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El hidrógeno verde, promesa de una nueva fuente de energía

No solo promete activar la demanda de este tipo de energías en el Perú, sino también abastecer las necesidades de otros países, convirtiéndonos en uno de los principales exportadores.

Proyecto de ley que impulsa hidrógeno verde espera su discusión en Congreso

Aunque parezca poco conocido, el hidrógeno es el elemento más abundante del universo y está presente en todos los procesos que realizan las empresas para producir combustibles líquidos. Se utiliza sobre todo para tratar el amoníaco, que a su vez es un insumo para producir fertilizantes. Sin embargo, su procesamiento libera grandes cantidades de dióxido de carbono, por lo que hasido relegado como insumo.

Hoy, los avances tecnológicos permiten obtener hidrógeno del agua, tras un proceso sin contaminación llamado electrólisis. Así, teniendo fuentes de energía renovables como insumo, surge el llamado “hidrógeno verde”, que no solo promete activar la demanda de este tipo de energías en el Perú, sino también abastecer las necesidades de otros países, convirtiéndonos en uno de los principales exportadores.

Para empezar, el Perú no es ajeno a la producción de hidrógeno. Una de las empresas con mayor experiencia en este insumo es Industrias Cachimayo, cuya planta opera en Cusco desde 1965. En un inicio, Cachimayo produjo nitrato de amonio para fertilizantes e impulsar la agricultura con la energía proveniente de la central hidroeléctrica Machu Picchu. Pero, a partir de 1982, comenzó a producir nitrato de amonio, que, al mezclarse con el petróleo, se convierte en ANFO (Ammonium Nitrate Fuel Oil), un explosivo de alta potencia que les permitió ingresar al mercado de la minería.

El hidrógeno se produce actualmente teniendo como insumos al carbón y al gas natural. “Llevamos 55 años operando con esta tecnología y seguimos siendo rentables. Recién se está empezando a desarrollar más, en afán de reemplazar las energías que provengan de una matriz fósil por una renovable”, explica Jesús Sulca, gerente general de Industrias Cachimayo y gerente de producción de la empresa de voladuras y explosivos Enaex Perú.

Para hacer hidrógeno verde, lo único que cambia es la fuente de la energía. Esta debe ser 100% renovable, lo que implica una ventaja para el Perú, que a comparación de otros países de la región, posee abundantes recursos naturales para producir energía eléctrica a partir de fuentes renovables del viento, el sol y el agua, y a precios más competitivos cada año.

“El inconveniente que tiene nuestra planta de Cachimayo es la lejanía de las centrales solares y eólicas, que producen energía en la costa sur del Perú. Nosotros tenemos que estar conectados al sistema interconectado”, agrega Sulca.

Un primer diagnóstico realizado por la consultora Engie Impact para la Asociación Peruana de Hidrógeno H2Perú —que tiene como propósito crear un ecosistema común en torno al “hidrógeno verde”— ha identificado tres zonas donde se podría concentrar la oferta y la demanda de este tipo de hidrógeno: Arequipa, Moquegua y Tacna. En esas regiones, el nivel de radiación solar es de cerca de 6.5 kilovatios hora por metro cuadrado (kWh/m2), un volumen de generación de clase mundial. Ica, Lambayeque, Trujillo y Piura, por su parte, concentran el mayor potencial eólico del país, pudiendo convertirse de manera estratégica en los grandes generadores de esta energía renovable.

“El objetivo es que, al 2030, se logre producir ‘hidrógeno verde’ a precios competitivos —por debajo de US$ 2 por kilogramos y US$ 20 el megavatio/hora”, indica Daniel Cámac, presidente de H2Perú. “Pero, si entonces no tenemos hidrógeno a precios competitivos, nos van a ganar en posicionamiento y en mercado”.

La promesa

Barcos, aviones, trenes, o los famosos camiones de extracción mineros CAEX de alto tonelaje: el uso del hidrógeno es especialmente efectivo en el transporte de largas distancias y para gran demanda de energía. Por eso es tan requerido en el sector minero, pues, un solo camión utiliza alrededor de 3,000 litros de diésel por día. Considerando que una operación grande tiene alrededor de 500 unidades, serían 1.5 millones de litros diarios.

A diferencia de otras energías, el hidrógeno tiene una ventaja fundamental: es catorce veces más liviano que el aire, por lo que se puede almacenar un mayor volumen en menos espacio y, por ello, se puede transportar a otros países y a gran escala.

“Puedes producir ‘hidrógeno verde’ utilizando la energía solar en el día y almacenar parte de esa energía que no vas a utilizar por la noche a través de celdas de combustible”, explica Cámac. Un ejemplo de ello son los camiones mineros a hidrógeno desarrollados por Engie, Komatsu y Anglo American, que se pondrán a prueba este año en Sudáfrica.

En Chile, la promesa del hidrógeno verde está un poco más cerca. Enaex —que en 2018 compró a Industrias Cachimayo— presentó, junto con Engie, la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) para evaluar un proyecto piloto industrial de “hidrógeno verde”, que promete convertirse en 2025, cuando inicie sus operaciones, en el más grande en la región.

La ejecución de este proyecto les permitiría producir “amoníaco verde” y disminuir la huella de carbono de sus procesos productivos en aproximadamente 30,000 toneladas de CO2 por año, equivalente a que once camiones CAEX dejen de consumir diésel. Incluso, el hidrógeno podría convertirse en un insumo para abastecer a toda la cadena del mineral y producir el llamado “cobre verde”, un paso obligado para alcanzar la ansiada carbono neutralidad, a la que se han comprometido los países miembros de la ONU hacia el 2040, 2045 y 2050.

La condición

Para Daniel Cámac, el “hidrógeno verde” promete abrir las puertas a toda una industria, “similar a la que en su momento implicó la introducción del gas natural en la matriz energética del país”, afirma. Pero, en el Perú, recién se están cimentando los primeros pasos. “Estamos realizando una primera aproximación de cuánto hidrógeno se podría producir en el Perú», comenta. “Eso y más detalles los vamos a publicar el 28 de septiembre en un position paper”, añade.

Sin embargo, se requiere paciencia. “En el Perú, la energía es relativamente barata en comparación con otros países de la región. Eso nos permite seguir siendo rentables, captando energía del Sistema Eléctrico Interconectado Nacional. En unos cinco años más la tecnología verde disponible será más barata”, señala Rodrigo Pastor, gerente comercial y financiero de Enaex en Perú.

“Hoy, inclusive se habla de una sobreoferta [en la generación de energía]. No hay mucha demanda y muchos proyectos de energías renovables son postergados, a pesar de que tienen precios competitivos. Si queremos producir ‘hidrógeno verde’ de manera abundante para que se utilice en las diferentes aplicaciones que la industria nacional puede requerir, necesitamos desarrollar más proyectos de fuentes renovables. La demanda eléctrica para producir hidrógeno va a hacer que todos estos proyectos puedan ser activados”, concluye Cámac.

La promesa espera ser cumplida.

 

Hidrógeno verde