El nuevo modelo de Gobernanza Territorial tiene como propósito lograr una efectiva articulación del territorio que no solo implique una delimitación administrativa, sino el hecho de identificar puntos de coincidencia geográfica, productiva y cultural, como por ejemplo entre cuencas y centros poblados del país y, en función de ello, realizar intervenciones que “muevan los ejes de desarrollo social, económico, ambiental e institucional con sus respectivos indicadores”.
En esos términos se pronunció el asesor del viceministerio de Gobernanza Territorial de la Presidencia del Consejo de Ministros, Ángel Ccari, durante su intervención ante los miembros del Comité de Asuntos Sociales de la SNMPE. Dijo que en este proceso de transición hacia un enfoque de Gobernanza Territorial se modifica la visión administrativa y sectorializada por otra que involucrará una serie de cambios en el funcionamiento del Estado con intervención de los tres niveles de gobierno: nacional, regional y local.
“Así como hay instituciones del Poder Ejecutivo, de gobiernos regionales y municipalidades que tienen intervenciones en el territorio; también la sociedad civil y el sector empresarial tienen intervenciones. El tema es cómo nos articulamos en esta mirada integral del desarrollo territorial”, enfatizó.
En su exposición “Modelo de Gobernanza Territorial para Territorios Priorizados: Amazonía, Corredor Vial Sur (CVS) y VRAEM”, el funcionario dijo que trabajan propuestas de modelo de gobernanza para la Amazonía en el Corredor de Loreto, el CVS (que une Apurímac y Cusco) y VRAEM en función de sus particularidades, incluyendo procesos y lineamientos generales. “Los conflictos sociales son un efecto de la desatención y ausencia del Estado en los territorios”, añadió.
Señaló también que la propuesta consiste en generar intervenciones con un enfoque territorial en políticas públicas de acuerdo con cada realidad geográfica, social, económica y cultural del país con sus dinámicas territoriales. “El enfoque de territorio debe funcionar como un modelo de gobernanza y proceso dinámico de interacción entre los actores territoriales que implica replantear la administración y gestión pública teniendo en cuenta el ordenamiento territorial”, agregó.
Además, este nuevo modelo tiene que promoverse con incentivos para ver “cómo nos articulamos y promovemos la participación ciudadana” y sus marcos normativos.
“La Gobernanza Territorial implica cambiar el modelo de intervención y su función no es correr como los bomberos cada vez que hay protestas sociales para querer solucionarlas. Lo que tenemos que hacer es anticiparnos a los problemas, identificar y gestionar los riesgos bajo un modelo de gestión social que implica un trabajo permanente con la gente y no acudir cada vez que haya un conflicto. Hay que generar información desde los centros poblados”, insistió Ángel Ccari.
En la actualidad, los brazos operativos son la Secretaría de Gestión Social y Diálogo, la Secretaría de Demarcación, la Secretaría de Descentralización y una unidad funcional que “mira todo lo que es ordenamiento territorial”, según detalló.
A su juicio, las intervenciones para solucionar problemas públicos no deben ser sectoriales, sino multisectoriales, pues obedecen a diversas causas, coyuntura que implica someterse a sistemas administrativos que actualmente no permiten actuar con facilidad por dificultades en los sistemas de inversión pública, de presupuesto y contrataciones.
“Hay cuellos de botella en los sistemas administrativos y cuando se recogen las demandas de la población no tenemos una respuesta adecuada y no avanzamos a cabalidad”, reconoció. Por ello, el nuevo modelo de Gobernanza Territorial no busca una intervención vertical del Estado y sus actores y técnicos “imponiendo una agenda”, sino el involucramiento de la población y de las comunidades.
La participación ciudadana, la transparencia y la rendición de cuentas constituyen ejes importantes del proceso para generar confianza y acercamiento con la población que debe involucrarse desde la planificación, implementación y evaluación.
“Muchas veces no hubo resultados esperados por retrasos en la ejecución de proyectos, paralizaciones, servicios desarticulados, duplicidad de acciones, corrupción, dispersión de programas presupuestales, retraso en cierre de brechas de infraestructura, pobreza, minería ilegal, informalidad y, ante ello, la población se manifiesta a través de los conflictos sociales”, manifestó Ccari, quien confía en que el nuevo modelo revierta esta situación y alcance resultados satisfactorios en beneficio del país y de la población.
En esa línea, manifestó que deben establecerse acuerdos entre los tres niveles de Gobierno y otros sectores por vía de la planificación conjunta de objetivos y metas, la priorización de intervenciones, la organización de la oferta de servicios e indicadores.
Detalló que el Fondo para el Desarrollo Territorial Rural, como el Fondo Invierte para el Desarrollo Territorial (FIDT), los fondos sociales del sector minero energético y los Fondos de la Cooperación Internacional constituyen herramientas para promover el desarrollo.