La Secretaría de Gestión y Diálogo (SGSD) de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) ha puesto sus esfuerzos para reconducir los conflictos sociales hacia espacios de diálogo y entendimiento mutuo.
No es una tarea fácil, incluso cuando el número de protestas, pese a la pandemia, ha aumentado en 23% respecto al año pasado. Según lo registrado por la SGSD, al cierre del primer trimestre del presente año se registraron 82 conflictos sociales activos. Con un mínimo semanal de 46 casos activos en dicho periodo, se tuvo en promedio mensualmente casi dos conflictos en un nivel de riesgo crítico y 34 en riesgo inminente.
A inicios de este año, dado el rebrote de la segunda ola de COVID-19, la SGSD estableció una normativa para utilizar las plataformas digitales en procesos de diálogos nuevos o en cursos bajo el lema “El diálogo no se detiene”.
Diálogos digitales para la gestión de conflictos
En los encuentros digitales se establecen espacios de diálogo que permiten en la mayoría de los casos llegar a acuerdos y compromisos entre las partes involucradas —desde comunidades, empresas, hasta gobiernos en sus diferentes niveles— suscritos por medio de un acta. Por ejemplo, solo en el caso de la Unidad Territorial Centro (regiones Ayacucho, Huancavelica, Huánuco, Junín y Pasco), entre diciembre del 2020 y marzo del 2021, se generaron alrededor de 40 compromisos.
El gran desafío es alcanzar el cumplimiento de estas responsabilidades en el tiempo, calidad y cantidad esperados para fortalecer la confianza y la satisfacción de intereses entre las partes. De lo contrario, es posible un nuevo escalamiento del conflicto y perder la confianza lograda previamente, como lo explica César Bedoya García, subsecretario de Diálogo y Sostenibilidad, en la revista Willaqniki del SGSD, que presenta un balance de las acciones realizadas durante las siete unidades territoriales en las que intervienen.
Durante el primer trimestre del 2021, la SGSD ha registrado 553 acuerdos a nivel nacional, en más de 657 espacios de diálogo digital semipresencial (173 en enero, 245 en febrero y 239 en marzo). Estos acuerdos entre diferentes actores sociales de los niveles distrital, provincial y nacional fueron, en su mayoría, acerca de temas sociales, ambientales y laborales, entre otros.
De acuerdo con el reporte del equipo de gestores sociales de la PCM, las zonas del país donde más acuerdos y diálogos digitales se han registrado son las del llamado Corredor Vial Sur (Apurímac, Cusco, Arequipa), la zona norte (La Libertad, Lambayeque, Piura, Tumbes, Cajamarca, Áncash) y la zona sur este (Cusco, Puno y Madre de Dios).
Una nueva plataforma digital
Dos de los principales problemas —explica Pedro Vásquez, coordinador de la Subsecretaría de Diálogo y Sostenibilidad en la exposición “Seguimiento de compromisos de mesas de diálogo” — son la falta de claridad de los responsables y de los plazos de cumplimiento de los acuerdos, así como el exceso de compromisos —alrededor de 200 por monitor— y la dificultad para darles seguimiento.
Para resolver estos problemas, la SGSD planteó la metodología —denominada SMART (por sus siglas en inglés) —, que implica definir objetivos específicos, medibles, asignados, realistas y acotados en el tiempo. Además, busca estandarizar los procesos de diálogo mediante una nueva plataforma digital para la gestión de conflictos, que permita articular de manera horizontal y transversal, tanto información como los procesos de diálogo, y así facilitar la toma de decisiones en la prevención, gestión y seguimiento de los conflictos.
“La plataforma busca que en el mediano plazo, por ejemplo, el gobierno regional de Arequipa, el MINEM, o el MINAM, que muchas veces asumen compromisos, puedan registrarlos en la plataforma bajo una sola metodología. De esta manera, podremos reportar en un corto plazo cuántos compromisos existen, cuántos están en proceso de cumplimiento, y cuántos están cumplidos. Estamos buscando que la plataforma sea útil para la diversidad de actores involucrados en el tratamiento de conflictos”, explicó Vásquez.
También destacó las ventajas que ofrecen plataformas digitales, como el acceso a reuniones desde cualquier lugar y dispositivos, incrementar el número de participantes o facilitar la participación de los funcionarios públicos en las mesas de trabajo. Todo esto permite construir soluciones integradoras que favorezcan el cumplimiento de los compromisos establecidos y una mayor probabilidad de éxito.