- Con decisiones adecuadas se podría aprovechar la evolución positiva de los precios de los metales en el presente año.
Dos son los principales desafíos de la industria minera en el presente año: la conflictividad y la tramitología. De las medidas que puedan implementarse para solucionar o mitigar estos grandes retos, dependerá que el país aproveche la mayor producción minera que se registraría en el 2021 y la evolución positiva del precio de los metales en el mercado internacional.
PERMISOLOGÍA
El desafío de la tramitología es un problema no solo del sector minero, sino de la inversión privada en su conjunto. “Existe una maraña burocrática que asfixia la iniciativa privada, en especial de la minería. Se debe destrabar, simplificar o racionalizar estos procedimientos. De lo contrario, difícilmente vamos a aprovechar estas grandes oportunidades que nos presenta esta coyuntura y de la gran promesa del sector minero respecto de seguir siendo una locomotora del crecimiento de la economía peruana”, sostuvo el director ejecutivo de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, Pablo de la Flor.
Según el Banco Central de Reserva del Perú, la carga regulatoria para la minería aumentó de 12 a más de 200 normas en las últimas dos décadas. “Y de acuerdo con un estudio que hizo la consultora Apoyo juntamente con la SNMPE en el 2018, se identificó que había 407 normas, 232 procesos administrativos y 29 instituciones gubernamentales que tenían algún nivel de injerencia en las actividades del sector”, dijo De la Flor durante su presentación en la Semana de la Ingeniería de Minas 2021, que organizó el Capítulo de Ingeniería de Minas del Consejo Departamental de Lima, del Colegio de Ingenieros del Perú.
CONFLICTIVIDAD
Para los inversionistas, la conflictividad se ha convertido en el principal desincentivo que enfrenta a la hora de dirigir sus flujos de inversión y desarrollar sus actividades en el Perú. “Vemos una constante de conflictos socioambientales mineros en el total de conflictos registrados por la Defensoría del Pueblo”, indicó De la Flor.
Sin embargo, explicó que las causas de esta conflictividad se deben a compromisos incumplidos, en su gran mayoría, por el Estado. “Resulta que, del total de compromisos asumidos, según data del Viceministerio de Gobernanza Territorial, apenas el 46% han sido clasificados como cerrados. El 54% se mantiene abierto y, de ellos, el 80% corresponde a compromisos que el Estado peruano ha incumplido. El desafío inmediato es cumplir con estas responsabilidades”.
REPENSAR EL CANON
Para De la Flor, la causa principal de la conflictividad social en el Perú se debe a la persistencia de enormes déficits en materia de acceso a servicios públicos de calidad como salud, carreteras, educación, agua, saneamiento, entre otros. “Lo paradójico es que, a lo largo de la última década, la minería ha generado suficientes recursos como para cerrar esas brechas: aproximadamente se han transferido 40 000 millones de soles a las regiones producto del canon”.
De los recursos transferidos, solo el 67% ha sido ejecutado. “Esta situación genera una enorme frustración. La población sabe que los recursos están disponibles, desconfía de sus autoridades y eso nutre la conflictividad”.
Indicó que una de las soluciones sería repensar el mecanismo del canon, concebido inicialmente para llevar desarrollo a las comunidades más cercanas a las operaciones mineras. “Este mecanismo no ha funcionado por distintas razones. La principal es la falta de capacidad del Estado. Tenemos que pensar fuera de la caja e imaginar nuevos instrumentos que nos permitan superar esta dificultad. De lo contrario, no lograremos resolver el gran desafío que nos plantea la conflictividad social en el país”.
LAS PERSPECTIVAS
Al referirse a las perspectivas de los proyectos mineros que la SNMPE ha estimado para el 2021, señaló que cinco de ellos estaban en fase de construcción: Mina Justa, Quellaveco, las ampliaciones de Toromocho y Santa María, y el proyecto Ariana. De ellas solo Mina Justa entraría en operaciones hacia el final del primer trimestre de este año.
