Los Núcleos Dinamizadores del Desarrollo (NDD), aplicados en la industria de hidrocarburos en la Amazonía, y que forman parte del Plan de Cierre de Brechas del Ámbito Petrolero de Loreto, podrían aplicarse a otras zonas donde esté desarrollándose las industrias extractivas. Así lo explicó Carlos Hernández, representante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en el Taller de Desarrollo Territorial organizado por el Comité de Asuntos Sociales de la SNMPE.
“Todas las premisas de este modelo son válidas para el ámbito andino [donde se desarrolla actividad minera]. Hay diferencias en términos estratégicos y operacionales. (…) pero la conceptualización del modelo es similar, la operativización tendrá algunos matices”, explicó el experto.
El expositor del PNUD explicó que los NDD se crean ante la necesidad de que, para que haya desarrollo territorial sostenible, se requiere de una institucionalidad que lo soporte, dinamice y organice. Es decir, una población que se asocie de manera privada y aproveche el espacio de una entidad pública para organizarse y beneficiarse lo mejor posible de una actividad empresarial.
Estos NDD, prosiguió el experto, necesitan articularse con plataformas de apoyo, constituidas básicamente por los gobiernos subnacionales, las instituciones públicas sectoriales y las empresas, que pueden ser mineras y petroleras. “Son una contraparte necesaria para apoyar las iniciativas de los NDD”, explicó Hernández, quien agrega que ambos necesitan del impulso de un “equipo promotor del desarrollo sostenible”, que estaría conformada por la Presidencia del Consejo de Ministros.
Al respecto, las empresas reflexionaron en torno a la necesidad de establecer indicadores para medir la sostenibilidad de toda colaboración, además de una articulación territorial.
¿Cuáles son las ventajas de este modelo de gestión?
El experto del PNUD también explicó que aplicar el modelo de desarrollo basado en NDD ofrecería varias ventajas para las empresas. Así, por ejemplo, estas se beneficiarían por el desarrollo de cadenas de valor económico territorial, el incremento de los ingresos y procesos de capitalización familiar.
La disminución de la inseguridad alimentaria, la diversificación productiva y el fortalecimiento de la gobernanza territorial serían otros aspectos importantes. El modelo genera las condiciones institucionales de soporte para la consolidación, escalamiento y sostenibilidad de los resultados en el tiempo.
“La empresa se suma a un colectivo de contribución y apoyo. (…) Se generan marcos para el diálogo y la acción conjunta que conjugan los intereses de las poblaciones y las contrapartes institucionales públicas y privadas, lo que contribuye a la disminución de la conflictividad”, concluye Hernández.