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Más allá del cobre: los metales para la transición energética en el Perú

El Perú alberga una gama diversa de recursos minerales que tienen un papel crucial en la construcción de un futuro energético más sostenible.

Cobre

En el corazón del Perú yace un tesoro enterrado de recursos minerales que ha desempeñado un papel crucial a lo largo de su historia. Y continúa haciéndolo en la actualidad. Esta riqueza se materializa a través de la minería, que se ha convertido en un pilar en la balanza comercial peruana y en un motor que impulsa las relaciones comerciales con otras naciones.

El Perú —catalogado entre los principales países del mundo con importantes yacimientos mineros— alberga una vasta variedad de minerales: desde el cobre y el oro hasta la plata, el plomo, el zinc, el estaño, el hierro y el molibdeno, de acuerdo con el Boletín Estadístico Minero elaborado por la SNMPE. En la actualidad, varias mineras peruanas explotan estos minerales, generando ingresos en divisas para el país y recursos para cerrar las brechas sociales y de infraestructura.

Según el Ministerio de Energía y Minas (MINEM), entre enero y mayo del 2023, el valor de las exportaciones mineras nacionales, tanto metálicas como no metálicas, ascendió a US$ 16,082 millones, siendo los principales productos exportados cobre, oro, zinc y hierro que, en conjunto, representaron el 87% del valor total de las exportaciones mineras y el 54% del total de exportaciones nacionales. El cobre, por sí solo, representa un tercio de esas exportaciones, cifras que revelan la contribución vital de la minería a la economía peruana.

Transición con minería

Además de ser un pilar de la economía nacional, la demanda de minerales está en constante aumento debido a su papel en la fabricación de tecnologías limpias y renovables. El cobre, por ejemplo, es esencial en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos, los cuales requieren seis veces más recursos minerales que uno de combustión tradicional; y sistemas de almacenamiento de energía renovable, que demandan nueve veces más insumos minerales que una planta de gas.

“De ahí la importancia de los minerales para este proceso de transición energética: no hay transición energética sin minería. La demanda de cobre va a sobrepasar la oferta de minerales para poder cubrir todas las metas que se están planteando los países y las empresas”, dice Ricardo Labó, exviceministro de Minas y consultor internacional para las industrias extractivas con experiencia en América Latina y África.

Según el estudio del Banco Mundial “Minerals for Climate Action: The Mineral Intensity of the Clean Energy Transition”, se necesitarán más de tres mil millones de toneladas de minerales y metales para permitir la implementación y el almacenamiento de energía eólica, solar y geotérmica. Esto también es respaldado por el informe “The Role of Critical Minerals in Clean Energy Transitions” de la Agencia Internacional de Energía (AIE), que destaca minerales como el litio, el níquel, el cobalto, el manganeso y el grafito como esenciales para las baterías.

En respuesta a esta creciente demanda, se estima que la extracción de minerales como el grafito, el cobalto y el litio —también necesarios para la fabricación de las baterías de iones de litio utilizadas en vehículos eléctricos y sistemas de almacenamiento de energía— podría aumentar en casi un 500% para el 2050, según el Banco Mundial. La demanda de minerales como el telurio y el neodimio, utilizados en la fabricación de paneles solares e imanes permanentes, también se espera que crezca exponencialmente.

Riqueza mineral

No es casualidad que el Perú se presente como un país productor estratégico en la transición energética. De acuerdo con el Ingemmet, el país posee ocho de los 17 minerales críticos para la transición energética mundial, incluidos cobre, hierro, plomo, plata, zinc, indio y grafito.

“No tenemos níquel. Lo produce Indonesia y África, incluso Colombia. No tenemos cobalto. El Congo produce casi el 70% del cobalto mundial. Pero tenemos cobre en abundancia, más o menos de 90 millones de toneladas enterradas, y hay mucho más que eso: el litio, que es un nuevo descubrimiento, que está dando mucho que hablar, aún está en exploración, y aún no se definen los recursos en reservas. Con la información inicial que se cuenta, hay más de 4 millones de toneladas de carbonato de litio en el Perú. El litio puede darnos grandes satisfacciones. Su consumo y crecimiento es casi exponencial en el futuro”, refirió Rómulo Mucho, también exviceministro de Minas y director del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP).

“Solamente en 5 años, el [precio del] cobre se ha multiplicado por dos. El litio, casi 7 veces. El níquel, 3 veces. El cobalto, 2 veces. En tierras raras, 2.5 veces. ¿Qué significa eso? Que lo que se viene realmente es espectacular”, agregó el experto.

Información necesaria

Además de los minerales mencionados, los elementos o minerales de tierras raras tienen un papel crítico en la transición energética. Estos minerales, que incluyen el escandio, el itrio, el lantano, el cerio, el praseodimio, el neodimio y otros, son esenciales para la fabricación de turbinas eólicas, motores de vehículos eléctricos, superconductores, imanes, lámparas LED y láseres. Su importancia radica en su escasez y la dificultad de su extracción.

“El MINEM publica información sobre los minerales clásicos: cobre, oro, plomo, plata, zinc y molibdeno, entre otros. Sin embargo, no publica información sobre otros tipos de minerales como el cobalto, que también se encuentra en los concentrados que se exportan. No tenemos esas estadísticas oficiales porque no se publican. Eso es un primer paso que tiene que dar el Estado, que es el que procesa la información de las empresas mineras cada año, para poder sincerar y que se conozcan cuáles son todos esos minerales no convencionales que se producen en tonelajes distintos”, explicó Labó.

En la actualidad, China es el mayor exportador mundial de estos elementos, lo que evidencia la necesidad de diversificar las fuentes de suministro. “La guerra entre Rusia y Ucrania demostró cómo la dependencia en un solo input (insumo) para la generación de energía puede ser perjudicial. Por eso, los países ahora buscan diversidad en sus fuentes de generación —lo que se conoce como seguridad energética—, y, para ello, requieren cobre, un producto por excelencia para la transmisión de energía”, agregó Labó.

Subirse a la ola

Ambos expertos coinciden en que es clave no desaprovechar esta oportunidad. “Hay que subirse a esta ola como lo están haciendo la Unión Europea, Estados Unidos, Australia, Canadá y Japón, que son grandes consumidores, pero también grandes productores. Estos países en los últimos dos años han publicado sus estrategias y políticas relacionadas con los minerales críticos. Cada país también tiene su propia lista. Estados Unidos ha sacado varias listas de cuáles son sus minerales críticos y las va actualizando. Chile, por ejemplo, ha publicado específicamente una política nacional minera y una política nacional de litio. El Perú no la tiene”, manifestó Labó. Es una oportunidad.

Mucho, por su parte, agrega que si no sacamos adelante los proyectos mineros que están en cartera, no será viable subirse a la ola de los minerales. “Desarrollar un proyecto minero toma tiempo y no tenemos nada a la vista para el 2024, 2025 y 2026. Ahora, sí podemos sentirnos orgullosos de que tenemos muchos proyectos todavía por desarrollar: Yanacocha Sulfuros, ampliación de Antapaccay, ampliación de Las Bambas, Zafranal, Michiquillay, Río Blanco, Galeno, La Granja, Cañariaco, incluso Conga”, enumeró. “Pero eso va a depender de cómo el Gobierno enfoque y formule sus políticas para desarrollar estos proyectos”, concluyó.