El director independiente de Candente Copper Corporation y ex ministro de Energía y Minas (MINEM), Luis Miguel Incháustegui, participó el último miércoles en el evento «Consensos para el progreso de Cajamarca», organizado por Rumbo a Perumin y el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP).
En su ponencia «Consejos para desarrollar el potencial minero pendiente», Incháustegui explicó que el sector minero tiene cinco desafíos importantes. Estos son cierre de brechas sociales y mal uso de impuestos recaudados; poco trabajo y colaboración entre Estado, empresas y comunidades; daño ambiental por pasivos y minería informal; el impulso de una industria sostenible; y la lentitud de los procesos para la obtención de licencias y permisos.
De igual manera, el ex ministro propuso una estrategia social en donde se mejore la cooperación entre actores ligados a la minería a través de la convivencia, el diálogo y el desarrollo de proyectos sociales, buscando con ello reducir y prevenir conflictos, y también responder a las necesidades de las comunidades. Explicó que esto es clave para mantener y fortalecer la aceptación social de la industria minera y sus empresas.
“No se trata de reemplazar al Estado, se trata de traerlo y promover su presencia para resolver las necesidades”, explicó.
Esta estrategia comprende siete pasos: relacionamiento, es decir puertas abiertas y relación fluida con los stakeholders; cumplimiento y seguimiento de compromisos y transparencia; proyectos de desarrollo sostenible que generen valor compartido; enfoque multiactor; comunicación más fluida; integración a la economía local a través de empleos y servicios; y tener un propósito que trascienda las ganancias.
Para Incháustegui, es importante que las empresas entiendan el concepto de valor compartido, que significa que las empresas mejorarán su competitividad y rentabilidad ayudando a resolver problemas sociales y crearán “un valor conjunto” para la compañía y la comunidad.
“El valor compartido es exitoso cuando se crea un círculo virtuoso en la estrategia corporativa y, para ello, se amerita desarrollar el impacto social y ambiental, el impacto al negocio e innovar para aumentar el alcance y la escala de impacto”, sostuvo.
Finalmente, el ex ministro destacó el trabajo del Centro de Convergencias y Buenas Prácticas Minero-Energéticas (RIMAY) pues funciona como plataforma de diálogo y discusión técnica para arribar a consensos para aprovechar de manera sostenible de los recursos del país escuchando al Estado, el sector privado, la sociedad civil y la academia.