Recientemente, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) realizó el estudio “Identificación de brechas de transparencia y relacionamiento intercultural para el fortalecimiento intercultural y mejor implementación de la política nacional minera”.
Para comenzar con el estudio, se pensó hacer una revisión teórica y una de campo. “Realizamos dos tipos de levantamiento de información. La primera fue una revisión sobre en qué estaban algunas de las discusiones y, luego, un trabajo de campo con entrevistas a actores como las empresas, el Estado y los diferentes roles”, explicó Patricia Balbuena, exviceministra de Interculturalidad, ministra de Cultura y consultora del BID.
Hallazgos teóricos
Se encontró una transformación muy marcada durante la última década en los paradigmas y nuevos mandatos del relacionamiento comunitario. Ahora se habla de garantizar los estándares de Derechos Humanos de los pueblos indígenas y de temas ambientales, entre otros.
“Encontrar este cambio de paradigma implica mirar el tema del factor cultura, pensando en que puede ser un factor que dé elementos que permitan la resiliencia de las poblaciones. Resulta necesario saber qué implica esta resiliencia, en términos de valores, para poder construir relaciones más sostenibles entre los actores”, recalcó Balbuena.
Además, se reconoció la importancia del diálogo porque trasciende y su rol se amplía en los procesos de negociación. Este se construye desde las subjetividades de los actores que participan y requiere de valores y metodologías que, a su vez, producen aprendizajes.
Revisión de campo
Se entrevistó a representantes de empresas y proyectos como Antamina, Antapaccay, Nexa Resources y Bear Creek Mining. Además, se recogió la voz de actores como el Ministerio de Energía y Minas (MINEM), funcionarios de alto nivel con amplia experiencia en gestión de conflictos y gerentes de sostenibilidad.
El estudio indicó que las empresas reconocen la vigencia de las identidades locales asociadas a una historia local propia, a prácticas culturales y sociales que comparten ciertas tradiciones y las formas de comunicación.
“Esta identidad cultural no debe ser encapsulada en una idea del pasado, sino más bien ver cómo la utilizamos asociada a una idea de futuro. Las identidades no están fijas, están en permanente cambio y transformación con relación a lo que el mundo está viviendo. Asimismo, los espacios están en permanente movimiento y son la piedra angular de esta visión de desarrollo”, recalcó Balbuena.
Recomendaciones a los actores
La sesión sirvió para alcanzar algunas recomendaciones. Por ejemplo, en el caso del MINEM, este debe ampliar los contenidos de línea social, tales como establecer lineamientos sectoriales para la prevención y gestión de conflictos sociales.
Las comunidades, por su lado, deben establecer recursos dentro de sus fondos o fideicomisos a fin de contar con asistencia técnica para sus procesos de negociación. Los profesionales a cargo deben cumplir con requisitos de idoneidad, probidad, neutralidad y capacidad técnica.
Asimismo, es importante colocar en valor sus activos culturales y desarrollar planes de vitalidad de sus lenguas y prácticas culturales. De igual manera, gestionar inventarios de patrimonio, reconocimiento de patrimonio material e inmaterial. “No se toman acciones ni medidas para poner en valor patrimonio cultural que puede ser base para una iniciativa de desarrollo. Hay mucho por hacer”, resaltó Balbuena.
Por otro lado, las empresas deben considerar el manejo y análisis de información de las bases de datos de pueblos indígenas, el mapa etnolingüístico, el censo del 2017 y las preguntas de autoidentificación como herramientas esenciales para el conocimiento de la zona de intervención.
Finalmente, resaltó la transición que están viviendo y la necesidad de contar con competencias en reconocimiento y empatía. “Estamos pasando de un modelo de relaciones a uno de gestor del desarrollo. Y eso implica desarrollar competencias que se aprenden con la práctica. Se necesita formación en diálogo intercultural, activos culturales, estudios sociales a profundidad y estándares de derechos de pueblos indígenas”, recalcó Balbuena.
