El escenario global, signado por el conflicto entre Rusia y Ucrania, ha repercutido en una constante alza de los precios internacionales de los combustibles en los últimos meses. Ello, obliga al Perú a garantizar la seguridad energética que requiere su crecimiento.
En este contexto, los anuncios de la semana pasada en torno al desabastecimiento de combustibles que experimenta el país son una muestra más de la grave crisis que está afrontando desde hace algunos años la industria hidrocarburífera nacional. Por ello, urge tomar medidas para reactivar esta actividad y atraer nuevas inversiones para poner en valor el potencial petrolero y gasífero que tiene el Perú.
Para que ello ocurra se debe garantizar, entre otras medidas, la transparencia y prácticas de gobierno corporativo en la petrolera estatal Petroperú, que debe contar con una administración profesional y ajena a las presiones políticas. Así, podrá alcanzar su sostenibilidad administrativa y financiera, haciéndola capaz de cumplir con sus obligaciones económicas con sus propios recursos.
Además, urge atraer nuevas inversiones para la exploración y explotación de hidrocarburos con el fin de cubrir la demanda actual y atender la siempre creciente demanda local de combustibles, otorgando incentivos que nos permitan competir con otras naciones. Desde inicios del 2022 se anuncia una licitación internacional para los siete contratos que están por vencer en el Noroeste, pero las bases aún no se conocen y eso crea incertidumbre entre los actuales contratistas, con efectos negativos en la economía de esta importante región petrolera.
Y esto hace que no se invierta en dichos lotes, lo que finalmente trae ingresos para las regiones que albergan estas operaciones de hidrocarburos. Asimismo, debemos asegurar la sostenibilidad de las operaciones del Oleoducto Nor Peruano; gestionar las obras comprometidas en el Plan de Cierre de Brechas de Loreto, y prevenir efectivamente los conflictos sociales en la producción de hidrocarburos.
Otra preocupación es la falta de autoridades clave para la industria. La presidencia de Perupetro, la agencia promotora del sector estuvo acéfala más de diez meses; y el Viceministerio de Hidrocarburos y la Dirección General de Hidrocarburos del Ministerio de
Energía y Minas tienen responsables encargados. A ello se suma la reciente renuncia del presidente de Petroperú. Ello impacta de manera negativa en la toma de decisiones y planificación del sector para su presente y futuro. Invocamos un claro y decidido compromiso con el sector hidrocarburos, promoviendo la seguridad jurídica, la predictibilidad para todos los agentes del mercado, la igualdad en el trato, y un firme impulso al gobierno corporativo que garantice la eficiencia y transparencia en la gestión de Petroperú y de otras entidades.