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Los oleajes anómalos desafían el almacenamiento de combustibles

Pedro Martínez, vicepresidente de Corporación Monte Azul, habla sobre los retos que plantean los oleajes anómalos en el negocio del almacenamiento de combustibles en el Perú.

Mayo fue un mes peculiar en las costas peruanas, debido a los oleajes anómalos que presentó nuestro mar. Según confirmó la Marina de Guerra del Perú, las olas llegaron a presentar el doble de tamaño y fuerza que en condiciones normales. Ello significó también un problema para las empresas que operan terminales de almacenamiento de combustibles, que tuvieron que rediseñar sus estrategias ante los cierres de los puertos.

“Los cierres de puertos son cada vez más recurrentes, el cambio climático ha generado un incremento significativo en los periodos en que se presentan oleajes altos en la costa peruana, por encima de lo que históricamente se presentaba, con olas por encima de lo que operativamente es seguro atender un barco”, señala Pedro Martínez, vicepresidente de Corporación Monte Azul, que opera un terminal de almacenamiento de combustibles líquidos en Mollendo.

Esta situación está obligando a las empresas a reevaluar los estándares de diseño de los amarraderos multiboyas, siendo el Perú uno de los países con mayor cantidad de este tipo de sistemas de recepción de buques, debido a la geografía de la costa peruana con poca cantidad de bahías naturales. “También se hace necesario repensar si es que el Estado debe invertir en bahías artificiales que protejan los muelles de los fuertes oleajes, como lo hacen otros países del mundo”, comenta el ejecutivo.

Producto de las inclemencias del tiempo, la empresa experimentó ligeros retrasos en la reposición de inventarios por la incapacidad de los buques para descargar; y afrontó mayores costos de mantenimiento de sistemas y tuvo que invertir en la mejora del sistema de amarre para soportar olas superiores a los cinco metros de altura, que no se manifestaban en la costa peruana y ahora son recurrentes.

“El diseño del terminal Mollendo, que inició sus operaciones en el 2021, se preparó para el escenario más crítico, que suponía olas por sobre los cinco metros de altura. Esto se hizo siguiendo las recomendaciones del Foro Marítimo Internacional de Compañías Petroleras (OCIMF, por sus siglas en inglés) y los estándares de seguridad de Exxon Mobil. Con ello, nos aseguramos de tener el terminal operativo a pesar de las condiciones anómalas”, indicó Martínez.

Además, han instalado una quinta boya de amarre en el mar, que permitirá mayor estabilidad ante oleajes inesperados en los buques que descargan combustible.

Para Martínez la tendencia es que se incrementen los meses de oleaje anómalo en el futuro. Por ello, se hace necesario asumir las recomendaciones del OCIMF como un estándar e incrementar la capacidad de almacenamiento de los terminales para tener mayores inventarios de seguridad y soportar por mayor tiempo los cierres de puertos.