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Conflicto lejano: efectos y desafío para el Perú

La guerra entre Rusia y Ucrania es un shock geopolítico con impacto a nivel mundial. En el Perú, dada su estructura productiva, esta situación implica un desafío en tanto pueden aprovecharse los efectos positivos de los mayores precios de los metales y el gas natural que el país exporta, mientras que hay que afrontar las consecuencias del incremento en los precios del petróleo, granos y fertilizantes.

Conflicto lejano: efectos y desafíos para el Perú

Ha transcurrido casi tres semanas desde que Vladimir Putin, presidente de Rusia, decidiera enviar a su ejército a Ucrania, desatando así un conflicto armado que no tiene, al momento, una salida pacífica a la vista. La invasión, que ha sido justificada bajo varios argumentos, ha sido condenada por los países occidentales y le han seguido un conjunto de sanciones económicas que buscan hacer retroceder a Putin en sus acciones bélicas.

Las sanciones, de una magnitud nunca vista, están golpeando a Rusia y los efectos de la guerra sobre los mercados internacionales llegan de diferentes maneras y el Perú no es ajeno a ellas.

Efectos sobre precios

Considerando que Rusia es un importante jugador en el mercado mundial de energía, como proveedor de gas y de petróleo, la cotización de estos productos se viene incrementando de forma significativa. Rusia responde por poco más del 10% de las exportaciones de petróleo al mundo y por más del 20% de las exportaciones de gas natural.

Así, la tensión al este de Europa ha generado un alza mundial de los combustibles, que se traduce en mayores fletes marinos y costos del transporte en general. Por ello, al formar parte de la cadena de valor de casi la totalidad de bienes e incluso servicios, se genera un efecto inflacionario que afectará negativamente al crecimiento de las economías.

Rusia y Ucrania juntas representan, además, la tercera parte de las exportaciones de trigo y la quinta parte de maíz. Estos, en tanto son insumos para la producción de distintos productos de uso diario y de consumo, también generará un efecto al alza de precios.

Dicha situación ha llevado a los especialistas a considerar una reducción en los estimados de crecimiento de la economía mundial, justo cuando varios países, como el Perú, se esforzaban por reactivar su economía en el contexto de la pandemia.

“A causa de la invasión de Rusia a Ucrania, las cotizaciones internacionales de commodities han alcanzado máximos de varios años. Este fuerte incremento generará más presión sobre la inflación al consumidor, la cual —antes del incremento reciente de estas cotizaciones— se esperaba que se mantenga por encima del 5% anual, por lo menos hasta julio”, explicó Carlos Prieto, gerente del Área de Estudios Económicos del BCP.

Además, asegura Prieto, la inflación “erosiona la billetera del consumidor” y produce una posición monetaria más restrictiva por parte del Banco Central de Reserva; el crecimiento de la economía peruana también se vería afectado por un menor dinamismo de la economía mundial.

“Si bien Rusia representa menos del 2% del PBI mundial y menos del 1% de nuestras exportaciones se dirigen a ese país, es probable que las perspectivas económicas mundiales sean recortadas a la baja debido a las altas cotizaciones internacionales del petróleo y alimentos, así como menor comercio internacional”, precisó.

Petróleo, una demanda por cubrir en el país

Desde el pasado 28 de febrero, el precio referencial de petróleo Brent superó la barrera de los US$ 100 por barril y en los últimos días tuvo cotizaciones que superaron los US$ 130 por barril, rompiendo récords del año 2012. “Los precios se están disparando no porque Rusia haya decidido dejar de vender sus hidrocarburos, sino porque Estados Unidos y los países de Europa han decidido dejar de comprarlos, produciendo una escasez”, explica Gustavo Navarro, socio director de Gas Energy Latin America en Perú.

A nivel nacional, Navarro manifiesta que “la mejor defensa ante esta coyuntura sería tener nuestro propio petróleo”, pero que, lamentablemente “estamos perdiendo esta oportunidad” al no producir la cantidad necesaria de combustibles que demanda el mercado interno. Según el experto, el país podría tener 100 mil barriles diarios de petróleo con los yacimientos ya descubiertos, pero por diferentes motivos, entre ellos la alta conflictividad social, apenas se sobrepasa “en el mejor de los casos” los 40 mil barriles de producción diaria.

Según el experto, sumando toda la producción interna no se llega a cubrir la demanda: 250 mil barriles de petróleo diarios. Y estima que con los precios internacionales actuales se estarían gastando US$ 20 millones diarios en importación de combustibles líquidos.

Edgar Vásquez, economista y exministro de Comercio Exterior, agrega que el Perú exporta su petróleo, pues las refinerías que operan en el país no pueden procesarlo. “Los precios de los combustibles ligeros que importamos para las distintas industrias, aviación y transporte terrestre van a golpear a la economía peruana. Los precios ya están subiendo en las principales gasolineras y esto deteriora las perspectivas de crecimiento que están alrededor del 3%, pero con una tendencia a situarse por debajo”, aseguró.

