Desde antes de terminar el colegio, Leonardo Valverde tenía clara su preocupación por el medio ambiente como un tema para guiar su vocación. Cuando en el 2019 ya estudiaba Ingeniería de Gestión Minera en la UPC, conoció la labor de Amautas Mineros y decidió sumarse a esta asociación como voluntario para difundir la minería entre los escolares. Eligió el camino de vincularse al sector para ser un agente de cambio.
El recorrido
Amautas Mineros, que comenzó en el 2012, cuenta con cerca de mil voluntarios. Son jóvenes que estudian diversas carreras y que se organizan en cada región para dar charlas a escolares desde quinto de primaria hasta quinto de secundaria. En sus presentaciones exponen sobre los minerales en la vida diaria, la riqueza del Perú y sus zonas mineras, el ciclo de vida de una mina, gestión ambiental, desarrollo sostenible, entre otros temas. Pero aparte de las aulas, también se acercan a más públicos cuando aparece la ocasión. En algunos eventos regionales, los amautas han salido a las plazas a hablar de minería y responder inquietudes.
Ahora, Leonardo, quien ya cursa el octavo ciclo de su carrera, encabeza la nueva Junta Directiva de Amautas Mineros. Como presidente nacional confía en que la asociación impactará —este 2023— en 75 mil escolares en todo el país. Una de las metas es comenzar a medir el impacto de las charlas de manera regular, y para eso se prepara una encuesta que se aplicará antes y después de cada charla con el fin de evaluar cuánto cambia la percepción de los escolares. Él cuenta que en muchos casos se han encontrado con adolescentes que tienen una noción sobre cómo se hace minería en el Perú, en la que no existen equipos modernos. Katherine Fermín, presidenta regional de Amautas Mineros en Ayacucho, dice que siempre es un reto estar delante de los alumnos y conseguir que se interesen y hagan preguntas.
Otra meta importante es llevar las charlas no solo a colegios de las principales ciudades, sino también a las provincias y a las zonas más alejadas, donde no llega la suficiente información. “En Ayacucho siempre hemos dado charlas en Huamanga, y ahora en mayo ha sido la primera vez que hemos salido a la provincia de La Mar. Los alumnos no estaban tan informados; hablar de minería era nuevo para ellos, pero estaban emocionados porque, además, hicimos una feria”, cuenta Katherine. Mientras que María Fernanda Hurtado, presidenta regional de Amautas Mineros en Cusco, una de las regiones con más impactos, comenta que uno de sus objetivos es llegar este año a las poblaciones que están directamente en las zonas de influencia de algunas minas. “Estamos trabajando en un proyecto para tener materiales en quechua”, sostiene.
Preguntas y respuestas
Las dudas de los alumnos acerca de la minería han ido cambiando. Se han reducido las preguntas sobre cuánta agua usan las minas, para dar paso a cómo funciona una empresa minera, por qué hay conflictos sociales o cómo hacer para que funcione una mesa de diálogo. También ha crecido la participación de las mujeres entre los voluntarios, alcanzando un 45% del total. “Las mujeres son muy activas en el voluntariado, sobre todo cuando hay eventos. Y entre las que estudian una carrera ligada a la minería ha crecido el interés por trabajar en operaciones y no solo en una oficina”, señala María Fernanda.
También se busca aumentar la convocatoria de voluntarios de institutos técnicos. Por normas internas, los voluntarios de Amautas Mineros solo podían ser estudiantes de universidades, pero esto ha cambiado, pensando en que gran parte del sector está integrado por técnicos y que en las principales regiones mineras hay institutos con chicos interesados en participar.
Las charlas para cuarto y quinto año de secundaria se enfocan bastante en orientación vocacional, hablando de las oportunidades laborales que hay en la minería, explicando que es un sector multidisciplinario, en el que pueden trabajar no solo ingenieros de minas o metalúrgicos, sino otros ingenieros, además de contadores, abogados y psicólogos, entre otros. Eso les genera mayor curiosidad. Para que los chicos y chicas no tengan como única alternativa buscar trabajo apenas acaban el colegio, se comparten también las ofertas académicas y las oportunidades de acceder a becas del Estado o patrocinadas por empresas. Para Leonardo no hay mayor satisfacción que el enterarse de que un joven decidió estudiar e involucrarse en el sector minero luego de que un amauta visitó su colegio.