Las protestas y bloqueos ocurridos en todo el país durante las últimas semanas han dejado el saldo trágico de la pérdida de vidas de compatriotas y la afectación de todas las actividades empresariales —desde el pequeño comerciante hasta los grandes negocios—, así como de regiones desabastecidas de oxígeno, alimentos y combustibles.
Ante el escenario de convulsión social, es necesario un llamado a la paz y a la reconciliación nacional que nos permita lograr los consensos para construir un Perú con desarrollo, mejor gobernabilidad y oportunidades de progreso para todos los peruanos.
Los cambios y mejoras que el Perú requiere para que todos sus ciudadanos puedan gozar de bienestar y prosperidad necesitan de voluntad de diálogo y cooperación. Pero también de espacios de diálogo que las autoridades pueden contribuir a generar, en una coyuntura en la que se debe hacer respetar el Estado de derecho, la institucionalidad y la democracia, generando una agenda de trabajo y metas claras como país que beneficien a todos.
Las empresas y los trabajadores de todas las regiones del país necesitamos condiciones mínimas de seguridad y estabilidad para desarrollar nuestras actividades productivas que contribuyen a la reactivación económica.
Los Derechos Humanos son de todos y no hay justificación alguna para que nuestras libertades sean vulneradas. Los reclamos de cualquier índole deben, primero, respetar la Ley y, luego, así canalizarse a través del diálogo y de las herramientas que nos proporciona la democracia, en un entorno de paz social.
Los empresarios estamos dispuestos a propiciar una reconciliación nacional que nos involucre a todos, a las fuerzas políticas, a las instituciones del Estado, a la academia, sociedad civil y a los trabajadores. Solo así podremos seguir trabajando unidos para forjar el Perú que todos anhelamos.