El blockchain es una base de datos compartida o distribuida donde la información registrada está almacenada en bloques, ligados entre sí criptográficamente, y validada de una forma descentralizada a través de un protocolo común. Desde Adentro conversó con Albi Rodríguez Jaramillo, Head of Ecosystems and Communities de LAC-Chain, iniciativa del Laboratorio de Innovación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID Lab) para el desarrollo de blockchain en América Latina y el Caribe. Conversamos sobre esta plataforma y cómo ha evolucionado la forma en que se aborda el blockchain en la región desde su creación, así como su visión acerca de la importancia de esta tecnología en la industria minero energética y en el futuro digital.
¿En qué contexto se crea LAC-Chain?
En el año 2018 estaba irrumpiendo el boom de blockchain a nivel de criptomonedas y diferentes redes, y llegaron muchos proyectos [al BID] que pretendían aplicar la tecnología para el ámbito de las empresas, pero usando diferentes protocolos. Se pensó que si había tanta gente queriendo priorizar diferentes tipos de piezas de la misma tecnología, por qué no promover un ecosistema en que, con alianzas público-privadas, desarrolle una infraestructura open source, o sea, de fuente abierta. En ella, sin códigos propietarios, las entidades públicas y privadas, universidades, gobiernos, asociaciones, podrían desarrollar y desplegar soluciones basadas en esta tecnología. Al mismo tiempo, esto permitiría tener un market place de aplicaciones.
¿Cómo ha evolucionado desde su creación?
Hoy en día son más de 1,000 entidades que están dentro del ecosistema, hay más de 230 copias de la réplica de esta base de datos a nivel global— y más de 85 proyectos con sus aplicaciones sobre esta red que se están desarrollando. Es un bien público para todos. Y para la industria minero energética, la idea de mi presencia [en el TICAR 2023] es que sepan que cuentan con este activo, que es de uso público y que pueden utilizarlo y disponer de él.
¿Cuáles han sido los principales desafíos que han enfrentado en el proceso de expansión de esta iniciativa?
Lo primero es que para trabajar con esta tecnología se necesita gente que entienda y que sepa trabajar con ella. El Perú tiene una ventaja por encima de otros países porque hay un conocimiento importante en la comunidad de desarrolladores tecnológicos para trabajar con ella. Asimismo, instituciones importantes como la Cámara de Comercio de Lima, por ejemplo, vienen trabajando con esta tecnología, al igual que entidades del sector financiero, y el Gobierno a través de la Sunat con las aduanas y todos los componentes a nivel de registro. Pero también es importante el tema de la regulación y el acompañamiento institucional del Gobierno. Que este no solo facilite su uso y dé subsidios, sino que de alguna manera ponga las reglas claras y logre que estas se entiendan, se conozcan, pero sobre todo que empoderen a la población.
Hablando en específico del sector minero energético ¿Cuáles considera que son los principales beneficios que el uso del blockchain puede aportar?
En este tipo de redes, la trazabilidad y las certificaciones digitales son los componentes de mayor valor para la industria minero energética. Trazabilidad porque, de alguna forma, ya se viene trabajando con esto y es una manera más eficiente, segura y confiable de hacer el proceso, no dependiendo de un proveedor central o de una base de datos central. A nivel de las certificaciones que se vienen para la industria minera, es importante estar un paso adelante. Hay normativas como el Pacto Verde Europeo que van a exigir, para la entrada de productos a la Unión Europea a partir del 2024 y del 2025, que pueda probar que he cumplido con las medidas medioambientales adecuadas en mi proceso de generación de materias primas y de productos. Si yo no tengo cómo certificar eso, con confianza digital y validez legal allá, empezaré a tener una serie de barreras. Entonces, la idea es impulsar a que se vean estos temas de certificación y de trazabilidad como oportunidades que tienen las propias empresas mineras para ir un paso adelante porque ya en Europa y en los Estados Unidos esto va a ser una realidad.
¿Cómo ve la evolución de esta tecnología en los próximos 10 a 15 años?
Yo aquí prefiero ya hablar de la Web 3.0, porque blockchain es solo una manera de hacer bases de datos distribuidas. Estamos hablando de que la normativa y la regulación de todos los países de Europa está actualizando la norma de identidad digital, tanto para las personas como para las cosas, bajo esta lógica de activos digitales de la Web 3.0. En el caso de las certificaciones y activos digitales que podemos poseer, cuando exista ese mundo donde el ciudadano y las empresas empiecen a tener esa gestión de atributos de forma digital, van a cambiar las dinámicas de los procesos que tenemos actualmente y creo que eso viene más antes que después.