra está bajo el cuidado de las comunidades indígenas, y estas áreas están en mejores condiciones ambientales que otras”, destaca Mitchell.
La automatización, además, se perfila como una herramienta clave para mejorar la productividad y reducir costos. De acuerdo con el informe de Deloitte «Finance 2025 Revisited», las empresas deben enfocarse en procesos de extremo a extremo y aprovechar sistemas de planificación de recursos empresariales (ERP, por sus siglas en inglés) en la nube para optimizar operaciones. Además, la integración de datos y el uso de análisis predictivo serán esenciales para tomar decisiones informadas y gestionar los recursos de manera sostenible.
El agotamiento de recursos y la necesidad de nuevos proyectos también figuran entre los principales riesgos. “En los próximos 30 años, la industria necesitará extraer más minerales que los que los humanos han extraído en los últimos 70,000 años, para satisfacer la demanda exponencial de minerales críticos para la transición energética”, señala la encuesta de EY. También señala otros riesgos: superar barreras regulatorias, costos crecientes y escasez de talento. Una fuerza laboral digital, equipada con habilidades tecnológicas y de análisis, será fundamental para enfrentar los retos del 2025, indica el informe de Deloitte.
Con un escrutinio creciente sobre las emisiones de gases de efecto invernadero y la necesidad de descarbonizar operaciones, el cambio climático se mantiene como un reto central. A pesar de los avances en el uso de las energías renovables y en la reducción de emisiones, alcanzar los objetivos de ser carbono neutrales sigue siendo una tarea monumental. “La asociación con fabricantes de equipos podría ayudar a acelerar la ampliación de las innovaciones tecnológicas, que serán fundamentales para reducir las emisiones”, afirma Mitchell.
A medida que la transición energética redefine prioridades globales, las empresas minero energéticas que adopten una transformación audaz podrán superar los desafíos y convertirse en líderes confiables en un sistema energético en constante evolución. Como concluye el estudio de EY: “Las empresas que realicen cambios significativos y transformadores en sus negocios pueden reformular su futuro con confianza, acelerar los caminos hacia nuevas formas de crear valor y obtener ventajas competitivas”.