Según el estudio de WIM Perú, “Mujeres & Minería del futuro: primer diagnóstico sobre la situación de la mujer en la industria minera en el Perú, enfocado en mediana y gran minería”, se destaca que en la gran minería el porcentaje de participación de mujeres en la etapa de exploración minera es de 10 % y durante la explotación es de 6 %. Hoy en día, se está alcanzando el 10 %, un número que alienta a que más mujeres se vinculen con la minería.
Ante este panorama, hay algunas mujeres que pueden ser fuente de inspiración para las nuevas generaciones. Karla Velásquez, socia directora de Deloitte Perú y socia de la práctica de Auditoría y Assurance, es una de ellas.
Karla ha participado en diversos proyectos asociados con gestión de riesgos, control interno, fusiones y adquisiciones, emisiones de deuda e implementación de normas, entre otros, pero su principal experiencia se centra en auditoría de estados financieros bajo Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) y Principios americanos (USGAAP), siguiendo las normas internacionales de auditoría y de la Junta de Supervisión de Contabilidad de Empresas Públicas (PCAOB, por sus siglas en inglés).
Tras acabar el colegio, surgió su vocación por la contabilidad. El tiempo demostró que la decisión fue acertada: encontró en los números y en la oferta laboral de la carrera un espacio para expresarse a su manera. “Comprobé que es una carrera demandada, que cumple un papel clave en el mundo de los negocios y que otorga a los profesionales un amplio conocimiento de las empresas en las que se desarrollan. Plantea retos, pero a la vez oportunidades de crecimiento interesantes”, sostiene.
La labor de auditoría llegó por recomendación de su hermano. “Él me aconsejó que ingresara a una empresa auditora para hacer mis prácticas. Creía que no tenía oportunidad de entrar porque no tenía mucha experiencia previa. Me animé a presentarme, entré y, luego de 25 años, pienso que fue una de las mejores decisiones de mi vida. Este es un mundo en el que estás en constante aprendizaje, crecimiento y es muy versátil. Es satisfactorio ayudar a mis clientes y, a la vez, representa una gran responsabilidad y compromiso. Veo a la auditoría como si fuese una maestría en los negocios, que te hace mejor profesional con cada proyecto y cliente que atiendes”, afirma Velásquez.
En sus primeros años atendió clientes de diferentes sectores hasta que le asignaron uno del sector minero, y, desde entonces, no lo ha dejado. La experiencia de viajar a una unidad minera y conocer el ciclo completo de producción a partir del recurso natural, así como entender los grandes desafíos sociales y ambientales que enfrentan, le generó interés y la motivó a apreciar el esfuerzo y aporte de esta industria al país. También encontró valor en el interés de las empresas por evolucionar, en la búsqueda constante de eficiencia y en su disposición para innovar y usar la tecnología.
“Esta es una industria crítica e importante para el crecimiento del país y aporta mucho al progreso social y al desarrollo de otras industrias. Desde mi primer cliente minero, siempre quise tener más. Y así fue. He atendido clientes dedicados a la producción de concentrado de mineral: cobre, zinc, plomo, molibdeno, así como también, cátodos de cobre y barras de doré, entre otros”, explica.
No obstante, encontró dificultades al inicio de su carrera profesional. “En mis primeros años enfrenté dos prejuicios: mi edad y ser mujer. En la minería predominan los hombres. Para mí, representó un esfuerzo mayor ganarme la confianza y el respeto de los clientes. Con el pasar del tiempo, he visto cómo las empresas han ido cambiando de mentalidad. Ahora, las mineras apuestan mucho más por las mujeres en puestos clave y por una sólida cultura de equidad e igualdad de género”, acotó.
Tal cual lo afirma, el panorama está cambiando. Estamos en una transición en la que las organizaciones dan mayor confianza a las mujeres. No es casualidad que altas ejecutivas ocupen cargos estratégicos en las grandes empresas mineras. La transición aún no termina, pero el camino ha sido trazado.
“La mujer tiene grandes posibilidades de desarrollarse y ser exitosa en la minería», explica. Para Karla, las mujeres cuentan con habilidades demandadas como la empatía, perseverancia y un excelente trabajo en equipo. Asimismo, suelen motivar a los colaboradores, logrando entornos laborales más amigables y productivos.
“He sido líder de Talento en el pasado, un cargo que me aportó mucha sensibilidad con los colaboradores. Me ayudó a entender que hay que darles oportunidades a todos y tratar de sacar lo mejor de cada persona. También fui líder de la práctica de Auditoría y ahí le puse mucho foco a la calidad técnica y a la excelencia en el servicio. Ahora, como socia directora en Deloitte, tengo foco en el crecimiento responsable y el bienestar de nuestra gente. Tenemos casi un 50 % de socias que lideran unidades de negocio y que pueden seguir avanzando en la organización. Tampoco buscamos que el liderazgo sea por un tema de género, sino que se caracterice por ser meritorio, inclusivo y promueva la diversidad, pues la combinación equitativa y el trabajo en equipo entre hombres y mujeres es realmente lo que enriquece a una organización”, finaliza.