En la reciente jornada del Jueves Minero, organizado por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú, Luis Miguel Castilla, director ejecutivo de Videnza, expuso sobre los encadenamientos productivos generados por nuestra industria minera, principal motor de desarrollo de la actividad económica del país.
El exministro de Economía indicó que por cada millón de soles producido por la minería, se generan unos S/ 162 mil en otros sectores y por cada empleo en el sector minero, se crean aproximadamente 3.7 empleos en otros sectores.
“En este caso, primero se da la inversión, con la construcción de la mina, luego viene el aumento de la producción y empleo, lo cual aumenta los ingresos y, en consecuencia, genera incremento del gasto de consumo. Entonces, hay un concepto de multiplicador, que es el impacto productivo que genera en otro tipo de actividades”, indicó Castilla.
Regiones con acceso a crédito
Mencionó además que existen regiones donde el sector minero se integra en mayor medida en la economía local, como Lima, La Libertad e Ica. De acuerdo con Castilla, los encadenamientos varían según las regiones porque influye el nivel de competitividad regional, que se explica por el acceso al crédito, servicios básicos, redes viales, escolaridad, entre otros indicadores; el mercado laboral, es decir el nivel de empleo formal y la fuerza laboral educada; y el índice de conflictividad social.
“Los encadenamientos productivos del sector minero son mayores en las regiones con mayor acceso al crédito. Y en las regiones que con mayor conflictividad social, la generación de encadenamientos productivos por el sector minero es menor”, señaló.
Continuando con su exposición, presentó un estudio de caso realizado por Videnza Instituto en el que se analizó los encadenamientos productivos y cierre de brechas sociales en las áreas de influencia directa de las empresas mineras Yanacocha, Las Bambas, Antamina y Cerro Verde.
“Los determinantes de los encadenamientos de la minería, según el estudio de caso de 4 yacimientos mineros, son: Nivel de desarrollo humano, Pobreza, Escolaridad, Esperanza de vida al nacer, Nivel de ocupación, Proporción de hogares con alta dependencia económica, Condiciones de habitabilidad, y Acceso a servicios básicos y conectividad”, desprendió del estudio.
Y en cuanto al cierre de brechas, Castilla reflexionó en que “el desafío radica en cómo potenciar el impacto de la minería en las zonas de influencia, para ello se debe determinar el rol de las políticas públicas y cuáles serán las formas de colaborar del sector privado”.
En ese sentido, consideró que desde el Estado se necesita contar con políticas de innovación sectorial y reactivar iniciativas como el Plan Nacional de Diversificación Productiva, con el objetivo de desarrollar nuevos motores de crecimiento económico, conducir a una mejora de la productividad y el aumento del empleo formal.
Y por parte del sector minero, se requieren estrategias explícitas de desarrollo regional que consideren las características idiosincráticas de cada región. El cluster minero y la mayor participación de las empresas comunales tiene un gran potencial para generar mayores beneficios.
“Potencialmente, la inversión pública y espacios de colaboración público privada son palancas esenciales para el desarrollo territorial”, enfatizó.
Fuente: IIMP.