Komatsu-Mitsui Maquinarias Perú (KMMP) lleva 27 años en el Perú. Con una red de 22 tiendas y sucursales en el país, principalmente en el Callao, el 75% de su facturación corresponde al sector minería, a través de la venta de equipos auxiliares y camiones y los servicios de mantenimiento asociados a estos últimos. Por otro lado, sus dos talleres en el Callao brindan los servicios de reparación de componentes hidráulicos, mecánicos, eléctricos y reparaciones mayores de motores, de alta y baja potencia.
“Prácticamente estamos en todas las grandes mineras que operan hoy en el país, a través de contratos de mantenimiento y reparación, contratos de provisión de mano de obra y repuestos, y contratos de asistencia técnica”, comparte a Desde Adentro Tomas Martínez, CEO de KMMP.
La empresa distribuidora de la marca Komatsu recibió una orden de compra de 20 camiones mineros por parte de Antamina con una capacidad de carga 400 TM cada uno. Se trata de unidades provistas de motores Cummins de 4,400 HP, reconocidos por tener la mayor potencia del mercado, y ser los más rápidos y productivos de la industria.
“Diez camiones van a ser entregados este año. Cuando PERUMIN se lleve a cabo (a fines de septiembre), ya vamos a tener cinco camiones de estos trabajando en Antamina. Los otros cinco camiones llegan entre noviembre y diciembre”, indicó Martínez. El ejecutivo también señaló que “la industria minera a nivel mundial está, por suerte, reactivándose”. A continuación, más detalles de la conversación con él.
¿Cuál es el balance de Komatsu-Mitsui en lo que va del año?
Hemos tenido un excelente primer semestre. Estamos, en ventas, un 10% por encima de lo que habíamos proyectado en nuestro plan de negocios. En términos de utilidad operativa después de gastos, estamos un 33% por encima de lo que habíamos proyectado, lo cual nos pone contentos y, obviamente, también miramos la proyección hacia lo que resta del año. Estamos con una expectativa de superar nuestro plan de US$ 600 millones en ventas. Esto principalmente tiene dos factores importantes. Por un lado, está la orden importante de Antamina, con diez camiones este año. Y, por otro lado, nuestro negocio de posventa. En tercer lugar, está el sector construcción, que representa alrededor de un 20% de nuestra facturación. Si bien vemos una caída en la actividad de construcción de un 24% comparado con el mismo periodo del año pasado, en lo que va de 2023 hemos incrementado nuestro volumen de facturación comparado con el mismo periodo en un 16%.
¿Cuál es la estrategia para lo que resta el año y el próximo?
Aspiramos a introducir también camiones autónomos, el sistema Trolley [con energía de fuente eléctrica], que tiene que ver con las necesidades de nuestros clientes que buscan reducir su huella de carbono. Este sistema genera menor consumo de combustibles fósiles y es un beneficio importante. Y también estamos mirando la introducción de lo que nosotros llamamos el ‘camión agnóstico’. Quiere decir que lo puedo usar tanto con diésel como operarlo bajo varias fuentes de energía. Por ejemplo, puede pasar de Trolley al sistema de baterías y, por último, a las celdas de hidrógeno. Eso, obviamente, es de mediano a largo plazo, pero esperamos verlo operando en esta década. Algunos clientes obviamente no disponen del capital para invertir en la compra de nuevos equipos, pero sí en lo que es reconstrucción. Hemos sido exitosos en Cerro Verde hace algunos años al reconstruir una flota de casi 50 camiones que hoy están corriendo con una disponibilidad mecánica que mantiene muy contento al cliente. Por el otro lado, buscamos diversificar nuestros servicios en las operaciones donde estamos presentes.
¿Cuáles son los principales beneficios de los camiones autónomos?
