“El Perú no puede crecer de espaldas a la minería”

Alonso Segura, director de la carrera de Finanzas de la Universidad Católica, socio de Hacer Perú y exministro de Economía y Finanzas conversó con Desde Adentro: “El Estado debe ser eficiente en el manejo de las relaciones con el sector minero”.

¿Cuáles considera son los desafíos más importantes que enfrentan las compañías mineras hoy en día en el Perú para contribuir al desarrollo del país?
Lo primero es poder desarrollar sus actividades en un entorno estable; segundo, que los proyectos que están en operación puedan tener una relación saludable con las comunidades aledañas; y, tercero, que los proyectos que están en etapa de exploración puedan empezar a generar los consensos necesarios para llevar adelante los proyectos. El otro gran reto es cómo maximizar los impactos que tienen los proyectos mineros en los territorios y beneficiar a las poblaciones directamente a través del canon y regalías.

¿Cómo se podría mejorar la gestión de la conflictividad social en las zonas mineras?
La conflictividad social es difícil de resolver. Parte de la solución es que el Estado llegue con bienes públicos antes de que la mina se desarrolle, para que la población entienda que se necesita de los recursos mineros para poder acompañar al Estado en la provisión de estos bienes públicos tan necesarios en territorios tan deprimidos.

¿Qué factores cree podrían ser determinantes para mejorar las relaciones con las comunidades?
Hay varios factores. Algunos pueden estar en cancha de las propias empresas mineras, pero hay otros que no. Cuando hablamos de canon y regalías, corresponde a las propias autoridades, sean gobiernos locales o regionales, o universidades, asignar esos recursos. Pero el Estado no tiene suficiente presencia en los territorios donde operan las minas, que, por lo general, son algunos de los territorios más pobres del Perú, donde hay brechas de infraestructura económica y social enormes. Es el Estado peruano el que tiene que ver la manera de generar los mecanismos para poder hacer que estos recursos lleguen a los territorios, para que la población sienta que hay una presencia estatal y que la llegada de la mina lo único que va a hacer es potenciar los beneficios que ya reciben.

¿En qué medida las empresas mineras pueden contribuir a mejorar el desarrollo local?
Hay mecanismos, por ejemplo, Obras por Impuestos (OxI), que son la utilización de parte de los recursos que se pagan por el Impuesto a la Renta, pero ejecutados por parte de la mina para tener un impacto en la calidad de vida de la población. Muchas mineras lo hacen. Lo otro es seguir habilitando el diálogo con la mineras, sobre todo las grandes, que tienen canales de llegada más directos con autoridades, con el Gobierno nacional, regional y local, y que, en un diálogo productivo, puedan hacer llegar las propuestas de qué es lo que necesita la población para ir mejorando la asignación de recursos que compete al propio Estado.

¿Hasta qué punto pueden aportar las empresas?
En muchos casos, a las empresas mineras les toca cubrir muchos de los roles que debería desempeñar el Estado, particularmente de la producción de bienes públicos. Lo que se busca justamente es que en el futuro esta situación cambie, pero no va a cambiar de la noche a la mañana. Lamentablemente, es una realidad con la que tienes que lidiar. Ahora, también es importante notar que la responsabilidad de las empresas va a estar siempre más allá de simplemente cumplir con su pago de impuestos, canon y regalías. Siempre hay una labor de responsabilidad social cuando operas en un entorno de muchísima pobreza.

¿Considera deficiente el funcionamiento estatal?
Creo que el Estado es evidente que no funciona como debería. Pero quedarse en una crítica destructiva al Estado no conduce a nada. Hay que ayudar a que el Estado mejore, y hay ciertos estamentos del Estado que, sobre todo en los últimos años, están haciendo esfuerzos por mejorar y tratar de entender la problemática del sector minero y de otros sectores también, y llevarlo a la práctica con mejoras en políticas públicas.

¿Qué rol debe cumplir el Estado?
El Estado debe ser eficiente en el manejo de las relaciones con el sector minero, y ser capaz de articular con la población para que no deje sola a la mina lidiando con los problemas en el territorio. Eso es lo que uno quiere, pero hay que acompañarlo, y entender que el Estado es un monstruo de mil cabezas y con rotación constante que, a veces, tienes que empezar de nuevo. Es imposible que se pueda hablar de un sector minero sin regulación. Entonces, tienes que estar dispuesto a trabajar permanentemente con el Estado.

PERSPECTIVAS

¿Cómo interpreta usted la tendencia actual del mercado del cobre? ¿Cuáles son los factores clave que podrían influir en su dirección en los próximos años?
Los precios del cobre están cerca de máximos históricos y las perspectivas de mediano plazo son muy buenas por una serie de factores. Una es la transición energética, que es intensiva en cobre por su alta conductividad. Por eso, se prevé muchísimos años de muy buenos precios del cobre. Entonces, para aquellos países como el Perú, que tienen la capacidad de producir cobre, las perspectivas son inmejorables. Y no solo cobre, también plata, algo de zinc y metales raros. Está en la agenda explorar, encontrar y desarrollar metales raros, pero hay que tener condiciones para explorar. La producción de cobre del Perú podría crecer y llevarnos a estar muy cerca de Chile, como primer exportador mundial. El potencial cuprífero del Perú es casi infinito y el de otros metales también podría ser muy importante.

¿Qué perspectivas de crecimiento ve en el sector minero para este año y los siguientes?
Las condiciones de precios son buenísimas. La pregunta es si están las condiciones locales para poder desarrollar los proyectos. El 2024 es un año de rebote a nivel general en la economía, después de un año terrible, donde la inversión debe crecer y se prevé que haya proyectos mineros que comiencen a caminar. Ninguno de estos proyectos es de miles de millones de dólares, pero algunos son proyectos de ampliación importantes. Este debería ser un año de expansión, de crecimiento y de inversión minera. Del 2025 en adelante es un poquito más incierto porque, más allá de las condiciones generales de la economía, influye la política del país, el entorno social, más aún, entrando a un periodo electoral.

¿Qué podemos esperar si se materializan los proyectos que están en cartera?
Si eso ocurre, podemos tener muchísimos años de una fuerte expansión del sector minero, primero en inversión y después por producción. Por eso, tenemos que ser capaces de materializar esas inversiones de reposición o ampliación de vida en la mina. La gran tarea —que, en realidad, es una tarea conjunta de todo el sector minero, del Estado, en sus diferentes niveles, y de la sociedad civil en general— es entender que el Perú no puede crecer de espaldas a la minería.