Más retos en hidrocarburos

Tanto Navarro como Vásquez coinciden en que una solución a largo plazo para enfrentar esta coyuntura donde se encarecen el petróleo y sus derivados es apostar por la masificación del gas natural. «Recordemos que además de lo que se importa, está reinyectándose entre el 25% y 30% del gas [natural] producido. Tenemos que hacer los ductos para esta masificación”, dijo Navarro.

Por su parte, el economista senior del Instituto Peruano de Economía (IPE), Teodoro Crisólogo, indicó que “en los últimos 40 años, la producción de petróleo ha caído un 60%. Se ha pasado de producir 100 mil a 40 mil barriles diarios. Esto da cuenta de que, si bien hubo una transición hacia otro tipo de combustibles, no estamos aprovechando el potencial que tenemos en cuanto a nuestras reservas de hidrocarburos”, aseguró.

Por otro lado, explica Navarro, es verdad que podría haber buenas noticias con el gas natural en el contexto del conflicto ruso-ucraniano por ser exportadores de este tipo de combustible. “Hace años lo exportábamos a México con un precio barato por la competencia con Estados Unidos, pero el mercado encontró una solución beneficiosa para todos. Actualmente, nuestro gas natural se exporta a Europa y Asia. Y hoy estos mercados están ‘volando’ a unos precios altísimos”, refirió.

Navarro afirma que el beneficio que se genera por esta coyuntura alcanza tanto a las empresas como al Estado, pues este recibe más impuestos, regalías y habrá mayores recursos para el canon que se destine a las regiones, en este caso puntual para Cusco, donde se encuentra el yacimiento de Camisea.

Crisólogo, del IPE, explica que con el gas natural —y como ocurre con cualquier otro recurso natural del país— hay siempre un potencial interesante para posicionarlo en los mercados internacionales y que esta coyuntura es auspiciosa. Sin embargo, señaló que, lamentablemente, en los últimos años no se ha hecho mucho para aprovecharlo.

“La inversión en exploración en el sector hidrocarburos entre el 2013 y 2020 ha caído a un ritmo de 25% al año. Esta inversión es lo que te da la idea de lo puedes cosechar en el futuro. En todo caso, hay que ver cómo se reactiva la inversión en estos sectores”, aseveró.

Desafío y oportunidad minera

El otro grupo de precios que como consecuencia del conflicto se ha visto empujado al alza, es el de los metales. El cobre, metal del cual el Perú es el segundo productor mundial, alcanzó en la semana máximos históricos, superando los US$ 10,800 por tonelada en la Bolsa de Valores de Londres. El precio del oro, en tanto, cotiza por sobre los US$ 2,000 la onza, niveles que no se veían desde agosto del año pasado, según la agencia Reuters.

Según Crisólogo, el oro se aprecia porque es un refugio en un clima de elevada incertidumbre, mientras que en el cobre hay expectativa fuerte de que haya una disminución de inventarios producto del conflicto. “Hay que recordar que cerca del 50% de las exportaciones de minerales del Perú provienen del cobre; mientras que un 20% del oro. Este contexto, obviamente, nos beneficia por el lado de un mayor valor de nuestro comercio exterior”, señaló.

Cabe señalar que en razón de lo explicado que el valor de la producción y los recursos que genera la minería viene creciendo. Por ello, resulta indispensable que se tomen las medidas pertinentes para que estos recursos sean adecuada, oportuna y cuidadosamente utilizados por el Estado, en sus tres niveles de gobierno, para beneficio de la población.

“[Sin embargo], hay un potencial minero que no se está aprovechando del todo en esta coyuntura de altos precios. Hay vientos muy favorables por las altas cotizaciones de los metales, que, normalmente, en otras coyunturas, ha llevado a que se gatille un ciclo de inversiones bastante importantes”, comentó.

Agregó que en los años 2012 y 2013 —periodos de alza en los precios de los metales— se anunció la ejecución de 23 proyectos de inversión en el sector minero. “Ahora que tenemos precios incluso mayores a esos años, contamos con cinco proyectos de inversión en lo inmediato. La situación es distinta y se nota que no hay la suficiente promoción para sacar adelante nuevos proyectos del sector”, dijo.

En tanto, Prieto, del BCP, señala que “es una pena que este nuevo choque externo llegue en momentos en que el Perú no tomó ventaja de los excelentes precios del cobre para gatillar nuevas inversiones que habrían permitido al país crecer en torno del 5% anual, en lugar de apenas la mitad”.

Finalmente, Vásquez apuntó que la coyuntura debe llevarnos a plantear soluciones para atraer a los inversionistas, tanto en el sector minero como en el de hidrocarburos, pues si no se mejora el ambiente de negocios, el de inestabilidad nos hace aún menos elegibles.

“Hay que facilitar las reglas para la exploración, garantizando estabilidad social. Nadie va a invertir si saben que te van a paralizar un proyecto”, agregó.