Chile y Perú representan a las dos mayores economías productoras de cobre a nivel mundial: solo en 2021, la producción de cobre en Chile ascendió a 5.6 millones de toneladas métricas finas (TMF), seguido del Perú, con 2.3 millones.
Pero eso no es todo. La expansión de la producción de cobre contribuyó a que los ingresos per cápita anuales promedio de los habitantes de Perú y Chile se multiplicaran 5.7 y 6 veces, respectivamente, durante los últimos 30 años. Ello, los ha llevado a ser el sexto y segundo país con mayor PBI per cápita a nivel de Sudamérica y México.
“El Perú es el país que registró la mejor tasa de crecimiento anual en el PBI per cápita entre 2000 y 2021 (3.1%), más que Colombia, Chile, Uruguay y Bolivia. Si mantiene este ritmo, ingresaría a la categoría de ‘país desarrollado’ en un plazo de 35 años”, dijo Rodrigo Prialé, gerente general de Gerens, durante el Jueves Minero del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP).
Durante los últimos 50 años, la producción cuprífera se incrementó en 10 y 8 veces, en Perú y Chile, respectivamente, con un quiebre importante en las décadas de 1990 y 2000, tras el ingreso de nuevas operaciones mineras.
Prialé señaló que la ejecución de los proyectos mineros que hay en cartera podría elevar la producción cuprífera de Perú a más de 5 millones de TMF en los próximos años, y así acercarse a Chile, que estima producir 7 millones TMF para el 2030.
“Principalmente, nuestro portafolio de proyectos mineros está compuesto por 21 iniciativas de cobre, que registran una inversión de US$36,500 millones, representan el 68% del valor total de proyectos y concentran una producción potencial de 3 millones de toneladas. Entre ellas, resaltan Quellaveco, La Granja, Los Chancas y Tía María”, indicó.
Más empleo, menos pobreza
En el 2021, agregó el experto, el cobre, oro y zinc representaron el 81% del valor total de la producción minera del Perú (US$ 39,000 millones), mientras que solo el cobre explicó el 87% del valor de la producción minera de Chile (US$ 60,000 millones), repercutiendo significativamente en las economías de los dos territorios.
Ese año la actividad minero metalúrgica representó entre el 14% y 14.6% del PBI nacional de Perú y Chile, respectivamente. Además, significó el 63% y 62% de las exportaciones totales, contribuyó con el 16% y 13% de los ingresos fiscales de ambos países, y generó inversiones de US$ 5,200 millones y US$ 8,000 millones en cada caso.
Prialé subrayó que la industria cuprífera contribuyó también a la evolución de los indicadores socioeconómicos de Perú y Chile, como la reducción de la pobreza a 30.1% y 10.8%, en el 2021.
“Asimismo, el sector minero formal alentó la creación de puestos de empleo directo e indirecto para más de 1.1 millones de personas en el Perú y 927 mil en Chile, lo que se traduce en un impacto aún más grande, si consideramos como beneficiarios a los integrantes de la familia de cada trabajador”, destacó el especialista.