Hace unos días EY Perú y el Ministerio de Relaciones Exteriores presentaron una nueva edición de la Guía para la inversión minera en el Perú 2023/2024, un esfuerzo que data del 2010 y que se actualiza cada año. Desde Adentro le planteó a uno de sus editores, Marcial García, líder de Minería y Metales de EY Perú, algunas preguntas alrededor de la actividad minera y sus desafíos inmediatos.
¿Cuál es la situación del mercado internacional de metales, especialmente de los que el Perú produce, como el cobre y el oro?
Nuestro principal producto minero de lejos es el cobre, seguido del oro, el zinc y el plomo, en ese orden. El metal rojo, por sí solo representa un tercio del valor total de nuestras exportaciones y alrededor del 50% de nuestros envíos de minerales al exterior, siendo nuestra principal fuente de divisas. La economía peruana, por ende, depende de lo que ocurra con la demanda y precio de este metal. Más del 70% de nuestras exportaciones de cobre se destinan a China, que es el mayor consumidor de materias primas del mundo y el principal socio comercial del Perú, mientras que poco más de tres cuartas partes de las exportaciones de oro van a India, Canadá y Suiza. La reapertura de China, luego de casi tres años de confinamiento por su política “cero COVID”, y la transición global hacia el uso de energías renovables debieran impulsar fuertemente el consumo de cobre, vital para los productos de economía verde como los autos eléctricos, que precisan tres veces más cobre que los vehículos convencionales. Algunos analistas estiman que la demanda podría aumentar en promedio 30% en el 2023.
¿Qué oportunidad tienen el Perú en este contexto?
El cambio de matriz energética en el mundo representa una gran oportunidad para el Perú, al ser el segundo productor a nivel mundial después de Chile —si se dejan de atacar campamentos mineros, amenazar a sus trabajadores y bloquear vías de acceso—. Si bien los vientos de una recesión global pudieran retrasar el crecimiento de la demanda de cobre, el metal rojo podría mantener una buena cotización por tiempo indefinido. De hecho, su cotización cerró el año pasado en alrededor de US$ 3.8 la libra. Y en lo que va del año, llegó a picos de US$ 4.2. En tanto, el precio del oro está en alrededor de US$ 1,900 por onza. Estas circunstancias generan varios efectos positivos entre los que sobresalen los vinculados al crecimiento del PBI, de las exportaciones, la balanza comercial y la recaudación fiscal. Pero también hacen más atractivos los proyectos mineros para los inversionistas nacionales y extranjeros. Esta afortunada coyuntura debiera ser aprovechada para sacar los proyectos adelante, a fin de generar recursos para que las familias peruanas mejoren sus condiciones de vida.
¿Qué potencial tiene el Perú para la inversión minera en los siguientes años?
El Perú ocupa una posición expectante en el ranking mundial de producción y reservas mineras, por lo cual tiene un enorme potencial para futuras exploraciones y para el desarrollo de nuevos proyectos. Sin embargo, las señales dadas a los inversionistas en los últimos tiempos no han podido ser peores, habiéndose traducido en un deterioro de las expectativas de inversión en el sector. Algunas causas de este retroceso son bien conocidas, pues se arrastran desde hace mucho tiempo, como el mal manejo de los conflictos sociales por parte del Estado, las trabas burocráticas y la sobrerregulación. Pero, ahora, a ello se suma la inestabilidad política y la convulsión social que mantiene en la incertidumbre, desalentando nuevas inversiones y poniendo en compás de espera los planes de ampliación de las minas existentes.
La mayoría de los proyectos mineros pendientes de ejecución están paralizados o tienen problemas de viabilidad y no tendrían realmente posibilidad de concretarse. Pese a la escalada de protestas y la inestabilidad política, la inversión minera creció 1.9% hasta US$ 5,364 millones el año pasado, superando las proyecciones esperadas. Sin embargo, las inversiones mineras aún no recuperan las cifras prepandemia. El monto alcanzado en el 2022 fue 9% inferior al del 2019 y para este año las cosas no pintan tan bien. El Banco Central de Reserva estima que la inversión minera tendrá una caída de 16% ante la arremetida antiminera que afronta el país. Pero el incremento de la conflictividad política y social podría hacer que el desplome sea aún mayor, cuando en otros países mineros crece por el nuevo boom de minerales.