Otros siete proyectos comenzarían su construcción este año. En este grupo se encuentran tres proyectos nuevos que no estaban en la cartera anterior del Ministerio de Energía y Minas: la ampliación de Shouxin, Chalcobamba Fase I (proyecto de reposición del segundo tajo de Las Bambas) y Pampacancha (proyecto de reposición de Constancia).
Asimismo, los proyectos Optimización de Inmaculada, Corani y San Gabriel, postergados en el 2020, empezarían su construcción este año. Además, el proyecto Sulfuros Yanacocha podría hacerlo en el transcurso del 2021. Está a la espera de la decisión de su directorio.
PRODUCCIÓN EN ALZA
Respecto de la producción minera para el 2021, la SNMPE estimó que Mina Justa iniciaría su producción al final del primer trimestre e incrementaría la producción de cobre en 100 000 toneladas. Sobre el oro, señaló que se esperaba la recuperación del grueso de las empresas productoras. Este año se podría apreciar con mayor claridad el aporte a la producción aurífera del proyecto Quecher Main de Yanacocha, que comenzó operaciones al final del 2019.
En el caso de la producción de hierro, la SNMPE estimó que crecerá en el 2021 después de retrasar el plan de duplicar su producción en el 2020. En tanto, el estaño avanzará en el 2021 con el ingreso del proyecto Relaves San Rafael, que empezó a producir antes del inicio de la pandemia.
LAS OPORTUNIDADES
Según los estimados de la SNMPE, expuestos por Pablo de la Flor, los programas de estímulos implementados por diversos países a consecuencia del covid-19 impulsarían notablemente la actividad manufacturera en un contexto de recuperación global. A ello se sumarían las perspectivas positivas sobre China, que en los últimos meses del 2020 registró sus mejores resultados industriales desde antes de la pandemia. En ese sentido, se espera que los precios de estos metales sigan creciendo en el 2021.
En el caso particular del oro, el World Gold Council considera que en el 2021 su demanda para la inversión se mantendría fuerte, en un contexto de bajas tasas de interés, mientras que la recuperación económica favorecería el consumo de este metal, especialmente en mercados emergentes.
Otros factores, como la descarbonización de la energía hacia proyectos de electrificación con base en energías limpias y vehículos eléctricos intensivos, demandarán metales como el cobre. También habría uso intensivo de metales en celdas fotovoltaicas, turbinas eólicas, baterías de almacenamiento y redes de transmisión inteligentes, entre otros. De igual forma, la cuarta revolución industrial necesitará metales para los proyectos de internet de las cosas, robótica, sistemas ciberfísicos y smart industries.
LOS RIESGOS
Uno de los riesgos para la actividad minera en el presente año sería el retorno a cuarentenas severas ante nuevas olas de covid-19. En este sentido, la SNMPE señaló que el incremento de la inestabilidad política y social, los conflictos sociales, nuevas leyes perjudiciales para la actividad económica, así como la coyuntura electoral más incierta de lo esperado y un próximo Gobierno y Congreso con sesgo antiinversión privada y antiminería podrían jugar en contra de esta industria.
En el plano internacional, las nuevas olas de covid-19, que podrían conducir a fuertes cuarentenas en las diversas potencias, afectarían la demanda y los precios de los minerales, así como la inversión minera. Además, la demora de la vacunación, más allá de lo previsto o que resulte menos efectiva de lo esperado, redundaría en un riesgo para la actividad minera.
En el plano interno, las oportunidades del país se fundamentan en el enorme potencial geológico identificado y por identificar. Y estas oportunidades se podrían aprovechar con un próximo Gobierno y Congreso con una visión promotora de la inversión privada y de la minería, con el fortalecimiento del trabajo para mejorar la relación con las comunidades aledañas a las operaciones mineras y con la optimización de la gestión de los recursos fiscales generados por el sector.
+ INFO
- La minería en el Perú antes de la pandemia generaba el 58% de las exportaciones peruanas (*).
- El 19% de la recaudación de Impuesto a la Renta de las empresas, regalías y otros tributos especiales provino de la minería (*).
- Cerca de 1,5 millones de empleos directos, indirectos e inducidos genera la minería (*).
(*) Últimos 10 años antes de la pandemia (2010-2019). Fuente: BCRP, Minem, IPE, Sunat, Perupetro