Todo problema puede convertirse en una oportunidad. Esta frase muy utilizada cobra especial relevancia ante una realidad innegable, como el aumento sostenido en el precio de los combustibles. Y es que pocas veces una problemática ha generado tanto consenso entre los expertos de todos los sectores, como quedó evidenciado en el evento Electrotransporte, realizado en junio pasado: la necesidad de incentivar fuentes de energía más limpias para la movilidad en el Perú, especialmente en Lima, que figura entre las ciudades con mayor contaminación en Latinoamérica, según el informe Índice de vida y calidad de aire, del Instituto de Políticas Energéticas de la Universidad de Chicago.
“La electromovilidad es favorable y beneficiosa, y termina siendo una gran oportunidad porque el Perú tiene una fuerte matriz energética renovable y la mitad de la generación es hidroeléctrica, por lo que no hay casi emisiones”, señaló César Butrón, presidente del Comité de Operación Económica del Sistema Interconectado Nacional (COES), quien hizo de moderador en el panel “Rol de las empresas generadoras y distribuidoras en la electromovilidad” en Electrotransporte.
Sin embargo, ni las ventajas ni los retos ambientales del Perú son suficientes: la transición hacia un sistema masivo de transporte eléctrico se topa con una serie de barreras que limitan su desarrollo, como dejó en claro en el mencionado panel el gerente general de Luz del Sur, Mario Gonzales: “Para que una empresa tenga la posibilidad de intercambiar de combustión a diésel o gasolina a energía eléctrica requiere de incentivos (…) Muchas empresas proveedoras, fabricantes o comercializadores de vehículos eléctricos no quieren entrar al Perú porque las condiciones no están dadas: no existe reglamentación, no existe un proyecto puesto en marcha, como sí lo han hecho los países vecinos”.
Punto de partida
En el mensaje de inauguración de Electrotransporte 2022, el viceministro de Electricidad, Martin Dávila comentó que el Gobierno presentará un proyecto de Ley de Promoción de los Vehículos Eléctricos, que contempla incentivos para el desarrollo de la electromovilidad en el transporte masivo, industrial y doméstico. “En el Ejecutivo estamos analizando la rebaja o eventual retiro del IGV, entre otros temas arancelarios para lograr mayores ingresos de estos vehículos eléctricos, aminorando su costo y haciéndolo más accesible”, refirió entonces.
Hoy, sin embargo, pese a la falta de un sistema que reglamente la movilidad eléctrica, es posible viajar con un vehículo eléctrico desde Puno hasta Tumbes y cargar en las 48 estaciones de carga eléctrica lenta que hay instaladas en un tiempo aproximado de entre 6 y 8 horas. La mayoría de ellas han sido implementadas por Enel, una de las generadoras y distribuidoras más grandes del sistema eléctrico peruano y pionera en la introducción de la electromovilidad en el Perú, con la apertura de su línea de movilidad eléctrica Enel X, en el 2019.
Estas estaciones se ubican en hoteles, institutos y centros comerciales en 23 ciudades del Perú; la mitad se encuentra en Lima. En los próximos meses, implementarán nuevos puntos de carga en los peajes de Fortaleza y Huarmey, en Áncash; y en el peaje de Virú, en La Libertad. Además, están en coordinación con entidades públicas y privadas para la implementación de nuevas estaciones de carga rápida, como la última instalada este año en la Estación de Servicios Kío, en el kilómetro 25 de la Carretera Panamericana Sur, que permite cargar en unos 30 minutos. Las otras dos estaciones de carga rápida son de propiedad de la eléctrica Engie Energía Perú y la empresa fabricante de automóviles Audi, respectivamente.
Proyecciones
Enel X cuenta con la seguridad que brindan los números. En el 2019, probaron un bus eléctrico en el Corredor Rojo de Lima, durante 18 meses, lo que les permitió medir el impacto de su actividad: lograron reducir 107 toneladas de CO2. “Imagínate cambiando 500 o hasta 800 buses. El cambio en la calidad del aire que vamos a tener en ciertos distritos va a ser brutal”, afirman. Pero ¿por qué no se ha migrado? “Porque el transporte urbano aún no cuenta con las condiciones: no tienen plazos largos ni tampoco garantías de pago. Esto, sumado a la falta de incentivos para migrar, imposibilita las inversiones”, asevera Alex Ascón, responsable de la línea e-Mobility de Enel X.
Sin embargo, señala, “estamos ad portas de contar con un proyecto de Ley que le va a cambiar la cara al país”. Una vez aprobado este proyecto de Ley, indica Ascón, las más de 60 empresas concesionarias que están buscando migrar [a la electromovilidad] se atreverán a traer un portafolio de vehículos más grande. Y, al no contar con IGV incluido en el precio, se darán cuenta de que las inversiones son factibles. Así, comenzarán a cambiar la flota de autos, vans, buses, camiones y todo tipo de vehículos. “Vamos a generar mayor competitividad e inversión; vamos a cambiar el aire y, por ende, la calidad de vida; vamos a generar muchos puestos de trabajo tecnificados: es la fórmula que hemos usado en Chile y Colombia”, explica.
Si en el 2020 se vendieron 578 vehículos electrificados y en 2021 esta cifra aumentó a 1,455, este año esperan cerrar con 2,400 vehículos, según proyecta la Asociación Automotriz del Perú (AAP). Si Chile, Brasil y Colombia, representan más del 85% de todas las ventas de vehículos electrificados, las ventas de autos eléctricos en el Perú representan solo el 1.2% del mercado latinoamericano. Pero no hay espacio ni tiempo para hacer una parada. Se estima que, dentro de diez años, es decir, en el 2031, de aplicarse todas las políticas de promoción, estarían ingresando al Perú 484 mil vehículos electrificados de un parque total de 4.8 millones de vehículos; es decir, conformarán el 9.7% del parque automotor y el 25% del total de las ventas de vehículos. Y si ahora en el Perú hay siete marcas con portafolio eléctrico, a fines de año se consolidarán unas 10.
“Lo más importante es que ese cerca de medio millón de vehículos electrificados que estarían ingresando en los próximos diez años al país, van a permitir reducir la contaminación ambiental en Lima”, asevera Ellioth Tarazona, gerente técnico de la AAP. “La electromovilidad es una alternativa interesante para mejorar y modernizar el parque automotor y desarrollar las competencias de muchísimas personas”, concluye.