Resulta paradójico que esto ocurra mientras que el mundo atraviesa por un periodo de buenos precios internacionales. El Perú tiene potencial para duplicar su producción minera, y dejar pasar la ocasión para destrabar inversiones que beneficiarían al crecimiento de nuestra economía sería una irresponsabilidad. Es urgente, pues, recuperar la imagen del Perú como destino de la inversión minera a fin de generar más desarrollo, recursos para el país y trabajos de calidad.
¿Qué proyectos podrían arrancar este año y el próximo?
Para el 2023, el MINEM pronostica el inicio de construcción de cuatro proyectos con una inversión de US$ 2,947 millones: Magistral, Corani, Romina y Reposición Antamina. Y para el 2024, de los proyectos Yanacocha Sulfuros, de US$ 2,500 millones, en Cajamarca y Zafranal, de US$ 1,473 millones, en Arequipa, que totalizan una inversión de US$ 3,973 millones.
¿Cómo le fue a la minería en su aporte por el lado tributario?
Si quedaba alguna duda sobre el peso de la minería en la recaudación, la SUNAT se encargó de despejarla. Buena parte del incremento de los ingresos tributarios registrado en el 2022 se dio gracias al impacto positivo del alza de los precios internacionales de los metales, principalmente del cobre. En total, se recaudaron S/ 157,768 millones el año pasado. Dicho monto es el máximo histórico anual registrado hasta ahora y representa un incremento de 12.7% con relación al 2021, superando ampliamente los niveles prepandemia. Analizando los ingresos tributarios por actividad económica, el aporte de la minería pasó de S/ 19, 510 millones en el 2021 a S/ 19,766 millones en el 2022.
No obstante, el ritmo de crecimiento de los ingresos tributarios muestra una fuerte desaceleración que se ha acentuado en los últimos meses. Este deterioro, en realidad, se veía venir. Son varios los factores que lo explican. Uno de los principales es el retroceso de las cotizaciones de los metales, pero también influyó la caída de la producción minera por los conflictos sociales que paralizaron importantes operaciones, como las de Cuajone o Las Bambas.
Dada la ola de violencia que sacude al país, que viene afectando al sector, sobre todo en el “Corredor vial del sur”, se avizora que la recaudación fiscal proveniente de la minería se frenaría este año, al proyectarse una caída en los niveles de producción. Todo esto preocupa porque es una de las actividades que más aporta a la recaudación tributaria, recursos con los cuales se financia la inversión pública y el gasto social.
¿Cómo se puede recuperar la inversión en el sector minero?
Lo que debe mejorarse son las condiciones para el desarrollo de esta actividad y la inversión minera. En ese sentido, es imprescindible agilizar los trámites burocráticos e impulsar mejoras regulatorias para acelerar la ejecución de proyectos y, sobre todo, enfocar los esfuerzos en solucionar de manera definitiva los conflictos sociales que frenan el avance de la minería y desalientan nuevas inversiones, siendo ese quizás el principal desafío.
Los altos precios de los minerales hacen más atractivos los proyectos mineros para el inversionista. Sin embargo, si pronto no se hace algo para resolver los problemas generados muchas veces por el propio Estado que dificultan sacarlos adelante, puede muy bien que acabemos desaprovechando estas afortunadas circunstancias para captar los capitales que hoy tanto se necesitan.
¿Con qué países el Perú compite por la inversión minera?
Siempre hemos competido por inversiones para desarrollar nuevos proyectos con otros países mineros, como Australia, Canadá y Chile. Esos son los que teníamos mapeados. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, países como Ecuador o Colombia, que no necesariamente cuentan con mayores recursos minerales que nosotros, están ganando terreno y nos están comenzando a sacar ventaja al promover su cartera de proyectos. Estos resultados son crudos, pero bastante claros. La pérdida de atractivo de la minería peruana no se explica por un cambio en la percepción de los inversionistas en lo que concierne a la riqueza de nuestro subsuelo, sino fundamentalmente por factores que dependen de las políticas gubernamentales.