En la Cumbre del Agua, Cambio Climático y Minería, reveló Erika Calmell del Solar, gerente de Planificación Ambiental de Compañía Minera Antamina, que el objetivo de la empresa es recircular el 100% del agua usada en sus procesos productivos a partir del año 2030.
“Tenemos el reto de reducir aún más el agua que utilizamos en planta concentradora. Y dejar de emplear agua fresca en la torre de enfriamiento. Lo importante es minimizar, en todos los aspectos, nuestra huella hídrica, y no solo en cantidad, sino en calidad”, precisó.
Actualmente, del 97% al 99% del agua usada en la concentradora se recicla de la poza de relaves. Además, el agua utilizada en el control de polvo en mina se recicla enteramente del proceso. Finalmente, el agua fresca derivada a los campamentos y concentradora proviene de las lluvias.
Precisó, además, que el agua de proceso que llega en el mineroducto se trata y reusa para el riego del Bosque de Huarmey. Así se logra forestar más de 100 hectáreas con la plantación de 120 árboles, capturar 190 toneladas de CO2 por año y descargar cero emisiones al ambiente.
“Ubicado en pleno desierto, este bosque tiene el mismo tiempo que nosotros en operación, capturando carbono todos los años y creando un hábitat para especies de la flora y fauna, como consecuencia de la aplicación de agua recuperada para la biodiversidad”, señaló en PERUMIN 35.
En esa dirección, la ejecutiva remarcó que Antamina mantiene un proceso de mejora continua apuntando a la sostenibilidad de sus operaciones. Y que ahora busca extender la vida de la mina por ocho años más, conservando siempre el manejo eficiente de los recursos hídricos.
De esta manera, se espera que las estrategias de uso responsable de agua conlleven a que la empresa polimetálica logre sus objetivos de descarbonización al año 2030, con el 100% de reducción de alcance 2. Y al 2050, con el carbono neutral de alcance 1 y 2.
“El agua es un recurso vital y todos los esfuerzos son necesarios para mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos y del ambiente donde operamos. El cambio climático nos pide adaptarnos y ser resilientes, así que debemos articularnos para lograrlo en conjunto”, reflexionó.
De otro lado, con base en estudios sobre los efectos del cambio climático en las zonas de influencia de Antamina, comentó que grandes torrenteras con 24 horas de precipitación podrían ocasionar problemas de inundación y afectación de la vida y medios productivos.
“Esto representa un riesgo considerable, pero, a su vez, una oportunidad de trabajo conjunto para la adaptación y resiliencia de la cuenca hídrica, que implique no solo mejoras a nivel de infraestructura de la empresa, sino también de la infraestructura de la comunidad”, dijo.
Fuente: IIMP