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El potencial eléctrico del sector minero peruano

La electromovilidad está cada vez más cerca del Perú y el sector minero ya está tomando la iniciativa con los primeros vehículos eléctricos para transportar mineral y personal.

Electromovilidad

“Un solo camión de gran tonelaje equivale a la emisión de 600 automóviles. Si pensamos que una mina en el Perú, en promedio, tiene 50 de estos camiones, y hay 10 minas grandes, estamos hablando de una oportunidad, a futuro, de reducir emisiones de gases de efecto invernadero equivalente a 300 mil vehículos”, dijo Carlos Ceballos, director de ventas de equipos y repuestos de minería, de Komatsu Mitsui Maquinarias Perú.

Sus palabras resonaron en Electrotransporte 2022, evento realizado el 14 y 15 de julio y que tiene por objetivo impulsar el desarrollo de la electromovilidad en sus diferentes versiones: transporte masivo, transporte industrial, doméstico y micromovilidad. El sector minero no es ajeno a esta transición, y no solo por el mayor cuidado del medioambiente, sino por el aporte que significa esta energía, como señaló Ceballos, para el acarreo del transporte de mineral, uno de los procesos que más consumo de energía genera.

Ceballos admite que aún estos esfuerzos no son suficientes para lograr el objetivo de las empresas de llegar al 2050 con cero emisiones, pero se están dando pasos cada vez mayores. Por ejemplo, ya se han puesto a prueba tecnologías como el trolley, por la que los camiones se conectan a las redes eléctricas mediante pantógrafos, que permiten su desplazamiento sin tener que consumir combustible. “Esto podría generar una reducción de emisiones de hasta 15% y lo vamos a trabajar con nuevos clientes”, cuenta Ceballos.

Otro ejemplo de electromovilidad es la creación del camión agnóstico: camiones con la tecnología actual, diésel, pero que se pueden adaptar al trolley, baterías, o, más adelante, hidrógeno verde, sin tener que reemplazar el vehículo. “Estos camiones duran hasta 20 años. Y en ese tiempo va a haber mucho crecimiento y cambio tecnológico. Tienen que haber camiones con la capacidad de ser modulares”, explica.

La etapa de transición

Si bien la electromovilidad se está desarrollando lentamente y sus impactos aún no son notorios, en el panel “La electromovilidad en el sector minero peruano”, del evento Electroenergía, quedó en evidencia que el sector minero en el Perú ya está tomando la iniciativa. Grandes empresas como Anglo American, Gold Fields y Miski Mayo están a la delantera.

Manuel Valverde, gerente de estrategias de activos y confiabilidad de Anglo American, señaló que su objetivo es lograr operaciones con cero emisiones hacia el 2030. Para ello, por ejemplo, alcanzaron un acuerdo con su proveedor de energía para contar con un bus eléctrico que transporte al personal desde el campamento hacia su planta concentradora.

“Hace unas semanas empezamos la evaluación técnica y económica para ver los beneficios que estamos obteniendo, tomar toda esta información y poder generar la licitación de buses en el 2023. El 2024 deberíamos contar con buses de transporte de personal netamente eléctricos. Esto replicará la experiencia de nuestra operación en Chile, Los Bronces, donde los buses eléctricos ya están operando hace algunos años”, afirmó Valverde.

Ronald Díaz, vicepresidente de operaciones de Gold Fields, señaló que el objetivo de su empresa es reducir en 18% las emisiones al 2030, especialmente en Cerro Corona, en Cajamarca, que ya cuenta con una matriz de energía cero emisiones y que proviene de centrales hidroeléctricas. Díaz señala que no se trata solo de dejar de utilizar diésel y combustibles para emitir menos CO2, sino también de mejorar la eficiencia energética y la electrificación del área de influencia.

“Nuestro plan es presentar esta iniciativa a nuestras comunidades para remplazar 10 unidades que prestan el servicio de nuestra operación en rutas internas y externas. Ahora estamos trabajando en el modelo de inversión, que es distinto por el costo que tienen estos buses”, afirma Díaz. Hasta ahora, Gold Fields cuenta con un 52% de energía eléctrica y un 48% de diésel, especialmente para el movimiento de mineral.

Finalmente, Napoleón Ruiz, gerente de suministros de Miski Mayo, informó que ya cuentan con cuatro buses eléctricos en Sechura y una estación de carga. Uno de los principales retos, dijo, ha sido iniciar este proceso en plena pandemia. “Importamos y adquirimos estos buses en plena pandemia y llegaron a fines del año pasado. Fue todo un reto traerlos por la crisis del transporte internacional”, señaló.

Retos y oportunidades

Díaz, de Gold Fields, señaló dos retos importantes. Primero, reducir los tiempos en la adquisición de permisos municipales, provinciales o del Ministerio de Transportes, para el tránsito de vehículos eléctricos. Y, segundo, el cambio del modelo de negocio y las repercusiones en los trabajadores de las zonas de influencia. “Los conductores están acostumbrados al pago diario por kilómetro recorrido. Esto debe ser igual o más rentable para que se sumen a esta iniciativa”, afirmó.

Ceballos, de Komatsu, por su parte, se enfocó en las oportunidades. La electromovilidad para el sector minero representa una mayor demanda de cobre. El cobre, al ser un metal que transmite mejor la electricidad, es un componente primordial de estos vehículos. Según Anglo American, en diez años, el cobre destinado para la electromovilidad podría crecer hasta nueve veces, según un estudio realizado para la International Copper Association.

“Perú es el segundo productor de cobre del mundo. Tenemos que permitir que [haya] más minas y las que ya están funcionando puedan producir sin interrupciones y con mayor eficiencia. Tenemos que poder subirnos a esta ola que seguirá hasta el 2050 y, hacia adelante, poder beneficiarnos de mejorar el medio ambiente y la vida de todos los peruanos”, concluyó Ceballos.