Más que para Komatsu, el beneficio es para el cliente, porque un camión autónomo definitivamente es un camión más seguro, no me expongo a accidentes, porque es un camión no tripulado. Es también mucho más eficiente en términos de productividad porque tiene menos tiempo muerto. Pero, por sobre todas las cosas, lo más importante es la seguridad: elimino las fatigas y somnolencias en los operadores y el error humano. Es decir, el camión está siempre operativo, salvo el momento en que tiene que ir a recargar combustible.
También tienen previsto ejecutar US$ 28 millones en inversión para este año. ¿En qué se usarán estos recursos?
Estos US$ 28 millones son gasto de capital. Pero ahí consideremos que hay una parte asociada a componentes. Si nos vamos a lo que es infraestructura propiamente dicha, tenemos una inversión de US$ 6 millones en el Callao para ampliar las naves de nuestro almacén y así incrementar nuestra capacidad de almacenamiento, nuestra capacidad instalada para reparaciones, construir un nuevo piso donde se ubican oficinas corporativas, y la compra de un nuevo dinamómetro que nos permitirá atender los motores de mayor potencia QSK-95. En total, serían US$ 11 millones.
¿Qué otros proyectos tienen en cartera?
Una de nuestras prioridades es la de reducir nuestra huella de carbono. Nos sentimos orgullosos de haber sido reconocidos recientemente con la cuarta estrella por parte del MINEM y entre algunos proyectos que estamos trabajando se encuentra el llamado ‘Carbon Free Component’, vale decir que los componentes que reparemos aquí en nuestro taller vayan con un sello verde al cliente, lo equivale a compensar las emisiones generadas por su reparación. Por ejemplo, la reparación de un motor de potencia ‘wheelmotor’, consume el equivalente 5 toneladas de CO2, es decir, si mi capacidad de reparación es 100 motores de potencia al año, es el equivalente a 500 toneladas de CO2 que podemos compensar.
¿Han visto alguna oportunidad en el interior del país?
Hoy tenemos tres centros de distribución. Uno en el Callao, otro en Pucusana, en la Unidad del Sur, y el tercero en Arequipa. El año pasado hicimos una inversión para construir en Arequipa un almacén de repuestos y componentes. La reciente adjudicación de Antamina abre una posibilidad que estamos explorando todavía, y es justamente poder invertir en infraestructura cercana al cliente. Estamos creando una nueva entidad legal que va a estar operativa dentro de los próximos dos meses: KMMP Amazonía, en Tarapoto. Vamos a tener esta entidad legal que nos va a permitir acceder a los beneficios tributarios de la zona de selva. Esta entidad estará orientada, principalmente, al mercado de construcción, agrícola y pesquero, y no tanto al minero.
¿Cuáles son, de aquí a los próximos 10 años, los principales desafíos a los que deben hacer frente?
Tenemos que seguir expandiendo nuestro negocio, no solamente tenemos que acompañar a nuestros clientes existentes, sino adelantarnos a sus necesidades. No esperar que ellos nos pidan, sino ofrecer algo que a veces incluso ellos ni saben que necesitan. Pero también como negocio, obviamente pensamos todavía en crecer en nuestras ventas. Aspiramos a llegar a ser una empresa de US$ 1,000 millones en los próximos cinco años. Y esto es producto de un nuevo portafolio de negocios, desarrollar tecnologías alternativas y brindar equipos con nuevas tecnologías para contribuir a la reducción de la huella de carbono. Básicamente, de eso se trata. Hoy somos una compañía de 2,200 trabajadores con una presencia importante de mujeres. Le damos muchísima importancia a brindar igualdad de oportunidades a nuestras mujeres, a la atracción del talento y a la retención del talento camionero. Por eso, hoy tenemos un 23% de mujeres líderes en la compañía, que ocupan posiciones de jefaturas, y un 19% en total. Nuestro plan es que los camiones de Antamina que estamos por comenzar a armar dentro de las próximas dos o tres semanas sean 100% hechos por mujeres técnicas. Esa es la apuesta que tenemos.