¿Cómo se vislumbra este 2022 en cuanto a nuevas inversiones mineras y ampliaciones de operaciones? En Desde Adentro quisimos hacer un acercamiento a la cartera de proyectos que el MINEM publicó en noviembre pasado, y revisar la lista de proyectos de inversión que se consideran deberían comenzar a construirse en el 2022.
Por un lado, tenemos los proyectos de Optimización Inmaculada y Chalcobamba Fase I. El primero, ubicado en Ayacucho, implica la ampliación de la vida útil de una mina subterránea de oro por 20 años, comprende, según cifras de la empresa, una inversión de capital inicial (CAPEX) de aproximadamente US$ 350 millones entre los años 2022 y 2026, así como una inversión total proyectada de más de US$ 4,000 millones a lo largo de su vida útil. El segundo proyecto, que se ejecutará entre este y el próximo año, tiene una inversión inicial aproximada de US$ 130 millones y permitirá iniciar la explotación de un tajo que significará una nueva producción de cobre para Apurímac.
Se tiene también a los proyectos San Gabriel y Planta de Cobre Río Seco, que entrarían en producción en el año 2024 de iniciar su construcción este año, cuyas producciones contribuirán a la expansión productiva de oro en Moquegua y cobre en Lima, respectivamente, respaldada por una inversión total de US$ 832 millones.
Y, finalmente, en el listado están también Corani, Yanacocha Sulfuros y Magistral, proyectos que permitirán una mayor producción de plata en Puno, oro en Cajamarca y cobre en Áncash.
Cabe señalar que cada uno de estos proyectos no solo tiene un impacto en la producción y su respectiva consecuencia en exportaciones, sino también en el PBI, empleo minero, impuestos del sector, entre otros.
El sector minero tiene una cartera global de proyectos que significa una inversión de aproximadamente US$ 53 mil millones, esto implica un crecimiento del PBI cercano a 25%, un aumento en exportaciones por cerca de 66% y la generación de empleo para 2.3 millones de trabajadores. Asimismo, sumando los ingresos fiscales directos por rentas mineras y los ingresos por los encadenamientos productivos, se podrían generar ingresos fiscales por 10 años (una vez culminado los proyectos) equivalentes a 160% de los ingresos corrientes del Estado peruano en el 2019 (prepandemia).
Por tal motivo resulta importante enfocarse en desarrollar tanto los grandes proyectos como aquellos que también suman y contribuyen de manera muy positiva el desarrollo del país, generando polos de desarrollo local y recursos para el Estado.
