Es una gran responsabilidad de las empresas velar por la seguridad y bienestar de sus trabajadores. Se puede tener el control en el ámbito de la empresa, pero qué ocurre si esa seguridad se quiebra en el círculo familiar. ¿Cómo puede impactar esto en el desempeño laboral de una persona y en la seguridad de sus compañeros? La compañía minera Río Tinto tomó una posición a nivel global para saber qué hacer ante cualquier escenario de violencia doméstica que golpee a sus trabajadores, sin distinción de género, y estableció una serie de pautas para acompañarlos, que no estén solos, y que puedan afrontar este proceso que los aleje del peligro.
Problema en voz baja
No se suele hablar en voz alta de violencia doméstica. No resulta cómodo. Aunque el tema está hoy más presente en la agenda social, en general, ya sea por vergüenza o por dominio del agresor, hay muchos casos que no se denuncian y en los que no se pide ayuda. Para evitar esto, en Rio Tinto, además del personal de Recursos Humanos, se ha capacitado a un grupo de trabajadores, ‘champions’ o líderes naturales, que serán los primeros en escuchar y acompañar a quien padece un problema de violencia. No son necesariamente los jefes sino personas confiables para el grupo, a quien uno se puede acercar en busca de ayuda y consejo, o que pueden darse cuenta de que alguien no está bien, que ha cambiado repentinamente de conducta, que esconde algún maltrato físico o recibe llamadas amenazantes.
A nivel global, la política de violencia doméstica de la compañía se aplica desde el 2018 en Australia y luego en otras zonas donde hay operaciones. En el Perú, donde Río Tinto no tiene operaciones y está a través de la línea de negocio de Exploración, la política se ha implementado desde marzo de este año. Sin ningún caso por ahora, pero están preparados por si llega a ocurrir. “Con la pandemia, los indicadores de violencia doméstica aumentaron y entonces decidimos acelerar el tema para implementarlo en Latinoamérica (Chile, Brasil y Perú). Siendo este un problema de la sociedad, como un actor importante queremos contribuir a mitigar los impactos”, dice María Alejandra Delgado, gerenta general de Rio Tinto Minera Perú.
Necesaria ayuda
La política de Río Tinto consiste en dar ayuda financiera, psicológica y legal para sacar a la persona del entorno de violencia. Se establece, además, un plan de seguridad para su vida fuera de horarios laborales. Si fuera necesario, la compañía puede asumir el pago de un hotel, el cambio de línea telefónica y dar una serie de facilidades para que la persona agredida tenga un trabajo más flexible, con objetivos y metas que se adapten a esta situación, y con flexibilidad en cuanto a ausencias o momentos en que el trabajador tenga que ausentarse para hacer las diligencias necesarias, hasta que su situación se normalice. Es decir, no cargarlo con más complicaciones de las que ya tiene. “Una persona no se puede dividir en dos. Si está en una situación de violencia doméstica, tampoco va a estar bien en el trabajo. Si somos parte de esta sociedad que muestra un alza en los indicadores de violencia doméstica, por qué no podría ocurrir un caso así en la empresa”, añade Delgado.
La gerenta general de Río Tinto en Perú cree que el tratamiento de este tema no se ha visibilizado tanto en el sector minero energético. Pero hay que estar atentos. Prevenir la violencia doméstica requiere un compromiso firme. “Puede que desde un punto de vista de política pública haya más que hacer, pero sí se puede contribuir desde cada empresa a manejar el tema en nuestro entorno, y eso va a depender del liderazgo nato y el compromiso que cada organización tenga con relación a su entorno, donde por supuesto los trabajadores tienen prioridad”, señala.
La política de violencia doméstica de Río Tinto se complementa con dos canales permanentes de atención interna. Uno es el Programa de Apoyo al Empleado (PAE), un servicio de apoyo psicológico al que los trabajadores pueden recurrir de manera anónima y confidencial para consultas por situaciones de estrés, preocupación y duelo, entre otras. El otro canal es la línea telefónica My Voice para denunciar faltas al código de conducta de la compañía, como por ejemplo casos de hostilidad laboral, que llevarán a una investigación. Estas acciones encajan en uno de los nuevos valores asumidos por Río Tinto: el cuidado. “Somos un equipo y siempre podemos cuidar de un compañero”, dice María Alejandra Delgado.
Cuidar a quienes hacen posible el éxito de una organización es lo más importante, siempre.